El último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) ofrece una radiografía clara del papel que la religión desempeña hoy en Cataluña: sigue siendo un elemento presente, pero en una parte de la población, desvinculado de la práctica y la participación activa.. Según los datos del estudio, el 42,2% de los catalanes se considera católico, lo que mantiene al catolicismo como la confesión más extendida en el territorio. A mucha distancia aparecen otras creencias cristianas como el evangelismo o protestantismo, que reúne al 5,8% de los encuestados, y el islam, con un 4,8%. Otro 3,5% se identifica con religiones minoritarias.. La expansión de la no creencia. Paralelamente, el número de personas que se declaran sin fe sigue creciendo. Un 17,2% se define como agnóstico —es decir, sin una postura clara sobre la existencia de Dios—, mientras que un 15,4% se declara abiertamente ateo. En conjunto, un 32,6% de los catalanes no profesa ninguna religión, una cifra que no llega al tercio de la población.. Aunque el catolicismo continúa siendo la identidad religiosa más común, la práctica es minoritaria. Solo uno de cada diez catalanes (10,7%) afirma acudir a misa o a actos de culto al menos una vez por semana, y un 11,7% lo hace de forma mensual. En el extremo opuesto, un 43,2% reconoce no participar nunca en celebraciones religiosas, salvo en bodas, comuniones o funerales, y un 28,6% lo hace únicamente una vez al año.. El estudio confirma así una tendencia sostenida: la religión se mantiene en buena medida como una referencia cultural más que como una experiencia de fe vivida de forma cotidiana.. Festividades con afluencia. Aun así, las grandes celebraciones religiosas continúan congregando a miles de fieles. En Barcelona, por ejemplo, durante el día de la Mercè, patrona de la ciudad, la basílica homónima se llena en cada una de las misas que se celebran a lo largo del día. También la Semana Santa sigue contando con una participación destacada, especialmente en los oficios del Jueves y Viernes Santo o en las procesiones tradicionales. Algo similar ocurre en otras fechas señaladas como el Corpus Christi o la Navidad, cuando las parroquias recuperan un ambiente de devoción.. El barómetro también detecta brechas de sexo en la relación con la fe. Entre quienes se declaran católicos, las mujeres representan el 45,3%, frente al 39% de los hombres. En cambio, la tendencia se invierte entre los no creyentes: el 17,9% de los hombres se considera ateo (por el 13,1% de mujeres) y el 20,8% se define como agnóstico, frente al 13,9% femenino.. En las confesiones minoritarias, las diferencias son más discretas, aunque destaca el caso del islam, donde las mujeres (5,7%) superan ligeramente a los hombres (3,9%).
La religión, aunque minoritaria, todavía tiene un papel importante en Cataluña
El último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) ofrece una radiografía clara del papel que la religión desempeña hoy en Cataluña: sigue siendo un elemento presente, pero en una parte de la población, desvinculado de la práctica y la participación activa.. Según los datos del estudio, el 42,2% de los catalanes se considera católico, lo que mantiene al catolicismo como la confesión más extendida en el territorio. A mucha distancia aparecen otras creencias cristianas como el evangelismo o protestantismo, que reúne al 5,8% de los encuestados, y el islam, con un 4,8%. Otro 3,5% se identifica con religiones minoritarias.. La expansión de la no creencia. Paralelamente, el número de personas que se declaran sin fe sigue creciendo. Un 17,2% se define como agnóstico —es decir, sin una postura clara sobre la existencia de Dios—, mientras que un 15,4% se declara abiertamente ateo. En conjunto, un 32,6% de los catalanes no profesa ninguna religión, una cifra que no llega al tercio de la población.. Aunque el catolicismo continúa siendo la identidad religiosa más común, la práctica es minoritaria. Solo uno de cada diez catalanes (10,7%) afirma acudir a misa o a actos de culto al menos una vez por semana, y un 11,7% lo hace de forma mensual. En el extremo opuesto, un 43,2% reconoce no participar nunca en celebraciones religiosas, salvo en bodas, comuniones o funerales, y un 28,6% lo hace únicamente una vez al año.. El estudio confirma así una tendencia sostenida: la religión se mantiene en buena medida como una referencia cultural más que como una experiencia de fe vivida de forma cotidiana.. Festividades con afluencia. Aun así, las grandes celebraciones religiosas continúan congregando a miles de fieles. En Barcelona, por ejemplo, durante el día de la Mercè, patrona de la ciudad, la basílica homónima se llena en cada una de las misas que se celebran a lo largo del día. También la Semana Santa sigue contando con una participación destacada, especialmente en los oficios del Jueves y Viernes Santo o en las procesiones tradicionales. Algo similar ocurre en otras fechas señaladas como el Corpus Christi o la Navidad, cuando las parroquias recuperan un ambiente de devoción.. El barómetro también detecta brechas de sexo en la relación con la fe. Entre quienes se declaran católicos, las mujeres representan el 45,3%, frente al 39% de los hombres. En cambio, la tendencia se invierte entre los no creyentes: el 17,9% de los hombres se considera ateo (por el 13,1% de mujeres) y el 20,8% se define como agnóstico, frente al 13,9% femenino.. En las confesiones minoritarias, las diferencias son más discretas, aunque destaca el caso del islam, donde las mujeres (5,7%) superan ligeramente a los hombres (3,9%).
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