La renovación del parque del Laberinto de Horta permitirá plantar un total de 2.211 cipreses de una altura de entre 150 y 175 centímetros a lo largo de todo el recorrido. Además de la recuperación vegetal del jardín histórico, se restaurará el circuito de agua, las estructuras escultóricas y cerámicas
del jardín, las balaustradas, las escaleras y diversas piezas de cerámica.
Otro aspecto importante del proyecto es la renovación completa del sistema de riego y la mejora del suelo para optimizar el uso del agua, promoviendo un uso más sostenible de los recursos hídricos. Se implementarán mejoras en los parterres para conservar adecuadamente la humedad y se añadirá grava en ciertas zonas para facilitar la infiltración del agua en el subsuelo. Además, se emplearán especies vegetales autóctonas con menores necesidades de agua y se introducirá un sistema de riego por goteo sectorizado. Este sistema es muy preciso en cuanto a las necesidades de agua, permitiendo una regulación específica según la orientación, las zonas de sombra y el estado de la vegetación. Asimismo, se adapta a las necesidades de los cipreses, que requieren más agua en capas profundas que en un suelo excesivamente húmedo.
La obra tiene una duración prevista de 12 meses y comenzará el próximo mes de marzo. Este proyecto esencial para la recuperación y renovación del laberinto vegetal tiene un presupuesto de 1,48 millones de euros, financiados en un 67,6% por los fondos europeos Next Generation EU, dentro del Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos en Barcelona. Durante las obras, el laberinto vegetal permanecerá cerrado al público y seguirá cerrado unos 12 meses adicionales para permitir el arraigo de la vegetación.
Esta renovación también busca establecer las pautas generales que guiarán futuras intervenciones de mantenimiento del monumento para garantizar su protección y conservación. Además, refuerza la definición de la vegetación para facilitar la lectura histórica, mejorando la experiencia de la visita y haciéndola más interesante, cómoda, segura y enriquecedora para un público amplio. Final<mente, permitirá mejorar la integración del laberinto vegetal en el conjunto del
parque del Laberinto de Horta, destacando la unidad de todo el complejo, sus valores patrimoniales y paisajísticos, así como su relación con los elementos del territorio. La renovación también cumple con la recomendación de la UNESCO para la conservación de jardines históricos, recogida en la Carta de Florencia, que reconoce estos espacios como monumentos y establece la obligación de protegerlos.
El parque del Laberinto de Horta es el jardín histórico más antiguo conservado en la ciudad. Su construcción se inició en 1791 y la primera fase se completó en 1808. Es el único laberinto vegetal de la ciudad y uno de los pocos tan antiguos y de alto valor patrimonial en toda España. La última restauración profunda del parque se realizó en 1994, y desde entonces se gestiona como un jardín-museo, con acceso controlado. Actualmente, el jardín está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y se encuentra en proceso de ser declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN).
La intervención incluirá la plantación de más de 2.000 cipreses y la restauración de las estructuras escultóricas y cerámicas
La renovación del parque del Laberinto de Horta permitirá plantar un total de 2.211 cipreses de una altura de entre 150 y 175 centímetros a lo largo de todo el recorrido. Además de la recuperación vegetal del jardín histórico, se restaurará el circuito de agua, las estructuras escultóricas y cerámicas
del jardín, las balaustradas, las escaleras y diversas piezas de cerámica.
Otro aspecto importante del proyecto es la renovación completa del sistema de riego y la mejora del suelo para optimizar el uso del agua, promoviendo un uso más sostenible de los recursos hídricos. Se implementarán mejoras en los parterres para conservar adecuadamente la humedad y se añadirá grava en ciertas zonas para facilitar la infiltración del agua en el subsuelo. Además, se emplearán especies vegetales autóctonas con menores necesidades de agua y se introducirá un sistema de riego por goteo sectorizado. Este sistema es muy preciso en cuanto a las necesidades de agua, permitiendo una regulación específica según la orientación, las zonas de sombra y el estado de la vegetación. Asimismo, se adapta a las necesidades de los cipreses, que requieren más agua en capas profundas que en un suelo excesivamente húmedo.
La obra tiene una duración prevista de 12 meses y comenzará el próximo mes de marzo. Este proyecto esencial para la recuperación y renovación del laberinto vegetal tiene un presupuesto de 1,48 millones de euros, financiados en un 67,6% por los fondos europeos Next Generation EU, dentro del Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos en Barcelona. Durante las obras, el laberinto vegetal permanecerá cerrado al público y seguirá cerrado unos 12 meses adicionales para permitir el arraigo de la vegetación.
Esta renovación también busca establecer las pautas generales que guiarán futuras intervenciones de mantenimiento del monumento para garantizar su protección y conservación. Además, refuerza la definición de la vegetación para facilitar la lectura histórica, mejorando la experiencia de la visita y haciéndola más interesante, cómoda, segura y enriquecedora para un público amplio. Final
parque del Laberinto de Horta, destacando la unidad de todo el complejo, sus valores patrimoniales y paisajísticos, así como su relación con los elementos del territorio. La renovación también cumple con la recomendación de la UNESCO para la conservación de jardines históricos, recogida en la Carta de Florencia, que reconoce estos espacios como monumentos y establece la obligación de protegerlos.
El parque del Laberinto de Horta es el jardín histórico más antiguo conservado en la ciudad. Su construcción se inició en 1791 y la primera fase se completó en 1808. Es el único laberinto vegetal de la ciudad y uno de los pocos tan antiguos y de alto valor patrimonial en toda España. La última restauración profunda del parque se realizó en 1994, y desde entonces se gestiona como un jardín-museo, con acceso controlado. Actualmente, el jardín está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y se encuentra en proceso de ser declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN).
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