Hay leyendas que perduran en el tiempo y que dejan curiosidades. Una de ellas se encuentra dentro de la Colegiata de Santa María del Mercado de Berlanga de Duero. Allí, para los más curiosos se halla expuesto un caimán, de unos 3,3 metros de longitud que habría llegado a esta localidad soriana en la primera mitad del siglo XV, aproximadamente por Fray Tomás de Berlanga, natural de la villa y que llegó a ser obispo de Panamá, además de ser un descubridor de las Islas Galápagos.. Recopilemos pues cómo fue esta historia. Fray Tomás de Berlanga nació en la localidad soriana de Berlanga de Duero, cinco años antes del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, dentro de una familia de modestos agricultores. Ya desde pequeño se mostró muy proclive por los estudios y se trasladó hasta la vecina El Burgo de Osma para continuar los pasos de Santo Domingo de Guzmán. Años después estudia en el convento de San Esteban en Salamanca y a demás de prepararse humanísticamente, se instruye en temas geográficos, náuticos y de ciencias naturales.. Finalizados sus estudios se embarca hacia La Española en la denominada «Segunda expedición dominicana» llegando a ser nombrado prior del Convento de los Dominicos en Santo Domingo. Es ahí, cuando su azarosa vida le lleva a desempeñar numerosos cargos como Obispo de Panamá, Viceprovincial dominico en México, Consejero de la Corona de España y mediador de las disputas en Perú entre Diego de Almagro y Francisco Pizarro.. Descubridor de las Islas Galápagos, impulsaría el cultivo del plátano de las Islas Canarias allí y a su regreso a España, cuando ya había cumplido los 50 años viajaba con tomates y patatas y traía con él un caimán de unos cuatro metros vivo para mostrarlo a sus paisanos y corroborar sus viajes por tierras americanas.. Pero en Soria, y con el frío que existe en estas tierras, este animal tan exótico resistió poco y murió, pero los vecinos decidieron disecarlo y colgarlo de una de las paredes de la colegiata. A raíz de ello se formaron muchas leyendas alrededor de este lagarto, una de ellas señalaba que oculto bajo la tierra caminaba durante la noche ahuyentando a los rebaños.. Otra de las leyendas que discurren por estos lares hablan de una chica que escapó de su casa en busca de amoríos, pero al día siguiente su cuerpo aparecía devorado por algún animal salvaje. Un suceso que se fue repitiendo cada poco hasta que al final se cazó al animal, que era por supuesto este caimán, al que los vecinos colgaron en la colegiata para exorcizar todos sus males.. Con el tiempo el caimán se ha convertido en un recurso turístico de primer orden de esta localidad. Incluso existe una confitería de nombre «El Torero» que vende unas galletas en forma de lagarto y que tienen mucha fama.
Actualmente se puede contemplar en la Colegiata de Santa María del Mercado de Berlanga de Duero
Hay leyendas que perduran en el tiempo y que dejan curiosidades. Una de ellas se encuentra dentro de la Colegiata de Santa María del Mercado de Berlanga de Duero. Allí, para los más curiosos se halla expuesto un caimán, de unos 3,3 metros de longitud que habría llegado a esta localidad soriana en la primera mitad del siglo XV, aproximadamente por Fray Tomás de Berlanga, natural de la villa y que llegó a ser obispo de Panamá, además de ser un descubridor de las Islas Galápagos.. Recopilemos pues cómo fue esta historia. Fray Tomás de Berlanga nació en la localidad soriana de Berlanga de Duero, cinco años antes del descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, dentro de una familia de modestos agricultores. Ya desde pequeño se mostró muy proclive por los estudios y se trasladó hasta la vecina El Burgo de Osma para continuar los pasos de Santo Domingo de Guzmán. Años después estudia en el convento de San Esteban en Salamanca y a demás de prepararse humanísticamente, se instruye en temas geográficos, náuticos y de ciencias naturales.. Finalizados sus estudios se embarca hacia La Española en la denominada «Segunda expedición dominicana» llegando a ser nombrado prior del Convento de los Dominicos en Santo Domingo. Es ahí, cuando su azarosa vida le lleva a desempeñar numerosos cargos como Obispo de Panamá, Viceprovincial dominico en México, Consejero de la Corona de España y mediador de las disputas en Perú entre Diego de Almagro y Francisco Pizarro.. Descubridor de las Islas Galápagos, impulsaría el cultivo del plátano de las Islas Canarias allí y a su regreso a España, cuando ya había cumplido los 50 años viajaba con tomates y patatas y traía con él un caimán de unos cuatro metros vivo para mostrarlo a sus paisanos y corroborar sus viajes por tierras americanas.. Pero en Soria, y con el frío que existe en estas tierras, este animal tan exótico resistió poco y murió, pero los vecinos decidieron disecarlo y colgarlo de una de las paredes de la colegiata. A raíz de ello se formaron muchas leyendas alrededor de este lagarto, una de ellas señalaba que oculto bajo la tierra caminaba durante la noche ahuyentando a los rebaños.. Otra de las leyendas que discurren por estos lares hablan de una chica que escapó de su casa en busca de amoríos, pero al día siguiente su cuerpo aparecía devorado por algún animal salvaje. Un suceso que se fue repitiendo cada poco hasta que al final se cazó al animal, que era por supuesto este caimán, al que los vecinos colgaron en la colegiata para exorcizar todos sus males.. Con el tiempo el caimán se ha convertido en un recurso turístico de primer orden de esta localidad. Incluso existe una confitería de nombre «El Torero» que vende unas galletas en forma de lagarto y que tienen mucha fama.
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