Durante años, la puerta de entrada se ha vestido casi siempre igual: una corona verde redonda, un gran lazo rojo y, como mucho, unas piñas decorativas. Funciona, sí, pero también resulta previsible. Esta Navidad, las tendencias de decoración apuntan en otra dirección: menos volumen, menos ruido visual y más líneas limpias.. En redes y en los catálogos de interiorismo se repite una idea: la puerta deja de ser un escaparate recargado para convertirse en un plano casi desnudo donde solo un gesto lo dice todo.. La guirnalda vertical minimalista, el relevo de la corona clásica. El nuevo favorito de 2025 es la guirnalda vertical minimalista: un adorno alargado que cae desde la parte superior de la puerta hacia abajo, como si fuera una estola de invierno. No hay círculo, ni pompones, ni cintas multicolor. Solo una composición estilizada de ramas y texturas que hace que la entrada parezca más alta, más ligera y, sobre todo, más sofisticada.. La base suele ser muy sencilla, una tira de tela gruesa (lino, lana bouclé, terciopelo mate) o una cuerda natural sobre la que se fijan ramas de eucalipto, abeto, olivo o pino. En lugar de un lazo rojo brillante, se apuesta por una cinta en tonos topo, verde botella, granate oscuro o crudo. El resultado es un adorno que huele a bosque, ocupa poco espacio y encaja tanto en pisos pequeños como en entradas amplias.. Cómo copiar la tendencia en tu propia puerta. Elige una paleta corta: dos colores como máximo. Por ejemplo, verde y crudo, o verde y burdeos. Cuantos menos tonos, más ordenado se verá el conjunto.. Juega con las alturas: deja que la guirnalda caiga hasta la mitad de la puerta o un poco más, y remata con una pequeña rama o una campana discreta al final.. Prioriza materiales naturales: ramas frescas o preservadas, cintas de algodón, lino o terciopelo mate. Los brillos metálicos, si aparecen, que sean en detalles muy pequeños.. Fijación invisible: coloca un gancho adhesivo en la parte superior de la puerta y sujeta ahí la guirnalda. La idea es que se vea flotar, sin clavos ni cuerdas a la vista.. Quien quiera un punto más festivo puede añadir unas pocas luces de micro-LED en tono cálido, siempre integradas entre las ramas para no romper el efecto limpio.. La puerta sigue siendo la carta de presentación de la casa, pero este año lo hace en modo “menos es más”: un solo trazo vertical, mucha textura y cero exceso.
Las propuestas de interiorismo apuntan a un nuevo protagonista: simple y muy cuidado, que estiliza la entrada y da un aire más sereno y sofisticado al recibidor
Durante años, la puerta de entrada se ha vestido casi siempre igual: una corona verde redonda, un gran lazo rojo y, como mucho, unas piñas decorativas. Funciona, sí, pero también resulta previsible. Esta Navidad, las tendencias de decoración apuntan en otra dirección: menos volumen, menos ruido visual y más líneas limpias.. En redes y en los catálogos de interiorismo se repite una idea: la puerta deja de ser un escaparate recargado para convertirse en un plano casi desnudo donde solo un gesto lo dice todo.. La guirnalda vertical minimalista, el relevo de la corona clásica. El nuevo favorito de 2025 es la guirnalda vertical minimalista: un adorno alargado que cae desde la parte superior de la puerta hacia abajo, como si fuera una estola de invierno. No hay círculo, ni pompones, ni cintas multicolor. Solo una composición estilizada de ramas y texturas que hace que la entrada parezca más alta, más ligera y, sobre todo, más sofisticada.. La base suele ser muy sencilla, una tira de tela gruesa (lino, lana bouclé, terciopelo mate) o una cuerda natural sobre la que se fijan ramas de eucalipto, abeto, olivo o pino. En lugar de un lazo rojo brillante, se apuesta por una cinta en tonos topo, verde botella, granate oscuro o crudo. El resultado es un adorno que huele a bosque, ocupa poco espacio y encaja tanto en pisos pequeños como en entradas amplias.. Cómo copiar la tendencia en tu propia puerta. Elige una paleta corta: dos colores como máximo. Por ejemplo, verde y crudo, o verde y burdeos. Cuantos menos tonos, más ordenado se verá el conjunto.. Juega con las alturas: deja que la guirnalda caiga hasta la mitad de la puerta o un poco más, y remata con una pequeña rama o una campana discreta al final.. Prioriza materiales naturales: ramas frescas o preservadas, cintas de algodón, lino o terciopelo mate. Los brillos metálicos, si aparecen, que sean en detalles muy pequeños.. Fijación invisible: coloca un gancho adhesivo en la parte superior de la puerta y sujeta ahí la guirnalda. La idea es que se vea flotar, sin clavos ni cuerdas a la vista.. Quien quiera un punto más festivo puede añadir unas pocas luces de micro-LED en tono cálido, siempre integradas entre las ramas para no romper el efecto limpio.. La puerta sigue siendo la carta de presentación de la casa, pero este año lo hace en modo “menos es más”: un solo trazo vertical, mucha textura y cero exceso.
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