Vilafranca del Penedès busca ser un referente en los temas vinícolas, algo que también trasciende a la posibilidad de convertir el vino en museo. Eso es lo que pretende Vinseum, también llamado Museo de las Culturas del Vino de Cataluña, un centro que tras casi ocho años de obras, presentó ayer las que son sus nuevas instalaciones y que serán inauguradas oficialmente el próximo sábado. Al espacio que ya funcionaba en el Palau Reial de Vilafranca se le suma otro de nueva planta que incorpora 3.500 metros cuadrados adicionales, además de tres exposiciones permanentes y nuevos espacios de servicios como el aula de cata, el aula educativa o el nuevo vestíbulo de acceso. La obra la firma el arquitecto Santiago Vives mientras que la museografía fue diseñada por el despacho Varis Arquitectes, con Dani Freixes al frente.
Este nuevo edificio cuenta con un total de seis plantas –sótano, planta baja y cuatro plantas superiores–, además de abrir conexiones a cada nivel que lo enlazan internamente con el Palau Reial, y facilita que el circuito expositivo pueda utilizar los espacios de ambas construcciones luciendo así el rico patrimonio arquitectónico que atesora el museo.
Hablando de exposiciones permanentes, que ocupan ahora los 5.000 metros cuadrados de superficie de Vinseum, son tres y tienen como eje las colecciones del museo, subrayando la importancia de los fondos creados a partir de diferentes donaciones.
El recorrido se inicia en la planta, en la llamada Plaza del vino, donde se pretende poner en valor la vitalidad del vino catalán en pleno siglo XXI. En el sótano, se invita al visitante a adentrarse en los orígenes del museo y del Penedés. Por otra parte, y ya en las plantas 1, 2 y 3 tenemos la gran exposición en la que se nos narra la historia de la viña y del vino de Cataluña pero desde una mirada transversal y holística.
El proyecto arquitectónico comenzó con una primera fase que supuso la rehabilitación de los dos edificios históricos del museo, la Capilla de Sant Pelegrí, en el año 2007 y del Palacio Real, en el año 2012. En este caso, el museo contó con la financiación de los ministerios de Cultura y de Fomento, de la Generalitat y el incondicional apoyo del consistorio vilafranquino.
El director del Vinseum, Xavier Fornos , habló ayer de la trayectoria y el trabajo colectivo que han hecho posible esta nueva etapa, y expresó el deseo de convertir el museo en un referente de interés nacional. Por su parte, el reconocido sumiller Josep Roca resaltó la oportunidad de museo de Vilafranca para «hacer entender que la cultura del vino tiene que ver con la más antigua de las culturas, que es la agricultura», además de elogiar el compromiso del museo de reivindicar el paisaje, el territorio y la cultura.
Vilafranca del Penedès presenta la nueva fase de Vinseum tras casi ocho años de obras
Vilafranca del Penedès busca ser un referente en los temas vinícolas, algo que también trasciende a la posibilidad de convertir el vino en museo. Eso es lo que pretende Vinseum, también llamado Museo de las Culturas del Vino de Cataluña, un centro que tras casi ocho años de obras, presentó ayer las que son sus nuevas instalaciones y que serán inauguradas oficialmente el próximo sábado. Al espacio que ya funcionaba en el Palau Reial de Vilafranca se le suma otro de nueva planta que incorpora 3.500 metros cuadrados adicionales, además de tres exposiciones permanentes y nuevos espacios de servicios como el aula de cata, el aula educativa o el nuevo vestíbulo de acceso. La obra la firma el arquitecto Santiago Vives mientras que la museografía fue diseñada por el despacho Varis Arquitectes, con Dani Freixes al frente.
Este nuevo edificio cuenta con un total de seis plantas –sótano, planta baja y cuatro plantas superiores–, además de abrir conexiones a cada nivel que lo enlazan internamente con el Palau Reial, y facilita que el circuito expositivo pueda utilizar los espacios de ambas construcciones luciendo así el rico patrimonio arquitectónico que atesora el museo.
Hablando de exposiciones permanentes, que ocupan ahora los 5.000 metros cuadrados de superficie de Vinseum, son tres y tienen como eje las colecciones del museo, subrayando la importancia de los fondos creados a partir de diferentes donaciones.
El recorrido se inicia en la planta, en la llamada Plaza del vino, donde se pretende poner en valor la vitalidad del vino catalán en pleno siglo XXI. En el sótano, se invita al visitante a adentrarse en los orígenes del museo y del Penedés. Por otra parte, y ya en las plantas 1, 2 y 3 tenemos la gran exposición en la que se nos narra la historia de la viña y del vino de Cataluña pero desde una mirada transversal y holística.
El proyecto arquitectónico comenzó con una primera fase que supuso la rehabilitación de los dos edificios históricos del museo, la Capilla de Sant Pelegrí, en el año 2007 y del Palacio Real, en el año 2012. En este caso, el museo contó con la financiación de los ministerios de Cultura y de Fomento, de la Generalitat y el incondicional apoyo del consistorio vilafranquino.
El director del Vinseum, Xavier Fornos , habló ayer de la trayectoria y el trabajo colectivo que han hecho posible esta nueva etapa, y expresó el deseo de convertir el museo en un referente de interés nacional. Por su parte, el reconocido sumiller Josep Roca resaltó la oportunidad de museo de Vilafranca para «hacer entender que la cultura del vino tiene que ver con la más antigua de las culturas, que es la agricultura», además de elogiar el compromiso del museo de reivindicar el paisaje, el territorio y la cultura.
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