Lograr que las tierras del Condado de Huelva no se vean invadidas por placas solares que terminen por destruir las últimas superficies del viñedo tradicional del Condado de Huelva, un ecosistema propio del entorno de Doñana, es el objetivo del proyecto «Botinero».. Para ello es necesario «un apoyo económico inmediato a los viticultores», según ha indicado, a través de un comunicado, Luis Bejarano, presidente de la asociación El Burrito Feliz (EBF), promotora del proyecto.. La iniciativa, ha explicado, nace ante la preocupación por la desaparición «a un ritmo trepidante», de este viñedo; una destrucción, por arranque, que en solo unos años «ha pasado de contar con más de 40.000 hectáreas a las tan solo 1.800 que sobreviven a día de hoy».. Desde hace tres años, la asociación trabaja intensamente para conseguir apoyos directos a los viticultores por parte de las administraciones, ya que, han indicado, «los precios de la uva se están pagando al mismo nivel que hace treinta años, mientras los costes se han multiplicado por cinco».. Además, este año, la llegada de una plaga de Mildiu ha destrozado la cosecha y ello aboca, según los ecologistas, a que los agricultores arranquen el viñedo que sobrevive en el campo: «El desastre del Mildiu se ha presentado en el peor momento, ya que la liquidez de los viticultores y de las cooperativas públicas del Condado están en números rojos desde hace más de cuatro cosechas», han señalado.. Asimismo, ha informado EBF, el ente que debería estar apoyando con urgencia la solvencia de los agricultores, la Mancomunidad del Condado, lleva «dos años regando con Fondos Europeos a una multitud de proyectos encaminados a dinamizar turísticamente los viñedos. Los mismos viñedos que están desapareciendo sin que las administraciones onubenses hagan nada por evitarlo».. Desde la asociación han remarcado que en solo unos años han cerrado Cooperativas vinícolas tan emblemáticas como la de La Palma del Condado, y pueblos del entorno, como es el caso de Hinojos, han visto desaparecer en su totalidad su superficie de viñedo; y existen otras cooperativas a punto de desaparecer por la insoportable asfixia económica a la que están sometidas, y se corre el riesgo de que Manzanilla o Villalba acaben «echando el cierre» y dejando a estos dos pueblos sin uno de los motores que dinamizaba la economía local y servía de elemento para fijar población.. Ante esta situación, EBF, con su presidente a la cabeza, ha emprendido una campaña que confía en que se traduzca, por parte de la Diputación y la Junta de Andalucía, en una ayuda urgente para salvar al viñedo de su definitivo arranque.
En solo unos años se ha pasado de contar con más de 40.000 hectáreas de viñedos a 1.800 que sobreviven a día de hoy
Lograr que las tierras del Condado de Huelva no se vean invadidas por placas solares que terminen por destruir las últimas superficies del viñedo tradicional del Condado de Huelva, un ecosistema propio del entorno de Doñana, es el objetivo del proyecto «Botinero».. Para ello es necesario «un apoyo económico inmediato a los viticultores», según ha indicado, a través de un comunicado, Luis Bejarano, presidente de la asociación El Burrito Feliz (EBF), promotora del proyecto.. La iniciativa, ha explicado, nace ante la preocupación por la desaparición «a un ritmo trepidante», de este viñedo; una destrucción, por arranque, que en solo unos años «ha pasado de contar con más de 40.000 hectáreas a las tan solo 1.800 que sobreviven a día de hoy».. Desde hace tres años, la asociación trabaja intensamente para conseguir apoyos directos a los viticultores por parte de las administraciones, ya que, han indicado, «los precios de la uva se están pagando al mismo nivel que hace treinta años, mientras los costes se han multiplicado por cinco».. Además, este año, la llegada de una plaga de Mildiu ha destrozado la cosecha y ello aboca, según los ecologistas, a que los agricultores arranquen el viñedo que sobrevive en el campo: «El desastre del Mildiu se ha presentado en el peor momento, ya que la liquidez de los viticultores y de las cooperativas públicas del Condado están en números rojos desde hace más de cuatro cosechas», han señalado.. Asimismo, ha informado EBF, el ente que debería estar apoyando con urgencia la solvencia de los agricultores, la Mancomunidad del Condado, lleva «dos años regando con Fondos Europeos a una multitud de proyectos encaminados a dinamizar turísticamente los viñedos. Los mismos viñedos que están desapareciendo sin que las administraciones onubenses hagan nada por evitarlo».. Desde la asociación han remarcado que en solo unos años han cerrado Cooperativas vinícolas tan emblemáticas como la de La Palma del Condado, y pueblos del entorno, como es el caso de Hinojos, han visto desaparecer en su totalidad su superficie de viñedo; y existen otras cooperativas a punto de desaparecer por la insoportable asfixia económica a la que están sometidas, y se corre el riesgo de que Manzanilla o Villalba acaben «echando el cierre» y dejando a estos dos pueblos sin uno de los motores que dinamizaba la economía local y servía de elemento para fijar población.. Ante esta situación, EBF, con su presidente a la cabeza, ha emprendido una campaña que confía en que se traduzca, por parte de la Diputación y la Junta de Andalucía, en una ayuda urgente para salvar al viñedo de su definitivo arranque.
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