El sector industrial llegó a representar en los años 90 el 24 por ciento del PIB de la Comunitat Valenciana, un peso que durante las últimas décadas ha ido descendiendo hasta situarse en la actualidad en un preocupante y escaso 14 por ciento. Tanto es así, que el pasado mes de septiembre el Gobierno valenciano anunció una Estrategia de Reindustrialización para relanzar el sector, basada en el impulso al suelo destinado a este tipo de empresas.. Con la mitad de la provincia completamente arrasada por la DANA del pasado 29 de octubre, que fue especialmente inclemente con áreas altamente industriales, aquel plan ha quedado ahora en papel mojado. Imposible crear suelo industrial en unas parcelas que han quedado completamente anegadas. Sin embargo, las ayudas serán ahora más necesarias que nunca, ya que se corre el grave riesgo de que se acelere el proceso de desindustrialización que ya venía sufriendo la Comunidad Valenciana.. El PIB de la Comunidad Valenciana representa casi el 10 por ciento del total español, por lo que las pérdidas para la riqueza industrial de la región repercutirán de manera inevitable en la economía del país.. El presidente de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA), Francisco Segura, alertó ayer en una entrevista concedida a la televisión pública À Punt, de la necesidad de que las ayudas directas y públicas lleguen lo antes posible.. Añadió que muchas empresas proveedoras del sector del automóvil ya estaban pasando por una situación difícil antes de la DANA por la bajada de la producción y que esta catástrofe puede abocarles a cerrar definitivamente.. Además, explicó que si no recuperan rápidamente su capacidad de producción, corren el peligro de la deslocalización porque los fabricantes de vehículos buscarán proveedores alternativos fuera de la Comunitat Valenciana. Esto provocará, según dijo, un vacío industrial. Es más, también indicó que «sabemos ya de algún caso de empresas que no quieren estar en terrenos inundables y que posiblemente se irán de España».. El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (lVIE) y catedrático de Economía de la Universitat de València, Joaquín Maudos, coincidía ayer también en solicitar que las ayudas y la liquidez lleguen lo antes posible a las empresas porque el tiempo corre en contra: si hay retrasos, las empresas no pueden reiniciar su actividad y pierden clientes. En algunos casos, no podrían recuperarse y estarían abocados al cierre.. A corto plazo los sectores más afectados por las inundaciones son los que dependen de la renta de las familias, y con el gasto extraordinario que deben de hacer las afectadas, el consumo en ocio se va a resentir. Otros, en cambio, notarán un crecimiento: son los que tienen que dar servicios para recomponer la zona afectada.. A medio plazo, el experto del IVIE afirma que el objetivo debe ser que la economía retorne a donde estaba el día antes de la DANA y, para ello, las ayudas tiene que ser realistas, cubrir el verdadero coste de reconstrucción y llegar pronto.
El sector manufacturero había ido bajando su peso en el PIB regional a lo largo de las últimas décadas y la riada no hace más que acelerar el proceso
El sector industrial llegó a representar en los años 90 el 24 por ciento del PIB de la Comunitat Valenciana, un peso que durante las últimas décadas ha ido descendiendo hasta situarse en la actualidad en un preocupante y escaso 14 por ciento. Tanto es así, que el pasado mes de septiembre el Gobierno valenciano anunció una Estrategia de Reindustrialización para relanzar el sector, basada en el impulso al suelo destinado a este tipo de empresas.. Con la mitad de la provincia completamente arrasada por la DANA del pasado 29 de octubre, que fue especialmente inclemente con áreas altamente industriales, aquel plan ha quedado ahora en papel mojado. Imposible crear suelo industrial en unas parcelas que han quedado completamente anegadas. Sin embargo, las ayudas serán ahora más necesarias que nunca, ya que se corre el grave riesgo de que se acelere el proceso de desindustrialización que ya venía sufriendo la Comunidad Valenciana.. El PIB de la Comunidad Valenciana representa casi el 10 por ciento del total español, por lo que las pérdidas para la riqueza industrial de la región repercutirán de manera inevitable en la economía del país.. El presidente de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA), Francisco Segura, alertó ayer en una entrevista concedida a la televisión pública À Punt, de la necesidad de que las ayudas directas y públicas lleguen lo antes posible.. Añadió que muchas empresas proveedoras del sector del automóvil ya estaban pasando por una situación difícil antes de la DANA por la bajada de la producción y que esta catástrofe puede abocarles a cerrar definitivamente.. Además, explicó que si no recuperan rápidamente su capacidad de producción, corren el peligro de la deslocalización porque los fabricantes de vehículos buscarán proveedores alternativos fuera de la Comunitat Valenciana. Esto provocará, según dijo, un vacío industrial. Es más, también indicó que «sabemos ya de algún caso de empresas que no quieren estar en terrenos inundables y que posiblemente se irán de España».. El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (lVIE) y catedrático de Economía de la Universitat de València, Joaquín Maudos, coincidía ayer también en solicitar que las ayudas y la liquidez lleguen lo antes posible a las empresas porque el tiempo corre en contra: si hay retrasos, las empresas no pueden reiniciar su actividad y pierden clientes. En algunos casos, no podrían recuperarse y estarían abocados al cierre.. A corto plazo los sectores más afectados por las inundaciones son los que dependen de la renta de las familias, y con el gasto extraordinario que deben de hacer las afectadas, el consumo en ocio se va a resentir. Otros, en cambio, notarán un crecimiento: son los que tienen que dar servicios para recomponer la zona afectada.. A medio plazo, el experto del IVIE afirma que el objetivo debe ser que la economía retorne a donde estaba el día antes de la DANA y, para ello, las ayudas tiene que ser realistas, cubrir el verdadero coste de reconstrucción y llegar pronto.
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