La Consellería do Mar intensificó la lucha contra la pesca furtiva de pulpo durante la veda que comenzó el pasado mes de abril en Galicia. Desde entonces, los efectivos del Servizo de Gardacostas han retirado de las aguas un total de 6.000 aparejos ilegales, entre nasas y cacharros, e incautado 1.287 kilos de pulpo, pese a la prohibición expresa de su captura durante estos dos meses.. Esta parada biológica, enmarcada en el plan de gestión del pulpo, tiene como objetivo proteger el ciclo reproductivo de la especie y asegurar un aprovechamiento sostenible a largo plazo. La medida afecta a todas las zonas costeras en las que la comunidad autónoma tiene competencias en marisqueo, y su cumplimiento está siendo supervisado con rigor.. La zona más conflictiva ha resultado ser el área de A Guarda-Ría de Vigo, donde se ha registrado el 78% de los decomisos de artes de pesca, con un total de 4.655 aparejos retirados, y el 64% del pulpo incautado. Le siguen a mucha distancia otras zonas como Fisterra-Porto do Son (9,7%) y Arousa Sur (8,5%). En Ferrol, Pontevedra-A Lanzada y la costa lucense, las cifras han sido mucho menores, representando juntas menos del 5% de las incautaciones.. Especialmente significativo fue el impacto de las actuaciones durante el primer mes de la veda, cuando se detectó el mayor volumen de actividad ilegal: abril concentró el 62% de los decomisos, con 3.723 aparejos retirados. La presión policial se tradujo en un efecto disuasorio visible, ya que en mayo la cifra descendió casi un 40%, hasta las 2.276 unidades.. Desde el servicio autonómico se alerta de que muchos de estos aparejos contienen hembras ovando, lo que pone en serio riesgo la conservación de la especie. Cuando se detectan casos así, las hembras son devueltas al mar de inmediato.. Gardacostas ha anunciado que mantendrá la presión durante todo el mes de junio, con nuevos operativos de vigilancia a lo largo del litoral gallego, hasta la finalización de la veda, prevista para el 1 de julio.
La mayoría de las incautaciones se concentran en la Ría de Vigo
La Consellería do Mar intensificó la lucha contra la pesca furtiva de pulpo durante la veda que comenzó el pasado mes de abril en Galicia. Desde entonces, los efectivos del Servizo de Gardacostas han retirado de las aguas un total de 6.000 aparejos ilegales, entre nasas y cacharros, e incautado 1.287 kilos de pulpo, pese a la prohibición expresa de su captura durante estos dos meses.. Esta parada biológica, enmarcada en el plan de gestión del pulpo, tiene como objetivo proteger el ciclo reproductivo de la especie y asegurar un aprovechamiento sostenible a largo plazo. La medida afecta a todas las zonas costeras en las que la comunidad autónoma tiene competencias en marisqueo, y su cumplimiento está siendo supervisado con rigor.. La zona más conflictiva ha resultado ser el área de A Guarda-Ría de Vigo, donde se ha registrado el 78% de los decomisos de artes de pesca, con un total de 4.655 aparejos retirados, y el 64% del pulpo incautado. Le siguen a mucha distancia otras zonas como Fisterra-Porto do Son (9,7%) y Arousa Sur (8,5%). En Ferrol, Pontevedra-A Lanzada y la costa lucense, las cifras han sido mucho menores, representando juntas menos del 5% de las incautaciones.. Especialmente significativo fue el impacto de las actuaciones durante el primer mes de la veda, cuando se detectó el mayor volumen de actividad ilegal: abril concentró el 62% de los decomisos, con 3.723 aparejos retirados. La presión policial se tradujo en un efecto disuasorio visible, ya que en mayo la cifra descendió casi un 40%, hasta las 2.276 unidades.. Desde el servicio autonómico se alerta de que muchos de estos aparejos contienen hembras ovando, lo que pone en serio riesgo la conservación de la especie. Cuando se detectan casos así, las hembras son devueltas al mar de inmediato.. Gardacostas ha anunciado que mantendrá la presión durante todo el mes de junio, con nuevos operativos de vigilancia a lo largo del litoral gallego, hasta la finalización de la veda, prevista para el 1 de julio.
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