Euphrosyne Doxiadis reaviva el debate sobre la autenticidad de la obra conservada en Londres: ‘Sansón y Dalila’. Según la experta, se trata de una copia hecha por estudiantes
¿Puede que el cuadro ‘Sansón y Dalila’, del maestro flamenco Rubens expuesto en la National Gallery de Londres, sea solo una copia? Puede. Al menos, así lo afirma la investigación que pretende relanzar el debate sobre la autenticidad de una obra sobre la que ya se puso el dedo acusador en el pasado.. Leer más. ]]>
Arte
¿Puede que el cuadro ‘Sansón y Dalila’, del maestro flamenco Rubens expuesto en la National Gallery de Londres, sea solo una copia? Puede. Al menos, así lo afirma la investigación que pretende relanzar el debate sobre la autenticidad de una obra sobre la que ya se puso el dedo acusador en el pasado.. El museo londinense adquirió, 1980, este cuadro del siglo XVII atribuido a Peter Paul Rubens por 2,5 millones de libras de la época (unos 3 millones de euros). Según su descripción de la National Gallery, el cuadro se distingue especialmente por «un trabajo de luces y sombras muy contrastados y unos colores ricos y profundos».. Esta no es la opinión de la artista e historiadora del arte griega Euphrosyne Doxiadis, autora de ‘NG6461: El falso Rubens’, que sale a la venta el miércoles. El título hace referencia al número de referencia de la obra en la colección del museo. «Rubens pintó un cuadro titulado ‘Sansón y Dalila’, pero este cuadro de la National Gallery no es ese», aseguró Doxiadis en una entrevista a la AFP.. Contactada, la National Gallery sostuvo que la obra que había adquirido había sido «considerada durante mucho tiempo por los principales especialistas en Rubens como una obra maestra de Peter Paul Rubens» . «El análisis del cuadro fue presentado en un artículo del ‘National Gallery Technical Bulletin’ en 1983. Y las conclusiones siguen siendo válidas», añade la institución.. La obra está inspirada en el episodio del Antiguo Testamento en el que Sansón, dormido sobre las rodillas de Dalila, de quien está enamorado, sin saberlo, le cortan el cabello, fuente de su inmensa fuerza. Debilitado, fue hecho prisionero. Rubens completó su obra alrededor de 1609. Luego desapareció misteriosamente durante casi tres siglos, hasta que reapareció en París en 1929.. Después de haber tenido varios propietarios, finalmente fue adquirida por la National Gallery. En 1985, Euphrosyne Doxiadis vio la obra e inmediatamente se dijo que «era sólo una mala copia prestada» por el museo. Fueron los colores «chillones» los que primero la alertaron. «Sobre todo era la falta de armonía de colores (…) y el diseño, la composición eran totalmente incoherentes», recuerda. «Y no me di cuenta en ese momento, pero en el cuadro falta el pie de Sansón, faltan los dedos», lo que considera imposible si la obra fuera efectivamente de Rubens.. Otros antes que ella ya habían expresado dudas sobre la autenticidad de esta pintura. Estos críticos han señalado en particular que otras reproducciones, que datan de la época en que Rubens pintó su lienzo, muestran tres soldados posicionados detrás de la puerta en el fondo, en comparación con los cinco en la pintura de la National Gallery. Sorprendida al enterarse de que la National Gallery había comprado la obra como si fuera un auténtico Rubens, Euphrosyne Doxiadis, conocida por su trabajo en retratos funerarios del antiguo Egipto, se embarcó en lo que ella llama una investigación «detectivesca».. En su libro afirma haber identificado al verdadero autor del cuadro colgado en el museo de Londres. Según ella, se trata de un trabajo colectivo realizado por tres alumnos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. «Era una práctica dentro de la academia ver a los estudiantes copiando obras de viejos maestros», dice.. En un principio no se trataba de afirmar que el cuadro era de Rubens, pero tras ser vendido en París de buena fe, su nuevo propietario consiguió que un experto lo «autenticara» como obra del maestro flamenco, elevándolo a la categoría de «obra maestra» .. Euphrosyne Doxiadis fue rechazada por varios editores antes de convencer finalmente a Eris Press, con sede en Londres, distribuida por Columbia University Press, para que publicara su libro. «Todo el mundo me cerraba la puerta en las narices porque no querían verse envueltos en algo tan polémico «, acusa, denunciando una «dictadura de expertos » .