Dentro de dos semanas, y por una sola noche, España se pondrá su atuendo más terrorífico. Como cada 31 de octubre, Halloween se encarga de preceder a la solemnidad del Día de Todos los Santos mediante el miedo, los dulces y las fiestas de disfraces. Brujas, calabazas, arañas, vampiros, hombres lobo… la lista de personajes y elementos asociados a esta fecha tan recordada puede llegar a hacerse interminable.. Entre los animales más representativos de esta celebración se encuentra el gato negro, en torno al cual recae la superstición de que trae mala suerte a todo aquel que se cruza en su camino. Tal es su influencia en Halloween, que incluso una localidad española ha prohibido su adopción para evitar los sacrificios de estos animales en la víspera de Todos los Santos.. El origen del mito. Aunque fueron realizados durante gran parte de la Edad Media, los juicios por brujería alcanzaron su pico en el siglo XVII. Los más célebres en la actualidad, los conocidos como juicios de Salem, se desarrollaron entre 1692 y 1693 en la ciudad del mismo nombre del estado de Massachusetts, por aquel entonces colonia británica.. En poco más de un año, 144 mujeres fueron juzgadas, y 20 de ellas fueron asesinadas. En aquella época, empezó a extenderse el rumor de que toda bruja siempre era vista al lado de un gato negro, bien porque simbolizase su unión con el mal o porque el animal se tratara en realidad de otra hechicera bajo los efectos de la transformación.. Algunas culturas los adoran desde tiempos inmemoriales. Aunque en Occidente siga persistiendo, aunque más a modo de curiosidad, esa idea de que el gato negro trae consigo la mala fortuna, esto no ocurre en otras partes del mundo. Ya en el antiguo Egipto, los felinos ocupaban una más que privilegiada posición en la mitología. La diosa Bastet, deidad egipcia del hogar y la fertilidad, era representada como un gato sujetando un sistro, instrumento precursor del sonajero.. En Japón, el gato negro es considerado un amuleto para la buena suerte, mientras que en la antigua Escocia este animal simbolizaba la prosperidad. Sea como fuere, nuestros amigos felinos han demostrado que no hace falta saber hablar para ganarse un hueco en la historia de la humanidad.
Durante siglos, la presencia de este animal ha sido considerada sinónimo de mal augurio, especialmente en Halloween
Dentro de dos semanas, y por una sola noche, España se pondrá su atuendo más terrorífico. Como cada 31 de octubre, Halloween se encarga de preceder a la solemnidad del Día de Todos los Santos mediante el miedo, los dulces y las fiestas de disfraces. Brujas, calabazas, arañas, vampiros, hombres lobo… la lista de personajes y elementos asociados a esta fecha tan recordada puede llegar a hacerse interminable.. Entre los animales más representativos de esta celebración se encuentra el gato negro, en torno al cual recae la superstición de que trae mala suerte a todo aquel que se cruza en su camino. Tal es su influencia en Halloween, que incluso una localidad española ha prohibido su adopción para evitar los sacrificios de estos animales en la víspera de Todos los Santos.. El origen del mito. Aunque fueron realizados durante gran parte de la Edad Media, los juicios por brujería alcanzaron su pico en el siglo XVII. Los más célebres en la actualidad, los conocidos como juicios de Salem, se desarrollaron entre 1692 y 1693 en la ciudad del mismo nombre del estado de Massachusetts, por aquel entonces colonia británica.. En poco más de un año, 144 mujeres fueron juzgadas, y 20 de ellas fueron asesinadas. En aquella época, empezó a extenderse el rumor de que toda bruja siempre era vista al lado de un gato negro, bien porque simbolizase su unión con el mal o porque el animal se tratara en realidad de otra hechicera bajo los efectos de la transformación.. Algunas culturas los adoran desde tiempos inmemoriales. Aunque en Occidente siga persistiendo, aunque más a modo de curiosidad, esa idea de que el gato negro trae consigo la mala fortuna, esto no ocurre en otras partes del mundo. Ya en el antiguo Egipto, los felinos ocupaban una más que privilegiada posición en la mitología. La diosa Bastet, deidad egipcia del hogar y la fertilidad, era representada como un gato sujetando un sistro, instrumento precursor del sonajero.. En Japón, el gato negro es considerado un amuleto para la buena suerte, mientras que en la antigua Escocia este animal simbolizaba la prosperidad. Sea como fuere, nuestros amigos felinos han demostrado que no hace falta saber hablar para ganarse un hueco en la historia de la humanidad.
Noticias de cultura en La Razón