Un día un bultito, una analítica… y un médico que intenta suavizar lo inevitable con un «tienes una cosilla». Así empezó la historia de Rocío Fernández, comunicadora sevillana que decidió transformar el miedo en impulso. Hoy preside la Asociación Breast Cancer Survivor Sevilla, una red de mujeres que reman juntas en un barco dragón para recuperar la fuerza, la autoestima y la alegría de vivir. A golpe de palada, el deporte, la cultura y la vida social se convierten en su mejor forma de seguir adelante.. «Tienes una cosilla». Tres palabras que cambian la vida. ¿Qué sentiste al escucharlas?. Me quedé sin palabras. Durante varias semanas me sentí al borde de un precipicio, como si pudiera caerme al vacío. Recuerdo con horror esa primera etapa del desafío del cáncer de mama.. ¿Cómo se digiere algo así cuando tu vida parece ir por otro camino?. La vida se para, se suspende y sin apenas tiempo de pensar comienzas la lucha diaria por tu supervivencia. Mi agenda se convirtió en una rutina centrada en seguir las pautas que me indicaban los médicos, de tratamientos y pruebas que marcaron mis días durante once meses. Cuando acaba esa etapa es cuando te das cuenta de que tu vida ha cambiado. Tus necesidades son distintas y tu felicidad está en otras cosas.. De esa experiencia personal nace la Asociación Breast Cancer Survivor Sevilla. ¿En qué momento decides que no basta con sobrevivir, sino que hay que ayudar a otras a volver a vivir?. Las dragonas entraron en mi vida en un momento muy necesario, porque yo estaba reemprendiendo mi vida personal después del cáncer. Tenía que normalizar la enfermedad y ellas me ayudaron muchísimo hasta convertirse en mi familia dragona. Mi compromiso personal está centrado en ayudar a otras personas en su reintegración social después de los tratamientos oncológicos a través del deporte, la cultura y la vida en general. La familia dragona somos mujeres unidas por el cáncer y comprometidas socialmente en ayudar a otras.. En vuestra filosofía hay una idea poderosa: «volver a la vida activa». ¿Qué significa eso para una mujer que ha pasado por un cáncer de mama?. La vida activa en un entorno social adaptado a nuestras necesidades reales después del cáncer de mama. El cáncer es un punto de inflexión en tu vida, y en esa vuelta a la vida necesitas apoyarte en tu salud. El deporte es fuente de salud, como la cultura y la vida social. La familia dragona somos un grupo de mujeres que tenemos cáncer de mama y que, a través del deporte, encontramos un modo de vida saludable y en equipo.. Hablas a menudo de «eliminar los estigmas» y de «igualdad a través del deporte». ¿Cuáles son esos prejuicios que aún pesan sobre las supervivientes y cómo se combaten?. El cáncer sigue estando asociado a la muerte, en muchos casos por desinformación. Hemos normalizado el cáncer en nuestras vidas y libramos nuestra propia batalla de vida, como puede hacerlo cualquier otra persona. En nuestro deporte, las paladas son: vida, resistencia, superación, autoestima, conciliación familiar, empoderamiento de la mujer y, con todo, vida.. Además del cuerpo, hay un trabajo emocional enorme. ¿Cómo se reconstruye la autoestima después de un proceso así?. Después de los tratamientos y las cirugías, el cuerpo cambia y la mente se hace más fuerte, pero tienes que sentirlo y entenderlo. El deporte de equipo, como el barco dragón, te enseña a entender que eres más fuerte de lo que crees y que la disciplina en el entrenamiento te ayuda a sentirte mejor, más poderosa, más capaz.. ¿Qué papel juega la sociedad en esa reintegración? ¿Sientes que todavía hay una mirada paternalista o de lástima hacia las personas que han superado un cáncer?. La normalización del cáncer en la sociedad es una necesidad, porque lamentablemente afecta a todos y entre todos tenemos que superarlo. Entiendo que vamos evolucionando y somos conscientes de que, en cualquier momento, la enfermedad te puede tocar a ti.. Después de todo lo vivido, ¿qué has aprendido de ti misma?. El cáncer de mama fue un punto de inflexión en mi vida. Me ha enseñado a ser más valiente, a tener más confianza en mí misma y a no rendirme; a luchar por lo que quiero y a no preocuparme por cosas que no lo merecen. El desafío cáncer me ha enseñado a luchar y «a vivir con los labios pintados y la sonrisa puesta», como decía Ángeles del Valle, fundadora de las dragonas de Sevilla. Porque cuando el cáncer te pone a prueba, toca remar.
Preside una red de mujeres que reman juntas para recuperar la autoestima
Un día un bultito, una analítica… y un médico que intenta suavizar lo inevitable con un «tienes una cosilla». Así empezó la historia de Rocío Fernández, comunicadora sevillana que decidió transformar el miedo en impulso. Hoy preside la Asociación Breast Cancer Survivor Sevilla, una red de mujeres que reman juntas en un barco dragón para recuperar la fuerza, la autoestima y la alegría de vivir. A golpe de palada, el deporte, la cultura y la vida social se convierten en su mejor forma de seguir adelante.. «Tienes una cosilla». Tres palabras que cambian la vida. ¿Qué sentiste al escucharlas?. Me quedé sin palabras. Durante varias semanas me sentí al borde de un precipicio, como si pudiera caerme al vacío. Recuerdo con horror esa primera etapa del desafío del cáncer de mama.. ¿Cómo se digiere algo así cuando tu vida parece ir por otro camino?. La vida se para, se suspende y sin apenas tiempo de pensar comienzas la lucha diaria por tu supervivencia. Mi agenda se convirtió en una rutina centrada en seguir las pautas que me indicaban los médicos, de tratamientos y pruebas que marcaron mis días durante once meses. Cuando acaba esa etapa es cuando te das cuenta de que tu vida ha cambiado. Tus necesidades son distintas y tu felicidad está en otras cosas.. De esa experiencia personal nace la Asociación Breast Cancer Survivor Sevilla. ¿En qué momento decides que no basta con sobrevivir, sino que hay que ayudar a otras a volver a vivir?. Las dragonas entraron en mi vida en un momento muy necesario, porque yo estaba reemprendiendo mi vida personal después del cáncer. Tenía que normalizar la enfermedad y ellas me ayudaron muchísimo hasta convertirse en mi familia dragona. Mi compromiso personal está centrado en ayudar a otras personas en su reintegración social después de los tratamientos oncológicos a través del deporte, la cultura y la vida en general. La familia dragona somos mujeres unidas por el cáncer y comprometidas socialmente en ayudar a otras.. En vuestra filosofía hay una idea poderosa: «volver a la vida activa». ¿Qué significa eso para una mujer que ha pasado por un cáncer de mama?. La vida activa en un entorno social adaptado a nuestras necesidades reales después del cáncer de mama. El cáncer es un punto de inflexión en tu vida, y en esa vuelta a la vida necesitas apoyarte en tu salud. El deporte es fuente de salud, como la cultura y la vida social. La familia dragona somos un grupo de mujeres que tenemos cáncer de mama y que, a través del deporte, encontramos un modo de vida saludable y en equipo.. Hablas a menudo de «eliminar los estigmas» y de «igualdad a través del deporte». ¿Cuáles son esos prejuicios que aún pesan sobre las supervivientes y cómo se combaten?. El cáncer sigue estando asociado a la muerte, en muchos casos por desinformación. Hemos normalizado el cáncer en nuestras vidas y libramos nuestra propia batalla de vida, como puede hacerlo cualquier otra persona. En nuestro deporte, las paladas son: vida, resistencia, superación, autoestima, conciliación familiar, empoderamiento de la mujer y, con todo, vida.. Además del cuerpo, hay un trabajo emocional enorme. ¿Cómo se reconstruye la autoestima después de un proceso así?. Después de los tratamientos y las cirugías, el cuerpo cambia y la mente se hace más fuerte, pero tienes que sentirlo y entenderlo. El deporte de equipo, como el barco dragón, te enseña a entender que eres más fuerte de lo que crees y que la disciplina en el entrenamiento te ayuda a sentirte mejor, más poderosa, más capaz.. ¿Qué papel juega la sociedad en esa reintegración? ¿Sientes que todavía hay una mirada paternalista o de lástima hacia las personas que han superado un cáncer?. La normalización del cáncer en la sociedad es una necesidad, porque lamentablemente afecta a todos y entre todos tenemos que superarlo. Entiendo que vamos evolucionando y somos conscientes de que, en cualquier momento, la enfermedad te puede tocar a ti.. Después de todo lo vivido, ¿qué has aprendido de ti misma?. El cáncer de mama fue un punto de inflexión en mi vida. Me ha enseñado a ser más valiente, a tener más confianza en mí misma y a no rendirme; a luchar por lo que quiero y a no preocuparme por cosas que no lo merecen. El desafío cáncer me ha enseñado a luchar y «a vivir con los labios pintados y la sonrisa puesta», como decía Ángeles del Valle, fundadora de las dragonas de Sevilla. Porque cuando el cáncer te pone a prueba, toca remar.
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