Un mal chiste puede haber infligido el mayor daño a la campaña de Donald Trump en los últimos meses. El desafortunado comentario del humorista Tony Hinchcliffe, comparando Puerto Rico con «una isla flotante de basura» durante el mitin multitudinario organizado por el republicano en el Madison Square Garden de Nueva York, amenaza con despertar la hostilidad en un amplio sector del electorado que se reparte por los estados clave donde se decidirán las elecciones a falta de menos de una semana para la votación.. Más de cinco millones de personas de origen puertorriqueño residen en Estados Unidos, especialmente en Pensilvania, Georgia y Wisconsin. Tres de los siete estados decisivos. Según las estimaciones de la Encuesta de Comunidades Americanas de la Oficina del Censo de EE UU, más de 472.000 personas de ascendencia puertorriqueña vivían en Pensilvania en 2023. Y otras 130.000 y 120.000 personas que se identifican como puertorriqueñas residen en Carolina del Norte y Georgia, respectivamente.. En la recta final de la carrera a la Casa Blanca, demócratas y republicanos han intentado atraer a las distintas comunidades latinas en Arizona, Pensilvania y Nevada. Por eso, los ataques contra los grupos minoritarios con estereotipos racistas pueden costarle caro a Trump. Consciente de la gravedad, el expresidente negó conocer ayer a Hinchcliffe pese a ser uno de los oradores invitados en su baño de masas en Nueva York.. Según encuestas de 2020, los votantes puertorriqueños en Florida se inclinaron mucho más hacia los demócratas que los votantes cubanos en el electorado del estado, con solo alrededor de un tercio de los votantes puertorriqueños en Florida apoyando a Trump. Los republicanos del Estado del Sol, el senador Rick Scott, la representante María Elvira Salazar y el representante Carlos Gimenez, fueron rápidos en condenar el comentario de Hinchcliffe, al igual que el representante puertorriqueño Anthony D’Esposito. «La única cosa que es ‘basura’ fue un mal set de comedia. Mantente en el mensaje», escribió D’Esposito, que enfrenta una dura batalla por la reelección.. Pero algunos republicanos, como el candidato a vicepresidente y senador de Ohio J.D. Vance, no condenaron el comentario. Vance, al igual que Trump, dijo que no había «visto realmente el chiste», pero afirmó: «Creo que tenemos que dejar de ofendernos por cada cosita en los Estados Unidos de América».. Varias celebrities puertorriqueñas –como Ricky Martin, Bad Bunny y Jennifer Lopez– compartieron el nuevo plan de la campaña de Kamala Harris para el territorio estadounidense, centrado en fomentar el crecimiento económico y modernizar su red eléctrica, en respuesta a los comentarios de Hinchcliffe. El cantante Marc Anthony, quien también es de ascendencia puertorriqueña, apoyó a la candidata demócrata el lunes, escribiendo en las redes sociales: «Recuerdo que cuando nuestras familias carecían de agua limpia y electricidad, Trump lanzó toallas de papel y llamó a Puerto Rico ‘sucio’ y ‘pobre’».. El último en hacerlo ha sido el reguetonero Nicky Jam, que había apoyado públicamente a Trump. «La razón por la que apoyé a Donald Trump es porque creía que era lo mejor para la economía de Estados Unidos, donde viven muchos latinos… muchos inmigrantes que están sufriendo por el estado de la economía… Siendo [Trump] un hombre de negocios, sentí que era lo correcto», ha explicado en un vídeo compartido en sus redes sociales: «Nunca en mi vida pensé que un mes después vendría un comediante a criticar a mi país, a hablar mal de mi país, y por eso renuncio a cualquier apoyo a Donald Trump y me alejo de cualquier situación política. Puerto Rico merece respeto».. En septiembre, Nicky Jam apareció en uno de los mítines de Trump. «¿Conoces a Nicky? ¡Está buena!» dijo desde el escenario Trump, quien ni siquiera sabía que Nicky Jam es un hombre: «¿Dónde está Nicky? ¿Dónde está Nicky? Gracias, Nicky. Es genial tenerte aquí».
Un mal chiste puede haber infligido el mayor daño a la campaña de Donald Trump en los últimos meses. El desafortunado comentario del humorista Tony Hinchcliffe, comparando Puerto Rico con [[LINK:INTERNO|||Article|||6720344540afb0e4729c426a|||«una isla flotante de basura» ]]durante el mitin multitudinario organizado por el republicano en el Madison Square Garden de Nueva York, amenaza con despertar la hostilidad en un amplio sector del electorado que se reparte por los estados clave donde se decidirán las elecciones a falta de menos de una semana para la votación.. Más de cinco millones de personas de origen puertorriqueño residen en Estados Unidos, especialmente en Pensilvania, Georgia y Wisconsin. Tres de los siete estados decisivos. Según las estimaciones de la Encuesta de Comunidades Americanas de la Oficina del Censo de EE UU, más de 472.000 personas de ascendencia puertorriqueña vivían en Pensilvania en 2023. Y otras 130.000 y 120.000 personas que se identifican como puertorriqueñas residen en Carolina del Norte y Georgia, respectivamente.. En la recta final de la carrera a la Casa Blanca, demócratas y republicanos han intentado atraer a las distintas comunidades latinas en Arizona, Pensilvania y Nevada. Por eso, los ataques contra los grupos minoritarios con estereotipos racistas pueden costarle caro a Trump. Consciente de la gravedad, el expresidente negó conocer ayer a Hinchcliffe pese a ser uno de los oradores invitados en su baño de masas en Nueva York.. Según encuestas de 2020, los votantes puertorriqueños en Florida se inclinaron mucho más hacia los demócratas que los votantes cubanos en el electorado del estado, con solo alrededor de un tercio de los votantes puertorriqueños en Florida apoyando a Trump. Los republicanos del Estado del Sol, el senador Rick Scott, la representante María Elvira Salazar y el representante Carlos Gimenez, fueron rápidos en condenar el comentario de Hinchcliffe, al igual que el representante puertorriqueño Anthony D’Esposito. «La única cosa que es ‘basura’ fue un mal set de comedia. Mantente en el mensaje», escribió D’Esposito, que enfrenta una dura batalla por la reelección.. Pero algunos republicanos, como el candidato a vicepresidente y senador de Ohio J.D. Vance, no condenaron el comentario. Vance, al igual que Trump, dijo que no había «visto realmente el chiste», pero afirmó: «Creo que tenemos que dejar de ofendernos por cada cosita en los Estados Unidos de América».. Varias celebrities puertorriqueñas –como Ricky Martin, Bad Bunny y Jennifer Lopez– compartieron el nuevo plan de la campaña de Kamala Harris para el territorio estadounidense, centrado en fomentar el crecimiento económico y modernizar su red eléctrica, en respuesta a los comentarios de Hinchcliffe. El cantante Marc Anthony, quien también es de ascendencia puertorriqueña, apoyó a la candidata demócrata el lunes, escribiendo en las redes sociales: «Recuerdo que cuando nuestras familias carecían de agua limpia y electricidad, Trump lanzó toallas de papel y llamó a Puerto Rico ‘sucio’ y ‘pobre’».. El último en hacerlo ha sido el reguetonero Nicky Jam, que había apoyado públicamente a Trump. «La razón por la que apoyé a Donald Trump es porque creía que era lo mejor para la economía de Estados Unidos, donde viven muchos latinos… muchos inmigrantes que están sufriendo por el estado de la economía… Siendo [Trump] un hombre de negocios, sentí que era lo correcto», ha explicado en un vídeo compartido en sus redes sociales: «Nunca en mi vida pensé que un mes después vendría un comediante a criticar a mi país, a hablar mal de mi país, y por eso renuncio a cualquier apoyo a Donald Trump y me alejo de cualquier situación política. Puerto Rico merece respeto».. En septiembre, Nicky Jam apareció en uno de los mítines de Trump. «¿Conoces a Nicky? ¡Está buena!» dijo desde el escenario Trump, quien ni siquiera sabía que Nicky Jam es un hombre: «¿Dónde está Nicky? ¿Dónde está Nicky? Gracias, Nicky. Es genial tenerte aquí».
Más de cinco millones de puertorriqueños residen en EE UU, especialmente en Pensilvania, Georgia y Wisconsin, tres de los siete estados decisivos. Un mal chiste ha hecho reaccionar a la comunidad
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