El pasado 1 de noviembre, con la DANA que ha arrasado buena parte de la Comunidad Valenciana todavía activa, un contingente partió de la Región de Murcia para ayudar a los damnificados. En él viajaba el subinspector de la Policía Local de Murcia José Martínez que, a pesar de sus años de experiencia, no conocía «una destrucción de tal magnitud«. «Impacta ver una ciudad completamente alterada por un desastre natural».
Junto a Martínez viajaron en esa primera expedición de emergencias de la Región de Murcia agentes de la policía local de la capital autonómica y de Yecla, bomberos de Murcia y del consorcio de la comunidad autónoma, y efectivos de Protección Civil de Murcia, Torre Pacheco y San Pedro del Pinatar, 152 personas en total.
Ese 1 de noviembre, día de Todos los Santos, el subinspector estaba trabajando en el dispositivo especial que organiza el Ayuntamiento de Murcia para controlar los accesos a los cementerios cuando le comunicaron que se necesitaba un equipo de 15 agentes voluntarios que quisieran asistir en la tragedia.
«En media hora ya tenía listo el grupo de compañeros y compañeras dispuestos a salir, sin saber ni la hora ni el destino exacto», relata.
El equipo fue derivado al municipio valenciano de Algemesí, de unos 25.000 habitantes y que ha sufrido importantes estragos a consecuencia del desbordamiento del río Magro, un afluente del Júcar, que arrasó con viviendas, vehículos y todo lo que encontró a su paso.
Su impresión al llegar al lugar recuerda a una película del fin del mundo: «El paisaje era desolador. Había vehículos en medio de los bancales, completamente tirados. En las calles estaban apilados como castillos de naipes, se calcula que estaban allí amontonados unos 10.000 vehículos. Había enormes cantidades de barro por todas partes. Se notaba la tristeza en las caras de los ciudadanos», explica.
Su equipo ayudó a vaciar de agua y sacar vehículos de cinco garajes que habían quedado anegados y en los que, afortunadamente, no encontraron víctimas mortales, aunque se habían concienciado de que era una posibilidad real e incluso habían abordado previamente que, de encontrar cadáveres, estos podrían hallarse en un estado de descomposición acelerado por el agua, y cómo actuar al respecto.
«Después de años de servicio, se normalizan determinadas situaciones muy crudas y es más fácil lidiar con ellas, pero aún así, al encontrarse con ciertas escenas, un agente puede verse sobrepasado. Impacta mucho ver cómo una ciudad está completamente alterada por un desastre natural», apunta.
Él mismo, con quince años de trayectoria en la Policía Local, y habiendo colaborado antes en otros desastres naturales como la dana que inundó la ciudad de Murcia en 2019, asegura que nunca se había enfrentado a una situación similar: «Una destrucción de tal magnitud nunca la había visto. Nadie está preparado para esto», asegura.
Por eso, comprende a los numerosos vecinos que se les acercaron mientras colaboraban con las tareas de limpieza y que acababan rompiendo a llorar: «Decían que se sentían abandonados a nivel político, pero la ayuda de la gente les generaba una enorme gratitud», señala.
Martínez ha insistido en «remarcar la solidaridad de los voluntarios de toda España» que se encontraron en esa primera expedición, «gente que, en su tiempo libre y con pocos medios», no dudó en prestar su ayuda junto a policías, bomberos y efectivos de protección civil, de los que ha destacado también su «calidad profesional y humana».
Asimismo, le llamó mucho la atención al subinspector la «coordinación dentro del caos» por parte de las autoridades de Algemesí y su capacidad de decisión para distribuir los medios y priorizar las zonas de actuación.
El Ayuntamiento de Murcia ha mantenido en esta localidad valenciana un dispositivo diario de 15 agentes de Policía Local: en los primeros días sus labores estuvieron más centradas en la limpieza, achiques y retirada de vehículos, y actualmente han derivado principalmente a otras de control y organización del tráfico y garantía de la seguridad ciudadana, explica Martínez.
Los viajes de ida y vuelta se están aprovechando también para llevar a la zona donaciones de alimentos, material de limpieza y calzado que la Policía Local está recibiendo de forma incesante de empresas y particulares, y que depositan en los puntos de entrega habilitados en Algemesí.
Martínez, que regresa este próximo jueves a la zona de la tragedia, recuerda que muchos hogares continúan sin agua ni luz, por lo que pone en valor las donaciones de agua embotellada y de comida preparada, aunque hay otras que, no por ser menos imprescindibles, dejan de ser conmovedoras: la Policía Local hizo llegar a los niños de Algemesí una donación de una empresa de gominolas «para hacerles un poco más dulce esta nueva realidad a la que se enfrentan».
Noticias de Murcia en La Razón
El pasado 1 de noviembre, con la DANA que ha arrasado buena parte de la Comunidad Valenciana todavía activa, un contingente partió de la Región de Murcia para ayudar a los damnificados. En él viajaba el subinspector de la Policía Local de Murcia José Martínez que, a pesar de sus años de experiencia, no conocía «una destrucción de tal magnitud». «Impacta ver una ciudad completamente alterada por un desastre natural».. Junto a Martínez viajaron en esa primera expedición de emergencias de la Región de Murcia agentes de la policía local de la capital autonómica y de Yecla, bomberos de Murcia y del consorcio de la comunidad autónoma, y efectivos de Protección Civil de Murcia, Torre Pacheco y San Pedro del Pinatar, 152 personas en total.. Ese 1 de noviembre, día de Todos los Santos, el subinspector estaba trabajando en el dispositivo especial que organiza el Ayuntamiento de Murcia para controlar los accesos a los cementerios cuando le comunicaron que se necesitaba un equipo de 15 agentes voluntarios que quisieran asistir en la tragedia.. «En media hora ya tenía listo el grupo de compañeros y compañeras dispuestos a salir, sin saber ni la hora ni el destino exacto», relata.. El equipo fue derivado al municipio valenciano de Algemesí, de unos 25.000 habitantes y que ha sufrido importantes estragos a consecuencia del desbordamiento del río Magro, un afluente del Júcar, que arrasó con viviendas, vehículos y todo lo que encontró a su paso.. Su impresión al llegar al lugar recuerda a una película del fin del mundo: «El paisaje era desolador. Había vehículos en medio de los bancales, completamente tirados. En las calles estaban apilados como castillos de naipes, se calcula que estaban allí amontonados unos 10.000 vehículos. Había enormes cantidades de barro por todas partes. Se notaba la tristeza en las caras de los ciudadanos», explica.. Su equipo ayudó a vaciar de agua y sacar vehículos de cinco garajes que habían quedado anegados y en los que, afortunadamente, no encontraron víctimas mortales, aunque se habían concienciado de que era una posibilidad real e incluso habían abordado previamente que, de encontrar cadáveres, estos podrían hallarse en un estado de descomposición acelerado por el agua, y cómo actuar al respecto.. «Después de años de servicio, se normalizan determinadas situaciones muy crudas y es más fácil lidiar con ellas, pero aún así, al encontrarse con ciertas escenas, un agente puede verse sobrepasado. Impacta mucho ver cómo una ciudad está completamente alterada por un desastre natural», apunta.. Él mismo, con quince años de trayectoria en la Policía Local, y habiendo colaborado antes en otros desastres naturales como la dana que inundó la ciudad de Murcia en 2019, asegura que nunca se había enfrentado a una situación similar: «Una destrucción de tal magnitud nunca la había visto. Nadie está preparado para esto», asegura.. Por eso, comprende a los numerosos vecinos que se les acercaron mientras colaboraban con las tareas de limpieza y que acababan rompiendo a llorar: «Decían que se sentían abandonados a nivel político, pero la ayuda de la gente les generaba una enorme gratitud», señala.. Martínez ha insistido en «remarcar la solidaridad de los voluntarios de toda España» que se encontraron en esa primera expedición, «gente que, en su tiempo libre y con pocos medios», no dudó en prestar su ayuda junto a policías, bomberos y efectivos de protección civil, de los que ha destacado también su «calidad profesional y humana».. Asimismo, le llamó mucho la atención al subinspector la «coordinación dentro del caos» por parte de las autoridades de Algemesí y su capacidad de decisión para distribuir los medios y priorizar las zonas de actuación.. El Ayuntamiento de Murcia ha mantenido en esta localidad valenciana un dispositivo diario de 15 agentes de Policía Local: en los primeros días sus labores estuvieron más centradas en la limpieza, achiques y retirada de vehículos, y actualmente han derivado principalmente a otras de control y organización del tráfico y garantía de la seguridad ciudadana, explica Martínez.. Los viajes de ida y vuelta se están aprovechando también para llevar a la zona donaciones de alimentos, material de limpieza y calzado que la Policía Local está recibiendo de forma incesante de empresas y particulares, y que depositan en los puntos de entrega habilitados en Algemesí.. Martínez, que regresa este próximo jueves a la zona de la tragedia, recuerda que muchos hogares continúan sin agua ni luz, por lo que pone en valor las donaciones de agua embotellada y de comida preparada, aunque hay otras que, no por ser menos imprescindibles, dejan de ser conmovedoras: la Policía Local hizo llegar a los niños de Algemesí una donación de una empresa de gominolas «para hacerles un poco más dulce esta nueva realidad a la que se enfrentan».
Junto a José Martínez viajaron en esa primera expedición de emergencias de la Región de Murcia más de 150 agentes de la policía, bomberos y agentes de protección civil