Resulta que la crisis que puso en duda todo lo que hacía el Real Madrid se ha resuelto, en LaLiga, con una diferencia del Barcelona de seis puntos de ventaja (pero con un partido más del líder), es decir, que todo está por disputarse y el fin del mundo, como suele pasar, ha terminado en nada grave.. El Barcelona se mostró frágil sin Lamine Yamal contra la Real Sociedad mientras que el Real Madrid recuperó, en la más absoluta adversidad contra Osasuna, el espíritu colectivo con el que tan bien le fue durante todo el año pasado. Recuperó el espíritu colectivo y al mejor Bellingham, tan importante para la buena marcha del equipo blanco, sobre todo al principio de la temporada pasada. «Hice un partido como siempre lo hago, pero esta vez marqué un gol», dijo el futbolista después del encuentro del sábado. Es verdad que su cifra de goles durante el año pasado fue asombrosa, pero también pesaba mucho más en el equipo que este curso. El sábado hizo su primer gol del año. A estas alturas de la temporada pasada, ya llevaba 13 tantos marcados.. Como el resto de las estrellas de Carlo Ancelotti, ha pagado el confuso comienzo del equipo.. Pero es que Bellingham lo ha pagado más que otros futbolistaLo s, porque el entrenador italiano lo ha movido por varias partes del campo intentando encontrarle el sitio con el que equilibrar un equipo que se partía con facilidad. Bellingham, siempre obediente, cambiaba de lugar partido a partidos (a veces en el mismo encuentro varias veces) y la impresión era que se le estaba desaprovechando. «Había un ‘‘run run’’ porque metí muchos goles la pasada temporada, pero mi rol ha cambiado esta temporada por otras zonas del campo», reconocía el fin de semana, antes de marcharse con la selección inglesa para los partidos internacionales. «Haré cualquier cosa por el bien del equipo. Que he sido menos egoísta y me gustaría seguir así. Mi objetivo es ayudar al equipo de cualquier manera», contaba.. Uno de los partidos donde más se vio el extraño papel de Jude Bellingham este curso fue en el Clásico del Santiago Bernabéu, cuando jugó en casi todas las posiciones posibles del centro del campo y a veces tuvo que cubrir la espalda de Lucas Vázquez en la banda derecha.. Fue en Vigo, contra el Celta, cuando Carlo Ancelotti probó a cambiarle de banda. El entrenador pensó que por la izquierda, donde empieza Vinicius y donde suele caer Mbappé, había atasco, mientras que por la otra banda, por la derecha, había sitio: «La banda izquierda es más ocupada porque a Kylian Mbappé le gusta jugar con la banda izquierda. La derecha está descubierta. Ahí con Bellingham y Rodrygo podemos ser bastante más efectivos», pensó el entrenador italiano durante unas semanas de este comienzo de temporada.. No salió bien. Ha habido gestos de Bellingham que denotaban que no estaba cómodo. Se le vio enfadado en alguna jugada cuando no le veían en posición franca de remate y la oportunidad se desvanecía. Era un Bellingham que había perdido el sitio y que pisaba el área muchísimo menos que hace un año.. El equipo ha echado mucho de menos su desmarque desde la segunda línea, que es mucho más imprevisible que el de los delanteros.. Se vio en el partido contra Osasuna. Bellingham arrancó desde atrás y los centrales dudaron porque no sabían de quién era la marca. Así, remató el pase de Lunin con una excelente vaselina. Ese partido ya lo jugó en la banda izquierda a la hora de defender y con más libertad cuando el equipo ataca. Con Camavinga como media punta, los centrocampistas van a defender hacia arriba, es decir, presionando y eso le gusta más a Jude Bellingham: está más cómodo en la presión que esperando.
Tras un comienzo de temporada en el que ha jugado en varias posiciones, por fin ha aparecido el futbolista del año pasado
Resulta que la crisis que puso en duda todo lo que hacía el Real Madrid se ha resuelto, en LaLiga, con una diferencia del Barcelona de seis puntos de ventaja (pero con un partido más del líder), es decir, que todo está por disputarse y el fin del mundo, como suele pasar, ha terminado en nada grave.. El Barcelona se mostró frágil sin Lamine Yamal contra la Real Sociedad mientras que el Real Madrid recuperó, en la más absoluta adversidad contra Osasuna, el espíritu colectivo con el que tan bien le fue durante todo el año pasado. Recuperó el espíritu colectivo y al mejor Bellingham, tan importante para la buena marcha del equipo blanco, sobre todo al principio de la temporada pasada. «Hice un partido como siempre lo hago, pero esta vez marqué un gol», dijo el futbolista después del encuentro del sábado. Es verdad que su cifra de goles durante el año pasado fue asombrosa, pero también pesaba mucho más en el equipo que este curso. El sábado hizo su primer gol del año. A estas alturas de la temporada pasada, ya llevaba 13 tantos marcados.. Como el resto de las estrellas de Carlo Ancelotti, ha pagado el confuso comienzo del equipo.. Pero es que Bellingham lo ha pagado más que otros futbolistaLo s, porque el entrenador italiano lo ha movido por varias partes del campo intentando encontrarle el sitio con el que equilibrar un equipo que se partía con facilidad. Bellingham, siempre obediente, cambiaba de lugar partido a partidos (a veces en el mismo encuentro varias veces) y la impresión era que se le estaba desaprovechando. «Había un ‘‘run run’’ porque metí muchos goles la pasada temporada, pero mi rol ha cambiado esta temporada por otras zonas del campo», reconocía el fin de semana, antes de marcharse con la selección inglesa para los partidos internacionales. «Haré cualquier cosa por el bien del equipo. Que he sido menos egoísta y me gustaría seguir así. Mi objetivo es ayudar al equipo de cualquier manera», contaba.. Uno de los partidos donde más se vio el extraño papel de Jude Bellingham este curso fue en el Clásico del Santiago Bernabéu, cuando jugó en casi todas las posiciones posibles del centro del campo y a veces tuvo que cubrir la espalda de Lucas Vázquez en la banda derecha.. Fue en Vigo, contra el Celta, cuando Carlo Ancelotti probó a cambiarle de banda. El entrenador pensó que por la izquierda, donde empieza Vinicius y donde suele caer Mbappé, había atasco, mientras que por la otra banda, por la derecha, había sitio: «La banda izquierda es más ocupada porque a Kylian Mbappé le gusta jugar con la banda izquierda. La derecha está descubierta. Ahí con Bellingham y Rodrygo podemos ser bastante más efectivos», pensó el entrenador italiano durante unas semanas de este comienzo de temporada.. No salió bien. Ha habido gestos de Bellingham que denotaban que no estaba cómodo. Se le vio enfadado en alguna jugada cuando no le veían en posición franca de remate y la oportunidad se desvanecía. Era un Bellingham que había perdido el sitio y que pisaba el área muchísimo menos que hace un año.. El equipo ha echado mucho de menos su desmarque desde la segunda línea, que es mucho más imprevisible que el de los delanteros.. Se vio en el partido contra Osasuna. Bellingham arrancó desde atrás y los centrales dudaron porque no sabían de quién era la marca. Así, remató el pase de Lunin con una excelente vaselina. Ese partido ya lo jugó en la banda izquierda a la hora de defender y con más libertad cuando el equipo ataca. Con Camavinga como media punta, los centrocampistas van a defender hacia arriba, es decir, presionando y eso le gusta más a Jude Bellingham: está más cómodo en la presión que esperando.
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