Marina Yers tiene tan solo 26 años, pero ya ha protagonizado
muchas polémicas. Se ha labrado un hueco en el mundo de las influencer a golpe
de escándalo, como así lo hacía cuando se declaró negacionista del Covid.
También por dar lecciones y consejos con perlas virales como que “el agua
deshidrata” o recomendar el vómito para “limpiarse por dentro”. Tampoco pasa
desapercibido que ha grabado contenido para adultos en OnlyFans. También ha
hablado de sus problemas con el alcohol y su mal de amores, que le han llevado
por la calle de la amargura. Pero ha cambiado de ruta y ahora es viral tras su
conversión al islam.
Ya se había hablado antes de la posibilidad de que la
influencer estuviese acercándose a la lectura del Corán y abrazando la fe
islámica. En parte porque le gustaba utilizar hiyab en muchos de sus vídeos y
también en su rutina, aunque también presumía de rubia melena. Pero poco a poco
ha habido una paulatina conversión, no solo religiosa por su parte, sino
también en su contenido en redes sociales. Daba consejos sobre moda más
recatada o menos exuberante, sobre cómo llevar una vida más austera y defender
los valores del matrimonio. Pero no decía nada sobre religión. Hasta ahora.
Marina Yers abraza al islam y se hace viral
Aunque ella prefería mantener la cuestión de su conversión
alejada de terceros, al final ha caído en la tentación como influencer. Se ha
acostumbrado a relatar cada movimiento e informar a sus seguidores de lo que
come, compra y sueña. De ahí que quiso hacer lo mismo en una cuenta secundaria
que mantenía en secreto, en la que hablaba en exclusiva de las dificultades con
las que se ha encontrado en su camino de conversión del catolicismo al islam,
como así ha descubierto la cuenta especializada en chismes, @Fley.
La influencer ahora reniega de su pasado y dice sentirse
lejos de la comunidad que había construido en redes sociales. Esa que se
traduce en más de 1,3 millones de seguidores en Instagram. Lo hace en un vídeo
en el que lleva el hiyab, condenando a aquellos que han criticado su nueva
espiritualidad, a cuestionarla como mujer por acercarse a las costumbres
musulmanas o simplemente insultarla creyendo que tan solo busca atención y ser
viral. Quizá no fuese su intención, pero lo ha conseguido y está en boca de
todos. Aunque sea entre aquellos que alertan sobre su salud mental o
simplemente tratan de imponer las creencias que consideran mejor que las otras
alternativas en el mercado de la fe.
Marina Yers decide en el vídeo que ya se está haciendo
viral, acogiéndose a la istikhara, una oración “para guiar nuestros pasos
cuando estamos asustados, perdidos o inseguros”, como ella misma explica. “Lo
hago muy a menudo, honestamente, porque en el fondo sé que Él es quien mejor
sabe”, mantiene, a la vez que deja claro qué es lo que busca en esta nueva
etapa de su vida: “Solo quiero ser escuchada, pero esta vez por la gente
correcta, aquella que entiende que la fe no es un signo de debilidad, sino de
fortaleza”.
Marina Yers tiene tan solo 26 años, pero ya ha protagonizado
muchas polémicas. Se ha labrado un hueco en el mundo de las influencer a golpe
de escándalo, como así lo hacía cuando se declaró negacionista del Covid.
También por dar lecciones y consejos con perlas virales como que “el agua
deshidrata” o recomendar el vómito para “limpiarse por dentro”. Tampoco pasa
desapercibido que ha grabado contenido para adultos en OnlyFans. También ha
hablado de sus problemas con el alcohol y su mal de amores, que le han llevado
por la calle de la amargura. Pero ha cambiado de ruta y ahora es viral tras su
conversión al islam.
Ya se había hablado antes de la posibilidad de que la
influencer estuviese acercándose a la lectura del Corán y abrazando la fe
islámica. En parte porque le gustaba utilizar hiyab en muchos de sus vídeos y
también en su rutina, aunque también presumía de rubia melena. Pero poco a poco
ha habido una paulatina conversión, no solo religiosa por su parte, sino
también en su contenido en redes sociales. Daba consejos sobre moda más
recatada o menos exuberante, sobre cómo llevar una vida más austera y defender
los valores del matrimonio. Pero no decía nada sobre religión. Hasta ahora.
Marina Yers abraza al islam y se hace viral
Aunque ella prefería mantener la cuestión de su conversión
alejada de terceros, al final ha caído en la tentación como influencer. Se ha
acostumbrado a relatar cada movimiento e informar a sus seguidores de lo que
come, compra y sueña. De ahí que quiso hacer lo mismo en una cuenta secundaria
que mantenía en secreto, en la que hablaba en exclusiva de las dificultades con
las que se ha encontrado en su camino de conversión del catolicismo al islam,
como así ha descubierto la cuenta especializada en chismes, @Fley.
La influencer ahora reniega de su pasado y dice sentirse
lejos de la comunidad que había construido en redes sociales. Esa que se
traduce en más de 1,3 millones de seguidores en Instagram. Lo hace en un vídeo
en el que lleva el hiyab, condenando a aquellos que han criticado su nueva
espiritualidad, a cuestionarla como mujer por acercarse a las costumbres
musulmanas o simplemente insultarla creyendo que tan solo busca atención y ser
viral. Quizá no fuese su intención, pero lo ha conseguido y está en boca de
todos. Aunque sea entre aquellos que alertan sobre su salud mental o
simplemente tratan de imponer las creencias que consideran mejor que las otras
alternativas en el mercado de la fe.
Marina Yers decide en el vídeo que ya se está haciendo
viral, acogiéndose a la istikhara, una oración “para guiar nuestros pasos
cuando estamos asustados, perdidos o inseguros”, como ella misma explica. “Lo
hago muy a menudo, honestamente, porque en el fondo sé que Él es quien mejor
sabe”, mantiene, a la vez que deja claro qué es lo que busca en esta nueva
etapa de su vida: “Solo quiero ser escuchada, pero esta vez por la gente
correcta, aquella que entiende que la fe no es un signo de debilidad, sino de
fortaleza”.
