Marc Giró abrió la noche del martes de Late Xou con un monólogo cargado de humor y crítica social, como es habitual en el programa. El presentador abordó la inmigración con su estilo irónico, mezclando sarcasmo y reflexión. «La inmigración no es un problema en sí, yo no estoy en contra, pero tiene que estar regulada y ordenada», repitió las afirmaciones de las encuestas realizadas.. Giró destacó la incoherencia de algunos españoles que defienden la regulación de la inmigración pero no del alquiler: «¿Regular la inmigración? Sí. ¿Regular la vivienda? No». También recordó los pequeños dramas de los viajeros. «Hemos estado una hora haciendo cola de pie en Heathrow… ¿te lo puedes creer? Una hora… de pie», remedó.. El monólogo puso el foco en la visión que algunos tienen del inmigrante ideal: obediente y adaptado a todas las normas. «Una vez en territorio español, tiene que hacer lo que se le mande sin rechistar», ironizó, y añadió sobre el idioma: «O en perfecto catalán, euskera o gallego… como Leonor de Borbón Ortiz. Pagamos una, pero son tres».. Giró no dejó de lado la hipocresía política y social: quienes critican al inmigrante por machismo a menudo niegan la violencia de género o atacan el derecho al aborto. «Consejos feministas vendo que para mí no tengo», afirmó, antes de defender al inmigrante «zángano»: «Yo creo que la grandeza de un país se mide por su capacidad de entrega hacia los demás».. El monólogo cerró con una crítica a la hospitalidad española: «Un país robusto es aquel que pone todos sus recursos a disposición del otro… nuestros montes, ríos, playas, áticos, cotos de caza, chiringuitos». Giró terminó entre carcajadas y exclamaciones: «¡Dios mío! ¿Pero yo qué estoy diciendo? España, ¡eres agotadora!», dejando claro su sello personal.
Giró mezcló humor e ironía para criticar la contradicción de los españoles que defienden la inmigración regulada mientras ignoran otras desigualdades sociales.
20MINUTOS.ES – Televisión
Marc Giró abrió la noche del martes de Late Xou con un monólogo cargado de humor y crítica social, como es habitual en el programa. El presentador abordó la inmigración con su estilo irónico, mezclando sarcasmo y reflexión. «La inmigración no es un problema en sí, yo no estoy en contra, pero tiene que estar regulada y ordenada», repitió las afirmaciones de las encuestas realizadas.. Giró destacó la incoherencia de algunos españoles que defienden la regulación de la inmigración pero no del alquiler: «¿Regular la inmigración? Sí. ¿Regular la vivienda? No». También recordó los pequeños dramas de los viajeros. «Hemos estado una hora haciendo cola de pie en Heathrow… ¿te lo puedes creer? Una hora… de pie», remedó.. El monólogo puso el foco en la visión que algunos tienen del inmigrante ideal: obediente y adaptado a todas las normas. «Una vez en territorio español, tiene que hacer lo que se le mande sin rechistar», ironizó, y añadió sobre el idioma: «O en perfecto catalán, euskera o gallego… como Leonor de Borbón Ortiz. Pagamos una, pero son tres».. Giró no dejó de lado la hipocresía política y social: quienes critican al inmigrante por machismo a menudo niegan la violencia de género o atacan el derecho al aborto. «Consejos feministas vendo que para mí no tengo», afirmó, antes de defender al inmigrante «zángano»: «Yo creo que la grandeza de un país se mide por su capacidad de entrega hacia los demás».. El monólogo cerró con una crítica a la hospitalidad española: «Un país robusto es aquel que pone todos sus recursos a disposición del otro… nuestros montes, ríos, playas, áticos, cotos de caza, chiringuitos». Giró terminó entre carcajadas y exclamaciones: «¡Dios mío! ¿Pero yo qué estoy diciendo? España, ¡eres agotadora!», dejando claro su sello personal.
