Pilar Soto, quien fuera presentadora en sus inicios del popular El Grand Prix, junto a Ramón García, contó este jueves en el plató de Y ahora Sonsoles los problemas de salud que tuvo, relacionados con trastornos de la alimentación.. Soto, que también estuvo en La isla de los famosos y participó en Sálvame de Luxe, no había salido en televisión desde este último espacio, en 2014. La presentadora se sinceró con Sonsoles Ónega sobre sus graves problemas de salud, que en un año la llevaron a ser ingresada 82 veces en el hospital de urgencia. Tal y como cuenta, tras salir de una de las galas del programa La isla de los famosos, en 2003, perdió el conocimiento mientras volvía a su casa. «Lo siguiente que recuerdo es estar con tubos en el Hospital La Princesa de Madrid. Ese año había ingresado en el hospital 82 veces, por urgencia».. «Hay gente que sabía que me estaba medicando», ha respondido Pilar, quien ha especificado que, la única persona que se mostró en contra de su participación en el reality fue uno de los integrantes del equipo médico. «Esto no se puede hacer, vamos a ver una muerte en directo», recuerda las palabras del profesional sanitario, quien advirtió del peligro que supondría dejar el tratamiento de forma tan inminente.. una noche en el hospital, cuando le detectaron un tumor, algo en ella cambió. A pesar de que siempre había sido muy espiritual, nunca había sentido ese impulso de conectar con la fe tan intensamente. «Intenté con el yoga, con el budismo…», explica, subrayando que su interés por lo divino nunca flaqueó. Fue en ese momento cuando tuvo una «revelación», cuando los médicos lamentaron no poder hacer más.. «Intenté gritar, intenté mover las piernas, pero mi cuerpo no funcionaba ya. Oía mi corazón, como una máquina, se estaba apagando», recuerda Pilar, asegurando que «igual que una mujer sabe que tiene vida en su vientre, el ser humano sabe que se está muriendo». «Yo sabía que era el final», ha declarado, describiendo como un «momento de vértigo» y pánico esos instantes.. Su refugio fue la fe. «Cerré los ojos, y recé. Comencé a rezar», ha explicado. «Llamé a quien tenía que llamar y vi con los ojos de mi alma», confiesa Pilar, explicando que, en ese momento «vi a nuestro señor Jesucristo». «Lo vi muerto, en una cruz», indica, subrayando que «esa imagen, ese impacto, cuando yo lo vi, con la cabeza inclinada, lo primero que nació de mi no fue un socorro, fue un perdón».. «A mí, precisamente por la bulimia, yo alimento tanto mi cuerpo como mi alma», dice Pilar Soto, quien acude todos los días a Misa como parte de su gratitud.
La presentadora encontró la salvación en la fe. Desde entonces acude todos los días a Misa.
20MINUTOS.ES – Televisión
Pilar Soto, quien fuera presentadora en sus inicios del popular El Grand Prix, junto a Ramón García, contó este jueves en el plató de Y ahora Sonsoles los problemas de salud que tuvo, relacionados con trastornos de la alimentación.. Soto, que también estuvo en La isla de los famosos y participó en Sálvame de Luxe, no había salido en televisión desde este último espacio, en 2014. La presentadora se sinceró con Sonsoles Ónega sobre sus graves problemas de salud, que en un año la llevaron a ser ingresada 82 veces en el hospital de urgencia. Tal y como cuenta, tras salir de una de las galas del programa La isla de los famosos, en 2003, perdió el conocimiento mientras volvía a su casa. «Lo siguiente que recuerdo es estar con tubos en el Hospital La Princesa de Madrid. Ese año había ingresado en el hospital 82 veces, por urgencia».. «Hay gente que sabía que me estaba medicando», ha respondido Pilar, quien ha especificado que, la única persona que se mostró en contra de su participación en el reality fue uno de los integrantes del equipo médico. «Esto no se puede hacer, vamos a ver una muerte en directo», recuerda las palabras del profesional sanitario, quien advirtió del peligro que supondría dejar el tratamiento de forma tan inminente.. una noche en el hospital, cuando le detectaron un tumor, algo en ella cambió. A pesar de que siempre había sido muy espiritual, nunca había sentido ese impulso de conectar con la fe tan intensamente. «Intenté con el yoga, con el budismo…», explica, subrayando que su interés por lo divino nunca flaqueó. Fue en ese momento cuando tuvo una «revelación», cuando los médicos lamentaron no poder hacer más.. «Intenté gritar, intenté mover las piernas, pero mi cuerpo no funcionaba ya. Oía mi corazón, como una máquina, se estaba apagando», recuerda Pilar, asegurando que «igual que una mujer sabe que tiene vida en su vientre, el ser humano sabe que se está muriendo». «Yo sabía que era el final», ha declarado, describiendo como un «momento de vértigo» y pánico esos instantes.. Su refugio fue la fe. «Cerré los ojos, y recé. Comencé a rezar», ha explicado. «Llamé a quien tenía que llamar y vi con los ojos de mi alma», confiesa Pilar, explicando que, en ese momento «vi a nuestro señor Jesucristo». «Lo vi muerto, en una cruz», indica, subrayando que «esa imagen, ese impacto, cuando yo lo vi, con la cabeza inclinada, lo primero que nació de mi no fue un socorro, fue un perdón».. «A mí, precisamente por la bulimia, yo alimento tanto mi cuerpo como mi alma», dice Pilar Soto, quien acude todos los días a Misa como parte de su gratitud.
