De entre los personajes más poderosos del cómic, e incluso de la ficción cinematográfica y literaria, Dr. Manhattan de Watchmen está en primera línea. Internet lo tiene claro. Con su inteligencia y su gran poder puede hacer prácticamente lo que él quiera siendo su única limitación él mismo, y la ciencia le respalda.. En este vídeo, Paco Hernández, divulgador y autor de cómics, explica por qué Dr. Manhattan acaba obteniendo sus habilidades sin tener nada que ver con la radiación ni florituras científicas, sino que predomina más su pasión por montar y desmontar relojes. Esa cualidad habilidosa y paciente le permite conocer los entresijos y mecanismos de lo que monta, siendo observador y cauto en el procedimiento. Precisamente por ello, en el momento en el que sucede la catástrofe en el cómic de Watchmen, Paco cuenta cómo de la nada logra reconstruirse a sí mismo siendo conocedor de cómo funciona la realidad de su entorno y manipulándola paso a paso, como si de otro reloj se tratase. Una licencia artística y narrativa excelente para mostrar cómo durante meses fue recomponinedo poco a poco su cuerpo hasta ser esa semideidad azulada con el símbolo del átomo de hidrógeno en la frente.. A partir de ahí se inicia un debate muy candente en la trama, con un guión de Alan Moore sobresaliente. Que si Manhattan producía cáncer por emitir radiación, que no inspiraba confianza, que daba miedo por sus habilidades… Y no es un temor infundado, porque según el vídeo análisis de Paco, Manhattan es capaz de manejar las 4 fuerzas fundamentales del universo, porque en el experimento que estaban realizando buscaban separarlas para estudiarlas aparte una por una. ¿Pero cuáles son y por qué son tan importantes?. Lo que rige el universo. Fuego, agua, aire y tierra. ¿Imagináis que me refiero a ellas? Si fuera Avatar: La Leyenda de Aang, por supuesto, pero la vida real engloba más conceptos científicos en cuatro simples categorías. Nuestra realidad “funciona” debido a las siguientes interacciones fundamentales: fuerza electromagnética, fuerza gravitatoria, fuerza fuerte y fuerza débil.. ¿En serio estás 4 fuerzas se encargan de regir nuestro universo? Sí, pero que no te engañe la simpleza de su referencia, porque detrás de cada una de ellas hay una complejidad científica abrumadora. Es el resultado de décadas de experimentos y de la formulación teórica que hoy llamamos el Modelo Estándar de la física de partículas.. La fuerza nuclear fuerte es el pegamento de la materia a escala subatómica y actúa en distancias extremadamente cortas, cercanas al tamaño de un núcelo atómico. Mantiene unidos a los quarks, las partículas elementales que componen los protones y neutrones y, mediante un efecto residual, cohesiona los núcleos atómicos. La importancia de estos resultados quedó reconocida incluso con el Nobel de Física de 2004 por el descubrimiento de la libertad asintótica, que enuncia que pueden comportarse como partículas libres pero que debido a otra propiedad, el confinamiento de color, no pueden aislarse, ya que cuanto más cuesta separarlos más fuerza ejercen entre ellos.. La fuerza electromagnética gobierna todo lo “visible” en sentido químico y biológico: actúa entre cargas eléctricas y se manifiesta como electricidad, magnetismo y radiación electromagnética, es decir, la luz. Tiene alcance infinito y su mediador es el fotón, una partícula sin masa que explica por qué la interacción tiene alcance efectivo infinito y por qué, a partir de ella, se mantienen orbitando los electrones alrededor de los núcleos, surgen los enlaces químicos, las corrientes eléctricas, los campos magnéticos y las ondas de radio y luz.. La fuerza nuclear débil es algo menos sonada, pero gobierna los procesos de transformación de partículas. Su alcance es de distancias subatómicas y puede cambiar un protón en un neutrón o un electrón en un antineutrino. Es la responsable de tipos concretos de desintegración radiactiva como la desintegración beta y de ciertas reacciones nucleares esenciales en el interior de las estrellas. Sin esta interacción nuestro sol no podría transformar hidrógeno en helio ni emitir la luz que hace posible la vida en la Tierra.. Por último, la fuerza gravitatoria es la interacción que rige la arquitectura a gran escala del cosmos, pero también es la más elusiva desde el prisma cuántico. En la física clásica de Newton se la interpreta como una fuerza atractiva entre masas, pero la Teoría General de la Relatividad de Einstein reformuló radicalmente ese concepto: la presencia de masa y energía curva el espacio-tiempo y esa curvatura determina las trayectorias de las partículas. La gravedad tiene alcance infinito y domina planetas, estrellas y galaxias porque, a diferencia de las otras interacciones, no se neutraliza. Las tres primeras interacciones se recogen en el denominado ‘lagrangiano del modelo estándar’, que tiene en consideración cada una de esas fuerzas en una única expresión, sin embargo, a escala cuántica, la gravedad sigue sin integrarse de manera completa en el Modelo Estándar.. Si esta expresión te da respeto, permíteme mostrar cómo es desarrollada del todo. Por eso cabe remarcar que, aunque se recojan en “4 interacciones de la naturaleza” la complejidad es desbordante.. Si uno mira el conjunto, las cuatro fuerzas se distinguen por su rango y por su fuerza relativa: la fuerte domina en el núcleo, la electromagnética en la química y la biología, la débil en las transformaciones de partículas y procesos nucleares, y la gravitatoria en escalas astronómicas. ¿Imaginas tener el poder de manipular todas como si fuera algo cotidiano?. El que controla todas las interacciones. El personaje del Dr. Manhattan —un físico llamado Jon Osterman que tras un accidente reaparece como un ser de energía con control sobre la materia a escala subatómica— encarna precisamente esta hipótesis. En la obra se le atribuyen facultades como desmontar y reconstruir cuerpos a nivel atómico, teletransportarse, ver el tiempo de manera no lineal y modular procesos energéticos de enorme escala; varios comentaristas científicos han explicado que lel campo intrínseco” del cómic puede entenderse, a efectos ilustrativos, como el control sobre las interacciones fundamentales.. Un control preciso de la fuerza fuerte permitiría manipular núcleos, transmutar elementos, inducir fusión o fisión a voluntad, o liberar y absorber energía nuclear de forma controlada (o devastadora). El control del electromagnetismo permitiría reordenar electrones, alterar enlaces químicos, anular o generar campos eléctricos y magnéticos, y controlar la radiación, es decir, manipular la materia tal como la conocemos y las tecnologías que la utilizan. La intervención sobre la interacción débil permitiría cambiar desintegraciones radiactivas y procesos que actualmente ocurren solo en entornos estelares o en reactores; y el dominio de la gravedad equivaldría a modelar la curvatura del espacio-tiempo, levitar objetos o incluso, en teoría extrema, inducir dilatación temporal localizada o singularidades espacio-temporales. Si estuviera jugando al GTA, Manhattan tendría el modo Dios activado siempre, con todos los trucos de la realidad en su haber.. Un poder equiparable al de un Dios confronta límites teóricos y prácticos, pero tener la capacidad de hacer “todo” sería una vía ideal para dejar de lado los prejuicios y aprender sobre un ser que podría explicar cómo funciona la realidad. Posibles nuevas matemáticas, nuevas teorías, otros teoremas y la posibilidad de una ansiada Teoría del Todo que mostrase de una vez por todas cómo se puede relacionar todas las interacciones y fuerzas que rigen el universo mediante una simple expresión. Pero ya sabemos cómo acaba Watchmen, tanto en el cómic como en la película.. La humanidad puede que no esté preparada para ese nivel de conocimiento y probablemente hagan falta más descubrimientos para llegar a un 1% de la capacidad de Manhattan, pero hasta entonces puedo afirmar que casi la mitad de la población española tiene una cualidad similar al ser superior de la ficción. La alopecia.
Doctor Manhattan puede controlar las 4 fuerzas elementales del universo según la ciencia
De entre los personajes más poderosos del cómic, e incluso de la ficción cinematográfica y literaria, Dr. Manhattan de Watchmen está en primera línea. Internet lo tiene claro. Con su inteligencia y su gran poder puede hacer prácticamente lo que él quiera siendo su única limitación él mismo, y la ciencia le respalda.. En estevídeo, Paco Hernández, divulgador y autor de cómics, explica por qué Dr. Manhattan acaba obteniendo sus habilidades sin tener nada que ver con la radiación ni florituras científicas, sino que predomina más su pasión por montar y desmontar relojes. Esa cualidad habilidosa y paciente le permite conocer los entresijos y mecanismos de lo que monta, siendo observador y cauto en el procedimiento. Precisamente por ello, en el momento en el que sucede la catástrofe en el cómic de Watchmen, Paco cuenta cómo de la nada logra reconstruirse a sí mismo siendo conocedor de cómo funciona la realidad de su entorno y manipulándola paso a paso, como si de otro reloj se tratase. Una licencia artística y narrativa excelente para mostrar cómo durante meses fue recomponinedo poco a poco su cuerpo hasta ser esa semideidad azulada con el símbolo del átomo de hidrógeno en la frente.. A partir de ahí se inicia un debate muy candente en la trama, con un guión de Alan Moore sobresaliente. Que si Manhattan producía cáncer por emitir radiación, que no inspiraba confianza, que daba miedo por sus habilidades… Y no es un temor infundado, porque según el vídeo análisis de Paco, Manhattan es capaz de manejar las 4 fuerzas fundamentales del universo, porque en el experimento que estaban realizando buscaban separarlas para estudiarlas aparte una por una. ¿Pero cuáles son y por qué son tan importantes?. 10 años desde la mejor película de superhéroes: ‘Watchmen’. Lo que rige el universo. Fuego, agua, aire y tierra. ¿Imagináis que me refiero a ellas? Si fuera Avatar: La Leyenda de Aang, por supuesto, pero la vida real engloba más conceptos científicos en cuatro simples categorías. Nuestra realidad “funciona” debido a las siguientes interacciones fundamentales: fuerza electromagnética, fuerza gravitatoria, fuerza fuerte y fuerza débil.. ¿En serio estás 4 fuerzas se encargan de regir nuestro universo? Sí, pero que no te engañe la simpleza de su referencia, porque detrás de cada una de ellas hay una complejidad científica abrumadora. Es el resultado de décadas de experimentos y de la formulación teórica que hoy llamamos el Modelo Estándar de la física de partículas.. La fuerza nuclear fuerte es el pegamento de la materia a escala subatómica y actúa en distancias extremadamente cortas, cercanas al tamaño de un núcelo atómico. Mantiene unidos a los quarks, las partículas elementales que componen los protones y neutrones y, mediante un efecto residual, cohesiona los núcleos atómicos. La importancia de estos resultados quedó reconocida incluso con el Nobel de Física de 2004 por el descubrimiento de la libertad asintótica, que enuncia que pueden comportarse como partículas libres pero que debido a otra propiedad, el confinamiento de color, no pueden aislarse, ya que cuanto más cuesta separarlos más fuerza ejercen entre ellos.. La fuerza electromagnética gobierna todo lo “visible” en sentido químico y biológico: actúa entre cargas eléctricas y se manifiesta como electricidad, magnetismo y radiación electromagnética, es decir, la luz. Tiene alcance infinito y su mediador es el fotón, una partícula sin masa que explica por qué la interacción tiene alcance efectivo infinito y por qué, a partir de ella, se mantienen orbitando los electrones alrededor de los núcleos, surgen los enlaces químicos, las corrientes eléctricas, los campos magnéticos y las ondas de radio y luz.. La fuerza nuclear débil es algo menos sonada, pero gobierna los procesos de transformación de partículas. Su alcance es de distancias subatómicas y puede cambiar un protón en un neutrón o un electrón en un antineutrino. Es la responsable de tipos concretos de desintegración radiactiva como la desintegración beta y de ciertas reacciones nucleares esenciales en el interior de las estrellas. Sin esta interacción nuestro sol no podría transformar hidrógeno en helio ni emitir la luz que hace posible la vida en la Tierra.. Por último, la fuerza gravitatoria es la interacción que rige la arquitectura a gran escala del cosmos, pero también es la más elusiva desde el prisma cuántico. En la física clásica de Newton se la interpreta como una fuerza atractiva entre masas, pero la Teoría General de la Relatividad de Einstein reformuló radicalmente ese concepto: la presencia de masa y energía curva el espacio-tiempo y esa curvatura determina las trayectorias de las partículas. La gravedad tiene alcance infinito y domina planetas, estrellas y galaxias porque, a diferencia de las otras interacciones, no se neutraliza. Las tres primeras interacciones se recogen en el denominado ‘lagrangiano del modelo estándar’, que tiene en consideración cada una de esas fuerzas en una única expresión, sin embargo, a escala cuántica, la gravedad sigue sin integrarse de manera completa en el Modelo Estándar.. Lagrangiano del modelo estándar, versión compactaRubén Sierra. Si esta expresión te da respeto, permíteme mostrar cómo es desarrollada del todo. Por eso cabe remarcar que, aunque se recojan en “4 interacciones de la naturaleza” la complejidad es desbordante.. Lagrangiano del modelo estándar extendido. Si uno mira el conjunto, las cuatro fuerzas se distinguen por su rango y por su fuerza relativa: la fuerte domina en el núcleo, la electromagnética en la química y la biología, la débil en las transformaciones de partículas y procesos nucleares, y la gravitatoria en escalas astronómicas. ¿Imaginas tener el poder de manipular todas como si fuera algo cotidiano?. El que controla todas las interacciones. El personaje del Dr. Manhattan —un físico llamado Jon Osterman que tras un accidente reaparece como un ser de energía con control sobre la materia a escala subatómica— encarna precisamente esta hipótesis. En la obra se le atribuyen facultades como desmontar y reconstruir cuerpos a nivel atómico, teletransportarse, ver el tiempo de manera no lineal y modular procesos energéticos de enorme escala; varios comentaristas científicos han explicado que lel campo intrínseco” del cómic puede entenderse, a efectos ilustrativos, como el control sobre las interacciones fundamentales.. Dr. Manhattan destruyendo un tanqueHBOmax. Un control preciso de la fuerza fuerte permitiría manipular núcleos, transmutar elementos, inducir fusión o fisión a voluntad, o liberar y absorber energía nuclear de forma controlada (o devastadora). El control del electromagnetismo permitiría reordenar electrones, alterar enlaces químicos, anular o generar campos eléctricos y magnéticos, y controlar la radiación, es decir, manipular la materia tal como la conocemos y las tecnologías que la utilizan. La intervención sobre la interacción débil permitiría cambiar desintegraciones radiactivas y procesos que actualmente ocurren solo en entornos estelares o en reactores; y el dominio de la gravedad equivaldría a modelar la curvatura del espacio-tiempo, levitar objetos o incluso, en teoría extrema, inducir dilatación temporal localizada o singularidades espacio-temporales. Si estuviera jugando al GTA, Manhattan tendría el modo Dios activado siempre, con todos los trucos de la realidad en su haber.. Un poder equiparable al de un Dios confronta límites teóricos y prácticos, pero tener la capacidad de hacer “todo” sería una vía ideal para dejar de lado los prejuicios y aprender sobre un ser que podría explicar cómo funciona la realidad. Posibles nuevas matemáticas, nuevas teorías, otros teoremas y la posibilidad de una ansiada Teoría del Todo que mostrase de una vez por todas cómo se puede relacionar todas las interacciones y fuerzas que rigen el universo mediante una simple expresión. Pero ya sabemos cómo acaba Watchmen, tanto en el cómic como en la película.. La humanidad puede que no esté preparada para ese nivel de conocimiento y probablemente hagan falta más descubrimientos para llegar a un 1% de la capacidad de Manhattan, pero hasta entonces puedo afirmar que casi la mitad de la población española tiene una cualidad similar al ser superior de la ficción. La alopecia.