Las administraciones y asociaciones de consumidores han realizado un llamamiento para fomentar el consumo responsable y evitar el desperdicio alimentario que en España fue de 1.214 millones de kilos/litros durante 2023, un 1,1 por ciento más que el año precedente, según el último informe del Gobierno.. Si bien representa un aumento, en comparación con otros años esta progresión se ha reducido gracias a una conciencia sobre el consumo responsable a la que han apelado este miércoles en Valladolid los participantes en un foro sobre el desperdicio alimentario celebrado en la sede del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León.. «Hay que saber adaptarse a la evolución social y demográfica para reducir efectos indeseables sobre la economía y la salud de las personas», ha explicado ante los periodistas el director general de Consumo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Daniel Arribas, antes de intervenir en el foro.. En línea con uno de los objetivos de desarrollo sostenible que figuran en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el director general se ha referido al anteproyecto de ley de consumo sostenible gestado por el Gobierno de España «para garantizar la viabilidad de la producción y evitar la generación de residuos en el ámbito alimentario».. Consumo y Consumismo. El presidente del CES en Castilla y León, Enrique Cabero, ha distinguido entre el consumo responsable, fruto de una planificación racional de necesidades, y el consumismo que ha definido como una patología «que genera problemas medioambientales y mucha injusticia social en las familias».. El desperdicio alimentario, ha proseguido, «hace que no se aprovechen convenientemente recursos que son siempre insuficientes, agrava la gestión de residuos y supone una ineficacia del sistema en su conjunto».. En España se tiró el 3,9 por ciento de los alimentos y bebidas adquiridos dentro y fuera de los hogares durante 2023, una décima más, y 12,7 millones de hogares siguen desperdiciando alimentos, una situación contra la que Cabero considera necesario «garantizar un modelo que mejore la cadena alimentaria desde la perspectiva del valor: de lo que se produce, se necesita y se vende».. «Queda mucho camino por recorrer», ha resumido el presidente del CES antes de recalcar la necesaria conciencia sobre un consumo responsable en cuya formación y educación participen las administraciones, con normativas, y las asociaciones de consumidores y usuarios.. Las familias. Pero también en el ámbito familiar, ha puntualizado la directora general de Comercio y Consumo de la Junta de Castilla y León, María Petit, quien ha incidido en una formación sobre el consumo responsable y el impacto correspondiente: «Hay que comprar con cabeza», ha apostillado.. Dentro de ese proceso ha destacado también el papel de los colegios, el protagonismo de los Bancos de Alimentos y la responsabilidad tanto de los comercios como de las asociaciones de consumidores y usuarios «para reducir este desecho» y alcanzar la economía circular como parte de la solución a este problema.. El foro ha sido organizado por ConsumES, la confederación estatal de consumidores y usuarios, cuyo vicepresidente Prudencio Prieto, se ha referido a «cifras aparatosas» de desperdicio «que pocas conciencias pueden soportar» y con el que se podría paliar buen parte de la hambre en el mundo.
Así lo reclaman los participantes en un foro celebrado en la sede del Consejo Económico y Social en Valladolid
Las administraciones y asociaciones de consumidores han realizado un llamamiento para fomentar el consumo responsable y evitar el desperdicio alimentario que en España fue de 1.214 millones de kilos/litros durante 2023, un 1,1 por ciento más que el año precedente, según el último informe del Gobierno.. Si bien representa un aumento, en comparación con otros años esta progresión se ha reducido gracias a una conciencia sobre el consumo responsable a la que han apelado este miércoles en Valladolid los participantes en un foro sobre el desperdicio alimentario celebrado en la sede del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León.. «Hay que saber adaptarse a la evolución social y demográfica para reducir efectos indeseables sobre la economía y la salud de las personas», ha explicado ante los periodistas el director general de Consumo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Daniel Arribas, antes de intervenir en el foro.. En línea con uno de los objetivos de desarrollo sostenible que figuran en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el director general se ha referido al anteproyecto de ley de consumo sostenible gestado por el Gobierno de España «para garantizar la viabilidad de la producción y evitar la generación de residuos en el ámbito alimentario».. Consumo y Consumismo. El presidente del CES en Castilla y León, Enrique Cabero, ha distinguido entre el consumo responsable, fruto de una planificación racional de necesidades, y el consumismo que ha definido como una patología «que genera problemas medioambientales y mucha injusticia social en las familias».. El desperdicio alimentario, ha proseguido, «hace que no se aprovechen convenientemente recursos que son siempre insuficientes, agrava la gestión de residuos y supone una ineficacia del sistema en su conjunto».. En España se tiró el 3,9 por ciento de los alimentos y bebidas adquiridos dentro y fuera de los hogares durante 2023, una décima más, y 12,7 millones de hogares siguen desperdiciando alimentos, una situación contra la que Cabero considera necesario «garantizar un modelo que mejore la cadena alimentaria desde la perspectiva del valor: de lo que se produce, se necesita y se vende».. «Queda mucho camino por recorrer», ha resumido el presidente del CES antes de recalcar la necesaria conciencia sobre un consumo responsable en cuya formación y educación participen las administraciones, con normativas, y las asociaciones de consumidores y usuarios.. Las familias. Pero también en el ámbito familiar, ha puntualizado la directora general de Comercio y Consumo de la Junta de Castilla y León, María Petit, quien ha incidido en una formación sobre el consumo responsable y el impacto correspondiente: «Hay que comprar con cabeza», ha apostillado.. Dentro de ese proceso ha destacado también el papel de los colegios, el protagonismo de los Bancos de Alimentos y la responsabilidad tanto de los comercios como de las asociaciones de consumidores y usuarios «para reducir este desecho» y alcanzar la economía circular como parte de la solución a este problema.. El foro ha sido organizado por ConsumES, la confederación estatal de consumidores y usuarios, cuyo vicepresidente Prudencio Prieto, se ha referido a «cifras aparatosas» de desperdicio «que pocas conciencias pueden soportar» y con el que se podría paliar buen parte de la hambre en el mundo.
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