La versión marroquí de Google Maps ha eliminado los puntos que separaban al Sáhara Occidental del resto del país, según constató la agencia AFP, apenas unos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU respaldara el plan de autonomía marroquí como la “solución más viable” para el territorio en disputa. “¡Gracias a Dios!”, “La línea imaginaria ya no existe”, celebraron varios internautas marroquíes en X y Facebook, donde el cambio fue recibido como una victoria simbólica.. Según las observaciones de AFP, la desaparición de la línea divisoria afecta únicamente a la versión marroquí de la aplicación. En otros países (como Estados Unidos, Francia, Argelia o Chipre) el trazado fronterizo punteado que delimita el Sáhara Occidental continúa visible. El gigante tecnológico estadounidense no ha emitido comentarios hasta el momento, pero solo Google tiene autoridad para modificar la representación oficial de sus mapas. La modificación, sin embargo, llega en un contexto diplomático muy sensible y se interpreta como un reflejo digital del respaldo internacional que Marruecos acaba de obtener.. El cambio cartográfico coincide con la aprobación en Nueva York de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que respalda el plan marroquí de autonomía, presentado por Rabat en 2007, y que establece la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental con un régimen de autogobierno limitado. La decisión, impulsada por Estados Unidos, fue calificada de “histórica” por el Gobierno marroquí. En la votación, Argelia -principal apoyo del Frente Polisario, movimiento independentista saharaui- optó por no participar, protestando por lo que considera una marginación del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.. Hasta ahora, las resoluciones del Consejo habían instado a Marruecos, al Frente Polisario, a Argelia y a Mauritania a retomar las negociaciones suspendidas desde 2019 para alcanzar una “solución política viable, duradera y mutuamente aceptable”. La nueva resolución, sin embargo, marca un cambio de tono al reconocer explícitamente que la propuesta de autonomía marroquí “constituye la opción más realista”.. Un conflicto que dura medio siglo. El Sáhara Occidental, antigua colonia española hasta 1975, fue ocupado por Marruecos tras la Marcha Verde, una movilización masiva organizada por el rey Hassan II. Aquel movimiento precipitó la retirada española y desencadenó una guerra entre Marruecos, Mauritania y el Frente Polisario, que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).. En 1991, un alto el fuego mediado por la ONU puso fin al conflicto armado y dio origen a la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), que debía organizar una consulta de autodeterminación. Ese referéndum, sin embargo, nunca llegó a celebrarse. Desde entonces, Marruecos controla alrededor del 80 % del territorio, separado por un muro de arena y fortificaciones que se extiende más de 2.700 kilómetros. El Polisario mantiene su base de operaciones en Tinduf (Argelia), donde decenas de miles de refugiados saharauis viven desde hace décadas en condiciones precarias.. Para la ONU, el Sáhara Occidental sigue siendo un “territorio no autónomo”, pendiente de descolonización. No obstante, en los últimos años, Rabat ha logrado un creciente respaldo internacional: en 2020, la administración de Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el territorio, en un gesto que varios países árabes y africanos han seguido posteriormente.. El Sáhara Occidental es una vasta franja desértica de unos 266.000 km², rica en fosfatos, con abundantes recursos pesqueros en su costa atlántica y posibles yacimientos de petróleo y gas aún sin explotar. Para Marruecos, mantener el control sobre el territorio no solo tiene un valor histórico y simbólico, sino también económico y estratégico.
La versión marroquí de Google Maps ha eliminado los puntos que separaban al Sáhara Occidental del resto del país, según constató la agencia AFP, apenas unos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU respaldara el plan de autonomía marroquí como la “solución más viable” para el territorio en disputa. “¡Gracias a Dios!”, “La línea imaginaria ya no existe”, celebraron varios internautas marroquíes en X y Facebook, donde el cambio fue recibido como una victoria simbólica.. Según las observaciones de AFP, la desaparición de la línea divisoria afecta únicamente a la versión marroquí de la aplicación. En otros países (como Estados Unidos, Francia, Argelia o Chipre) el trazado fronterizo punteado que delimita el Sáhara Occidental continúa visible. El gigante tecnológico estadounidense no ha emitido comentarios hasta el momento, pero solo Google tiene autoridad para modificar la representación oficial de sus mapas. La modificación, sin embargo, llega en un contexto diplomático muy sensible y se interpreta como un reflejo digital del respaldo internacional que Marruecos acaba de obtener.. El cambio cartográfico coincide con la aprobación en Nueva York de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que respalda el plan marroquí de autonomía, presentado por Rabat en 2007, y que establece la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental con un régimen de autogobierno limitado. La decisión, impulsada por Estados Unidos, fue calificada de “histórica” por el Gobierno marroquí. En la votación, Argelia -principal apoyo del Frente Polisario, movimiento independentista saharaui- optó por no participar, protestando por lo que considera una marginación del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.. Hasta ahora, las resoluciones del Consejo habían instado a Marruecos, al Frente Polisario, a Argelia y a Mauritania a retomar las negociaciones suspendidas desde 2019 para alcanzar una “solución política viable, duradera y mutuamente aceptable”. La nueva resolución, sin embargo, marca un cambio de tono al reconocer explícitamente que la propuesta de autonomía marroquí “constituye la opción más realista”.. Un conflicto que dura medio siglo. El Sáhara Occidental, antigua colonia española hasta 1975, fue ocupado por Marruecos tras la Marcha Verde, una movilización masiva organizada por el rey Hassan II. Aquel movimiento precipitó la retirada española y desencadenó una guerra entre Marruecos, Mauritania y el Frente Polisario, que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).. En 1991, un alto el fuego mediado por la ONU puso fin al conflicto armado y dio origen a la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), que debía organizar una consulta de autodeterminación. Ese referéndum, sin embargo, nunca llegó a celebrarse. Desde entonces, Marruecos controla alrededor del 80 % del territorio, separado por un muro de arena y fortificaciones que se extiende más de 2.700 kilómetros. El Polisario mantiene su base de operaciones en Tinduf (Argelia), donde decenas de miles de refugiados saharauis viven desde hace décadas en condiciones precarias.. Para la ONU, el Sáhara Occidental sigue siendo un “territorio no autónomo”, pendiente de descolonización. No obstante, en los últimos años, Rabat ha logrado un creciente respaldo internacional: en 2020, la administración de Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el territorio, en un gesto que varios países árabes y africanos han seguido posteriormente.. El Sáhara Occidental es una vasta franja desértica de unos 266.000 km², rica en fosfatos, con abundantes recursos pesqueros en su costa atlántica y posibles yacimientos de petróleo y gas aún sin explotar. Para Marruecos, mantener el control sobre el territorio no solo tiene un valor histórico y simbólico, sino también económico y estratégico.
El cambio cartográfico coincide con la aprobación en Nueva York de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que respalda el plan marroquí de autonomía
Internacional: noticias internacionales de hoy en La Razón
