Hace tiempo que la música dejó de ser exclusiva para el oído. El culto al instrumento por encima de todo pertenece a otro siglo, y debe ser primordial, pero no único. El sonido también ha de ser visual. Ello permite un maridaje sensitivo que acentúa el efecto de una canción en nosotros. Incluso cuando escuchamos una con los ojos cerrados la imaginación pinta escenarios que la contradicen o acompañan. La música se crea, se escribe, y, ante todo, se interpreta. Por eso vivimos en la era del culto al directo, al concierto, a lo que pueda ocurrir sobre un escenario (que no es poco). Se habla de los precios altos, inflados, exagerados de las entradas para los distintos espectáculos de música. Es una realidad que el directo se ha encarecido, y ello responde a multitud de factores y razones. Uno de ellos es que se trata de un concepto que está cambiando al igual que lo hacen las nuevas tecnologías: a pasos imprevisibles y agigantados. Ya no basta con una banda y un «set list» (y que nunca se pierda el acústico). Ahora hay que sorprender, que envolver y sumergir al espectador en lo que se está escuchando. Los artistas venden experiencias únicas más allá de presentar sus nuevos álbumes. Pero nada que ver con lo que ha ocurrido en Las Vegas. Eso es un espectáculo de otro nivel. Eso sí que es un concierto del futuro.. wf_cms.rss.read_more. ]]>
El DJ Anyma ofreció en Las Vegas «The end of Genesys», un show espectacular cuyos vídeos han dado la vuelta al mundo
Hace tiempo que la música dejó de ser exclusiva para el oído. El culto al instrumento por encima de todo pertenece a otro siglo, y debe ser primordial, pero no único. El sonido también ha de ser visual. Ello permite un maridaje sensitivo que acentúa el efecto de una canción en nosotros. Incluso cuando escuchamos una con los ojos cerrados la imaginación pinta escenarios que la contradicen o acompañan. La música se crea, se escribe, y, ante todo, se interpreta. Por eso vivimos en la era del culto al directo, al concierto, a lo que pueda ocurrir sobre un escenario (que no es poco). Se habla de los precios altos, inflados, exagerados de las entradas para los distintos espectáculos de música. Es una realidad que el directo se ha encarecido, y ello responde a multitud de factores y razones. Uno de ellos es que se trata de un concepto que está cambiando al igual que lo hacen las nuevas tecnologías: a pasos imprevisibles y agigantados. Ya no basta con una banda y un «set list» (y que nunca se pierda el acústico). Ahora hay que sorprender, que envolver y sumergir al espectador en lo que se está escuchando. Los artistas venden experiencias únicas más allá de presentar sus nuevos álbumes. Pero nada que ver con lo que ha ocurrido en Las Vegas. Eso es un espectáculo de otro nivel. Eso sí que es un concierto del futuro.. En septiembre de 2023 se inauguraba una cúpula de 112 metros de alto y 157 de ancho. Se trata de Sphere, una arena de música y entretenimiento que puede albergar a 20.000 personas –contando asientos y pista– y que es absolutamente impresionante. Tanto para el ojo como para el oído. Cuenta con 54.000 metros cuadrados de pantallas LED, envolventes, así como una acústica avanzada, de última generación e inmersiva. Parece el futuro. Pero es el inmediato presente, e incluso podríamos contar con algo así en España, pero aún queda camino para que el entretenimiento y la cultura se aprecien tanto como para una apuesta de dicha envergadura. No será por los españoles: ingenieros y arquitectos de la empresa SACO Technologies, con sede en Zaragoza, trabajaron en la construcción de Sphere.. Pues este mastodóntico complejo celebró en Año Nuevo su primer concierto de música electrónica, y las imágenes son impresionantes. Pero, antes, la música: fue el reconocido DJ Anyma –Matteo Milleri– el protagonista, y también el innovador espectáculo que lleva consigo alrededor del mundo. Un robot gigante es capaz de envolver al público, de romper el cielo, de hacer que la música que reproduce el artista sea aún más hipnótica. Ha viajado por Europa, por Australia… pero lo de Las Vegas, gracias a Sphere, fue especial. Allí ofreció un show titulado «The end of Genesys», y los vídeos han dado la vuelta al mundo. El DJ ha arrancado este año como mejor se puede: despedazando lo establecido. Una puesta en escena sin precedentes donde las personas asistentes parecen minúsculas ante las posibilidades de la tecnología de Sphere, con unas pantallas y acústica impresionantes. Como si un robot humanoide enorme hubiese llegado para decirnos: abran bien los ojos y los oídos, porque así es como debe vivirse la música en 2025.
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