El gobierno de Estados Unidos ha iniciado una revisión de sus arsenales de misiles y municiones en respuesta al agotamiento de sus reservas por la cada vez más exigente demanda global de sistemas de armamento en todo el mundo. La decisión de frenar temporalmente algunos envíos de misiles Patriot, artillería de precisión y armamento para F-16 a Ucrania forma parte de una evaluación más amplia que incluye a todos los países aliados. Esta pausa evidencia la tensión entre las necesidades militares externas y la prioridad de mantener defensas internas sólidas, especialmente ante posibles escenarios en el Indo-Pacífico y Medio Oriente.. Actualmente, el arsenal estadounidense incluye unos 400 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Minuteman III, una flota de 14 submarinos nucleares con misiles Trident II, y bombarderos estratégicos que transportan misiles y bombas nucleares. En total, se estima que EE. UU. mantiene unas 3.700 ojivas activas o en reserva, además de miles más en proceso de desmantelamiento. En cuanto a armamento convencional, el país ha enfrentado dificultades para reponer sus existencias de misiles Tomahawk, interceptores Patriot y cohetes HIMARS, tras años de apoyo constante a Ucrania, Israel y operaciones navales en el mar Rojo.. Para contrarrestar este desgaste, el Pentágono ha elevado su presupuesto para la industria armamentística, incrementando la producción de municiones de artillería, misiles guiados y defensas antiaéreas. Sin embargo, varios analistas han advertido de que la velocidad de fabricación aún no alcanza a cubrir el ritmo de uso, y que el país enfrenta ahora el desafío de sostener su papel de gendarme global como principal proveedor de seguridad mundial sin comprometer su propia capacidad de respuesta militar.. Entre las cosas que más escasean ahora mismo en el arsenal de Estados Unidos están los misiles antiaéreos y las municiones de precisión. Los Patriot, por ejemplo, que son los interceptores que usan tanto los ucranianos como los israelíes, se están usando tan rápido que la fábrica no da abasto. Lo mismo pasa con los misiles SM-2 y SM-6 que lanza la Marina desde sus barcos: en los últimos meses se han disparado cientos solo en el mar Rojo, y eso ha dejado los inventarios muy justos. Otros sistemas como los THAAD o los NASAMS, que también son para defensa aérea, están siendo usados con más frecuencia de lo esperado y el stock está bajando.. También hay un problema serio con la artillería. Los proyectiles de 155 mm, que son básicos para los cañones modernos, se están produciendo a un ritmo acelerado, pero aun así no es suficiente. Ucrania sola ha llegado a gastar más de 90.000 al mes. A eso se le suman los cohetes GMLRS, que se disparan desde los HIMARS y son guiados por GPS: EE UU está fabricando más de mil al mes, pero ni así alcanza. Y los misiles de largo alcance como los ATACMS, que ya se han enviado a Ucrania, también están en número limitado.. En cuanto a los misiles de ataque más sofisticados, como los Tomahawk o los JASSM, también hay escasez. Se usan para misiones de precisión desde barcos, bombarderos o aviones de combate, y cada uno cuesta una fortuna. Se han usado mucho en guerras pasadas y ahora con todos los frentes abiertos —Europa, Medio Oriente, Asia— no hay margen de sobra. Incluso los misiles antitanque como los Javelin y los TOW se han enviado en masa y están tardando en reponerse. Todo esto ha obligado al Pentágono a mirar con lupa cada envío y decidir a quién se le manda qué, porque la industria no puede reponer al ritmo que se gasta.. De hecho, Estados Unidos controla cerca del 42 % del comercio mundial de armas, muy por delante de sus competidores, y envía armamento a gobiernos de más de cien países en regiones de Oriente Medio, Europa, Asia‑Pacífico. Entre los principales destinos se encuentran Arabia Saudí, Japón, Australia, Corea del Sur, Qatar, Kuwait, Israel, Reino Unido e India. El 38% de sus armas se vende en Oriente Medio; el 35% en Europa. El resto se suministra a la región de Asia Pacífico.
El gobierno de Estados Unidos ha iniciado una revisión de sus arsenales de misiles y municiones en respuesta al agotamiento de sus reservas por la cada vez más exigente demanda global de sistemas de armamento en todo el mundo. La decisión de frenar temporalmente algunos envíos de misiles Patriot, artillería de precisión y armamento para F-16 a Ucrania forma parte de una evaluación más amplia que incluye a todos los países aliados. Esta pausa evidencia la tensión entre las necesidades militares externas y la prioridad de mantener defensas internas sólidas, especialmente ante posibles escenarios en el Indo-Pacífico y Medio Oriente.. Actualmente, el arsenal estadounidense incluye unos 400 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Minuteman III, una flota de 14 submarinos nucleares con misiles Trident II, y bombarderos estratégicos que transportan misiles y bombas nucleares. En total, se estima que EE. UU. mantiene unas 3.700 ojivas activas o en reserva, además de miles más en proceso de desmantelamiento. En cuanto a armamento convencional, el país ha enfrentado dificultades para reponer sus existencias de misiles Tomahawk, interceptores Patriot y cohetes HIMARS, tras años de apoyo constante a Ucrania, Israel y operaciones navales en el mar Rojo.. Para contrarrestar este desgaste, el Pentágono ha elevado su presupuesto para la industria armamentística, incrementando la producción de municiones de artillería, misiles guiados y defensas antiaéreas. Sin embargo, varios analistas han advertido de que la velocidad de fabricación aún no alcanza a cubrir el ritmo de uso, y que el país enfrenta ahora el desafío de sostener su papel de gendarme global como principal proveedor de seguridad mundial sin comprometer su propia capacidad de respuesta militar.. Entre las cosas que más escasean ahora mismo en el arsenal de Estados Unidos están los misiles antiaéreos y las municiones de precisión. Los Patriot, por ejemplo, que son los interceptores que usan tanto los ucranianos como los israelíes, se están usando tan rápido que la fábrica no da abasto. Lo mismo pasa con los misiles SM-2 y SM-6 que lanza la Marina desde sus barcos: en los últimos meses se han disparado cientos solo en el mar Rojo, y eso ha dejado los inventarios muy justos. Otros sistemas como los THAAD o los NASAMS, que también son para defensa aérea, están siendo usados con más frecuencia de lo esperado y el stock está bajando.. También hay un problema serio con la artillería. Los proyectiles de 155 mm, que son básicos para los cañones modernos, se están produciendo a un ritmo acelerado, pero aun así no es suficiente. Ucrania sola ha llegado a gastar más de 90.000 al mes. A eso se le suman los cohetes GMLRS, que se disparan desde los HIMARS y son guiados por GPS: EE UU está fabricando más de mil al mes, pero ni así alcanza. Y los misiles de largo alcance como los ATACMS, que ya se han enviado a Ucrania, también están en número limitado.. En cuanto a los misiles de ataque más sofisticados, como los Tomahawk o los JASSM, también hay escasez. Se usan para misiones de precisión desde barcos, bombarderos o aviones de combate, y cada uno cuesta una fortuna. Se han usado mucho en guerras pasadas y ahora con todos los frentes abiertos —Europa, Medio Oriente, Asia— no hay margen de sobra. Incluso los misiles antitanque como los Javelin y los TOW se han enviado en masa y están tardando en reponerse. Todo esto ha obligado al Pentágono a mirar con lupa cada envío y decidir a quién se le manda qué, porque la industria no puede reponer al ritmo que se gasta.. A qué países exporta armas EEUU. De hecho, Estados Unidos controla cerca del 42 % del comercio mundial de armas, muy por delante de sus competidores, y envía armamento a gobiernos de más de cien países en regiones de Oriente Medio, Europa, Asia‑Pacífico. Entre los principales destinos se encuentran Arabia Saudí, Japón, Australia, Corea del Sur, Qatar, Kuwait, Israel, Reino Unido e India. El 38% de sus armas se vende en Oriente Medio; el 35% en Europa. El resto se suministra a la región de Asia Pacífico.
Tras años de apoyo a Israel, Ucrania y las operaciones en el Mar Rojo, el Pentágono ha visto reducido sus arsenales de sistemas Patriot, HIMARS y misiles Tomahawk
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