Oriol Junqueras recupera la presidencia del partido tras lo comicios internos celebrados hoy en ERC. Su formación, Militància Decidim, se ha hecho con el 52,2% de los sufragios, mientras que Nova Esquerra Nacional, con Xavier Godàs al frente, 42,2% de los votos.. Un 81,98% de los militantes de ERC, 6.585 afiliados, han votado telemáticamente en el congreso del partido para elegir a su presidente y a una nueva dirección, del total de 8.030 militantes llamados a emitir su voto; en la primera vuelta, celebrada el 30 de noviembre, la participación alcanzó el 81,35%. En números absolutos, Junqueras ha recibido 3.437 votos y Godàs 2.777, mientras que 371 afiliados han votado en blanco, lo que supone el 6,6%. La candidatura de ‘Foc Nou’ de Helena Solà y Alfred Bosch ya había quedado fuera de la ecuación cuando en la primera votación recibió el 12,6% de los votos.. Junqueras, en su comparecencia tras comnocerse los resultados, señaló que «en nuestra casa solo hay un país, Cataluña, y solo un partido, ERC. Asumimos esta responsabilidad como la asumimos en otros momentos de la histpria. Con la voluntad de sumar y de construir mayorías». Godàs, a su vez, apuntó que «no podemos quedarnos en el pasado, tenemos que alcanzar nuestros objetivos, tanto los de la sociedad como los nuestros: justicia social e independencia».. Así las cosas, Esquerra Republicana ha vivido una jornada decisiva para el liderazgo del partido. A un lado, un viejo conocido, Oriol Junqueras, de Militància Decidim. Al otro, Xavier Godàs, de Nova Esquerra Nacional. Ambos se veían las caras después de una campaña llena de ataques personales, diferencias y reproches por temas del pasado.. En un contexto de pérdida de credibilidad después de los malos resultados en las últimas citas electorales (autonómicas y municipales), las crisis internas por el escándalo de la Estructura B del partido, y las luchas personales entre Junqueras y Marta Rovira, el vencedor tiene el reto de «recoser» el partido, de «construir un frente amplio de izquierda soberanista» y de «recuperar la confianza», tal y como proclamaban los dos candidatos. Lo que ha brillado por su ausencia durante la campaña, eso sí, ha sido la autocrítica. Medio millón de votos perdidos en solo un año, y ninguno de los dos candidatos ha sido capaz de realizar un diagnóstico certero sobre las causas.. A pesar de ello, ERC tiene fuerza parlamentaria suficiente como para condicionar a los gobiernos socialistas de España y de Cataluña. Sin embargo, esa fuerza se ha visto diluida por la imagen proyectada de ser un partido dividido y que, en palabras de Godàs «ha perdido su esencia por intentar gustarle a todo el mundo».. El dilema al que se enfrentaba el militante republicano era: o bien votar al presidente del partido durante 14 años, Junqueras, y que pasó años en la cárcel por «defender sus ideas», pero máximo responsable de la formación mientras se producía la sangría de votos y se practicaban las malas artes de los carteles contra Pasqual y Ernest Maragall. O bien ejercer el voto de «castigo» a Junqueras, representado en Xavier Godàs, que clamaba por «savia nueva» y un cambio de rumbo en el partido.. Los candidatos, por su parte, se han enfrentado al reto de convencer a las bases indecisas, a aquellas que en la primera vuelta se decantaron por Foc Nou, el tercero en discordia y eliminado tras la primera vuelta electoral. La candidatura, esta última, que con más contundencia pedía revisar, o romper, los pactos con el PSC y resolver, caiga quien caiga, el escándalo de la Estructura B. Para ello, Junqueras y Godàs llevan dos semanas incorporando propuestas de Foc Nou a su discurso. El primero recientemente anunció la creación de una “comisión de la verdad”, liderada por Joan Tardà, para depurar responsabilidades por el tema de los carteles.. Si ha habido diferencias en algún plano no ha sido tanto en el estratégico o ideológico, sino sobre todo en el personal. Esta última semana ha estado marcada por los ataques de Godàs a Junqueras. El candidato de Nova Esquerra le recordó a Junqueras en distintas ocasiones que era el presidente del partido cuando se produjo el declive electoral y las grietas internas y que, por tanto, es el responsable. Además, le ha acusado de «menospreciar» a su lista, de no querer conocerlo y de ser un hipócrita: «los abrazos fraternos no se declaran, se practican», le espetó en el último debate. Junqueras, por su lado, se ha quejado de «ser el centro de las críticas y de los ataques» y de recibir «bullying político».
El republicano, en segunda vuelta se ha hecho de nuevo con las riendas del partido
Oriol Junqueras recupera la presidencia del partido tras lo comicios internos celebrados hoy en ERC. Su formación, Militància Decidim, se ha hecho con el 52,2% de los sufragios, mientras que Nova Esquerra Nacional, con Xavier Godàs al frente, 42,2% de los votos.. Un 81,98% de los militantes de ERC, 6.585 afiliados, han votado telemáticamente en el congreso del partido para elegir a su presidente y a una nueva dirección, del total de 8.030 militantes llamados a emitir su voto; en la primera vuelta, celebrada el 30 de noviembre, la participación alcanzó el 81,35%. En números absolutos, Junqueras ha recibido 3.437 votos y Godàs 2.777, mientras que 371 afiliados han votado en blanco, lo que supone el 6,6%. La candidatura de ‘Foc Nou’ de Helena Solà y Alfred Bosch ya había quedado fuera de la ecuación cuando en la primera votación recibió el 12,6% de los votos.. Junqueras, en su comparecencia tras comnocerse los resultados, señaló que «en nuestra casa solo hay un país, Cataluña, y solo un partido, ERC. Asumimos esta responsabilidad como la asumimos en otros momentos de la histpria. Con la voluntad de sumar y de construir mayorías». Godàs, a su vez, apuntó que «no podemos quedarnos en el pasado, tenemos que alcanzar nuestros objetivos, tanto los de la sociedad como los nuestros: justicia social e independencia».. Así las cosas, Esquerra Republicana ha vivido una jornada decisiva para el liderazgo del partido. A un lado, un viejo conocido, Oriol Junqueras, de Militància Decidim. Al otro, Xavier Godàs, de Nova Esquerra Nacional. Ambos se veían las caras después de una campaña llena de ataques personales, diferencias y reproches por temas del pasado.. En un contexto de pérdida de credibilidad después de los malos resultados en las últimas citas electorales (autonómicas y municipales), las crisis internas por el escándalo de la Estructura B del partido, y las luchas personales entre Junqueras y Marta Rovira, el vencedor tiene el reto de «recoser» el partido, de «construir un frente amplio de izquierda soberanista» y de «recuperar la confianza», tal y como proclamaban los dos candidatos. Lo que ha brillado por su ausencia durante la campaña, eso sí, ha sido la autocrítica. Medio millón de votos perdidos en solo un año, y ninguno de los dos candidatos ha sido capaz de realizar un diagnóstico certero sobre las causas.. A pesar de ello, ERC tiene fuerza parlamentaria suficiente como para condicionar a los gobiernos socialistas de España y de Cataluña. Sin embargo, esa fuerza se ha visto diluida por la imagen proyectada de ser un partido dividido y que, en palabras de Godàs «ha perdido su esencia por intentar gustarle a todo el mundo».. El dilema al que se enfrentaba el militante republicano era: o bien votar al presidente del partido durante 14 años, Junqueras, y que pasó años en la cárcel por «defender sus ideas», pero máximo responsable de la formación mientras se producía la sangría de votos y se practicaban las malas artes de los carteles contra Pasqual y Ernest Maragall. O bien ejercer el voto de «castigo» a Junqueras, representado en Xavier Godàs, que clamaba por «savia nueva» y un cambio de rumbo en el partido.. Los candidatos, por su parte, se han enfrentado al reto de convencer a las bases indecisas, a aquellas que en la primera vuelta se decantaron por Foc Nou, el tercero en discordia y eliminado tras la primera vuelta electoral. La candidatura, esta última, que con más contundencia pedía revisar, o romper, los pactos con el PSC y resolver, caiga quien caiga, el escándalo de la Estructura B. Para ello, Junqueras y Godàs llevan dos semanas incorporando propuestas de Foc Nou a su discurso. El primero recientemente anunció la creación de una “comisión de la verdad”, liderada por Joan Tardà, para depurar responsabilidades por el tema de los carteles.. Si ha habido diferencias en algún plano no ha sido tanto en el estratégico o ideológico, sino sobre todo en el personal. Esta última semana ha estado marcada por los ataques de Godàs a Junqueras. El candidato de Nova Esquerra le recordó a Junqueras en distintas ocasiones que era el presidente del partido cuando se produjo el declive electoral y las grietas internas y que, por tanto, es el responsable. Además, le ha acusado de «menospreciar» a su lista, de no querer conocerlo y de ser un hipócrita: «los abrazos fraternos no se declaran, se practican», le espetó en el último debate. Junqueras, por su lado, se ha quejado de «ser el centro de las críticas y de los ataques» y de recibir «bullying político».
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