Algunas decisiones en la vida solo admiten consecuencias extremas: se puede quedar como un genio o como un idiota. Wang Chuanfu (Wuwei, China, 59 años), el CEO de BYD, quiso demostrar la seguridad y limpieza de las baterías que desarrollaba su empresa durante una reunión con Berkshire Hathaway, la firma de Warren Buffett, bebiéndose un vaso del líquido electrolítico de una de ellas. Todos quedaron atónitos. Años después, convertido en el hombre más rico de China, el veredicto es evidente: es un genio.. Seguir leyendo. Un hombre familiar. En OurChinaStory, un portal de noticias chino, se menciona que, incluso después de hacerse rico, Wang decidió permanecer cercano a su familia: vivió con su hermano y cuñada en Shenzhen para “retribuir su apoyo”.
Lleva BYD de ser una pequeña empresa de baterías para móviles a convertirse en el mayor fabricante mundial de vehículos electrificados por volumen
Algunas decisiones en la vida solo admiten consecuencias extremas: se puede quedar como un genio o como un idiota. Wang Chuanfu (Wuwei, China, 59 años), el CEO de BYD, quiso demostrar la seguridad y limpieza de las baterías que desarrollaba su empresa durante una reunión con Berkshire Hathaway, la firma de Warren Buffett, bebiéndose un vaso del líquido electrolítico de una de ellas. Todos quedaron atónitos. Años después, convertido en el hombre más rico de China, el veredicto es evidente: es un genio.. En apenas tres décadas, BYD ha pasado de ser una pequeña fábrica de baterías en Shenzhen a convertirse en el mayor fabricante mundial de vehículos electrificados, disputando el liderazgo global a Tesla. La compañía vende más de tres millones de coches eléctricos e híbridos al año, exporta a más de 60 países y fabrica la innovadora batería Blade, que incluso la empresa de Elon Musk ha empezado a incorporar en algunos de sus modelos.. BYD es la novena compañía privada con mayor valor de China, con una capitalización de unos 110.000 millones de dólares en 2024. Su expansión en Europa se ha acelerado incluso tras la imposición de aranceles al automóvil del país asiático. La posibilidad de que la firma instale una fábrica de eléctricos en España ha pasado en las últimas semanas de ser un rumor a una hipótesis verosímil dentro del sector. Según adelantó Reuters, el gigante chino estudia abrir su tercera planta europea de ensamblaje en territorio español, tras las ya proyectadas en Hungría y Turquía.. Wang, cuya fortuna ronda los 24.000 millones de dólares, según Forbes, forma parte de una generación de empresarios chinos que escaparon de la pobreza para unirse a la nueva clase multimillonaria del país, beneficiándose de la apertura económica de China, que declaró estratégica la industria de vehículos eléctricos e híbridos y otorgó miles de millones en subsidios y ventajas fiscales a fabricantes como BYD. El propio Wang es miembro del Partido Comunista Chino.. Le describen como un hombre tranquilo y de costumbres sencillas. Mantiene hábitos humildes: viaja en clase turista en vuelos comerciales siempre que la agenda se lo permite, lleva personalmente su maleta y prefiere pasar desapercibido en público. Durante años comió habitualmente en el comedor de empleados de BYD y vivió con su esposa e hija en una vivienda de la propia empresa en Shenzhen.. Nació en una familia campesina muy humilde, como el menor de ocho hermanos. Sus padres murieron cuando él era adolescente, aunque no están del todo claras las circunstancias del fallecimiento. Según el periódico Diario del pueblo, su padre murió tras una “larga enfermedad”. Respecto a su madre, OurChinaStory relata que colapsó repentinamente mientras trabajaba en el campo y falleció antes de llegar al hospital.. Sus hermanos trabajaron durante años para financiarle la educación. Wang obtuvo una beca para estudiar Química, Física y Metalurgia en la Universidad Central del Sur, en Changsha. Después cursó un máster en Tecnología de Baterías en el Instituto de Investigación de Metales No Ferrosos de Pekín.. Tras finalizar sus estudios, trabajó varios años como investigador en una entidad estatal. En 1993, el centro donde había hecho su posgrado fundó una empresa de baterías en Shenzhen y, gracias a su especialización, Wang fue nombrado director general.. En 1995, con 29 años, decidió independizarse y fundó en Shenzhen su propia empresa de baterías recargables, BYD Company, contando con el apoyo financiero de su primo Lu Xiangyang, quien le prestó 250.000 yuanes (unos 30.000 dólares) como capital inicial. El despegue de BYD fue fulgurante. En menos de cinco años se convirtió en uno de los mayores fabricantes mundiales de baterías para teléfonos móviles. Desde el principio, la estrategia de Wang fue clara: emular productos exitosos y reducir costes.. En 2003, dio el salto del sector de la electrónica de consumo al del automóvil. Ese año, BYD adquirió Qinchuan Machinery Works, un pequeño fabricante de automoción en dificultades financieras, y con ello fundó la filial BYD Auto. En 2005 vio la luz su primer turismo, el F3, un sedán de motor de combustión interna que se convirtió en uno de los coches más vendidos en el país a finales de esa década.. Wang apostó decididamente por la electrificación. En 2008 presentó los primeros modelos híbridos y eléctricos de BYD, convencido de que las baterías tenían un potencial más allá de los móviles. Sin embargo, esa visión no fue comprendida inicialmente por todos: muchos accionistas mostraron escepticismo ante el costoso cambio de rumbo hacia el coche eléctrico, lo que provocó una caída de hasta el 31% en el valor bursátil de la empresa.. Sus primeros vehículos eléctricos e híbridos lograron cierta tracción en el mercado chino, y esto atrajo la atención del inversor Charlie Munger, socio de Warren Buffett. Fascinado por BYD, Munger convenció a este de que la joven empresa china tenía un futuro brillante. “Este tipo es una combinación de Thomas Edison y Jack Welch… Nunca he visto nada igual”, dijo Munger sobre Wang.. Berkshire Hathaway invirtió alrededor de 232 millones de dólares por el 9,9% de BYD. Esta inyección de capital y confianza internacional supuso un espaldarazo enorme para la compañía, que apenas un año después lanzó su primer autobús 100% eléctrico de 12 metros e intensificó su expansión en vehículos de nueva energía. El valor de la acción de BYD se multiplicó por cinco tras la entrada de Buffett, y en 2009 Wang se convirtió en el hombre más rico de China.. BYD acaba de desbancar a Tesla como el mayor vendedor de vehículos eléctricos del mundo por volumen. Musk, que en 2011 se había burlado de la compañía diciendo “no creo que tengan un gran producto”, tuvo que tragarse sus palabras más de una década después al admitir que los coches de BYD “son muy competitivos”. La historia, caprichosa como siempre, se cerraba en círculo: aquel ingeniero chino al que algunos tomaron por un idiota acabó demostrando que, en realidad, era un genio.. Un hombre familiar. En OurChinaStory, un portal de noticias chino, se menciona que, incluso después de hacerse rico, Wang decidió permanecer cercano a su familia: vivió con su hermano y cuñada en Shenzhen para “retribuir su apoyo”.
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