La primera prueba de fuego para el gobierno de Lecornu llega hoy en la Asamblea Nacional con el debate de las dos mociones de censura presentadas por la ultraderecha de Le Pen y la izquierda radical de Mélenchon. La sensación de que no son un puro trámite y que la frágil hoja de ruta del ejecutivo puede descarrilar se ha ido haciendo más intensa con el paso de las horas tras el discurso del primer ministro el pasado martes en la Asamblea, cuando el anuncio de la suspensión de la controvertida reforma de las pensiones tuvo como efecto que los socialistas declararan que no iban a votar la censura.. Se trataba de un sacrificio para sobrevivir, pero podría no ser suficiente. Las dudas se han ido instalando a propósito de la disciplina de voto socialista. Ya hay alguno de los 69 diputados del grupo que han anunciado en medios de comunicación que no seguirán la consigna y votarán a favor de la censura. A ellos se podría añadir alguno de las filas de Los Republicanos para poner una buena dosis de suspense en el desenlace de las mociones que podrían derrocar al gobierno y provocar, como ya adelantó el martes Macron, la disolución de la Asamblea y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas. El líder de los diputados de Los Republicanos en la cámara, Laurent Wauquiez, dio la instrucción el martes a los miembros de su grupo de no censurar al nuevo gobierno pese a no estar nada contento con la suspensión de la reforma.. El número mágico de este jueves es el 24. Es la cantidad de diputados que tendrían que desobedecer a la consigna entre conservadores, centro y socialistas para provocar la debacle. Será una mañana de calculadora en mano. Para salir adelante, la moción necesita una mayoría absoluta de 289 escaños. Si se suman los escaños de los extremos (Reagrupamiento Nacional y La Francia Insumisa) obtenemos 210, a los que se añaden los 38 ecologistas que se inclinan por censurar y buena parte de los 17 comunistas. La suma da 265, y se queda, por tanto, a 24 de la absoluta. La pregunta es si los díscolos de las formaciones moderadas llegarán a esa cifra, sabiendo que ya se conoce un puñado de casos y otros tantos que podrían estar ocultos.. La moción precisa de 289 votos para salir adelante. Tras el anuncio de suspensión de la reforma de las pensiones, tanto Le Pen como Mélenchon han criticado lo que los socialistas venden como «victoria», los macronistas como mal menor y los conservadores como duro peaje. Ambos coinciden en señalar el miedo que tienen los partidos que no votarán por la censura a volver a las urnas. Y ese es en efecto el único pegamento que les une. El coste de la suspensión para el sistema de pensiones de Francia «es de 400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027» explicó Lecornu el martes, señalando que será necesario financiarlo mediante otros recortes.. Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses, pero deberá ser compensada financieramente, explicó el primer ministro francés. Su objetivo, dijo, es evitar «un déficit mayor» y «poner en peligro la credibilidad de nuestro país, y más aún de todo nuestro sistema de pensiones». El primer ministro francés confirmó además que renuncia a aprobar los proyectos legislativos recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución, que permite adoptar proyectos por decreto.. Recortes por valor de 30.000 millones de euros. Un primer boceto de su proyecto de presupuestos arroja recortes por valor de 30.000 millones de euros, mucho menos que el proyecto de 44.000 millones de su predecesor en el cargo, el centrista François Bayrou. La finalidad de Lecornu es cumplir en 2025 con el objetivo de un déficit del 5,4% del PIB este año y por debajo del 5% en 2026. En dicho proyecto de presupuestos, el nuevo ejecutivo perfila una batería de 39 medidas fiscales entre las que se encuentran dos nuevos dispositivos para las grandes fortunas de los que se esperan 2.500 millones de euros, el primero un impuesto sobre el patrimonio financiero que gravará los bienes no profesionales integrados en los holdings familiares.. Además, el año próximo se va a prolongar la llamada contribución excepcional dirigida a las grandes empresas con beneficios que facturan más de 1.000 millones de euros (unas 450 en total en toda Francia). Los pocos brotes verdes en economía que se han visto en los últimos días, como la prima de riesgo por debajo de los 80 puntos básicos por primera vez desde septiembre, podrían de nuevo volver a rojo si hoy alguna de las mociones sale adelante.
La primera prueba de fuego para el gobierno de Lecornu llega hoy en la Asamblea Nacional con el debate de las dos mociones de censura presentadas por la ultraderecha de Le Pen y la izquierda radical de Mélenchon. La sensación de que no son un puro trámite y que la frágil hoja de ruta del ejecutivo puede descarrilar se ha ido haciendo más intensa con el paso de las horas tras el discurso del primer ministro el pasado martes en la Asamblea, cuando el anuncio de la suspensión de la controvertida reforma de las pensiones tuvo como efecto que los socialistas declararan que no iban a votar la censura.. Se trataba de un sacrificio para sobrevivir, pero podría no ser suficiente. Las dudas se han ido instalando a propósito de la disciplina de voto socialista. Ya hay alguno de los 69 diputados del grupo que han anunciado en medios de comunicación que no seguirán la consigna y votarán a favor de la censura. A ellos se podría añadir alguno de las filas de Los Republicanos para poner una buena dosis de suspense en el desenlace de las mociones que podrían derrocar al gobierno y provocar, como ya adelantó el martes Macron, la disolución de la Asamblea y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas. El líder de los diputados de Los Republicanos en la cámara, Laurent Wauquiez, dio la instrucción el martes a los miembros de su grupo de no censurar al nuevo gobierno pese a no estar nada contento con la suspensión de la reforma.. El número mágico de este jueves es el 24. Es la cantidad de diputados que tendrían que desobedecer a la consigna entre conservadores, centro y socialistas para provocar la debacle. Será una mañana de calculadora en mano. Para salir adelante, la moción necesita una mayoría absoluta de 289 escaños. Si se suman los escaños de los extremos (Reagrupamiento Nacional y La Francia Insumisa) obtenemos 210, a los que se añaden los 38 ecologistas que se inclinan por censurar y buena parte de los 17 comunistas. La suma da 265, y se queda, por tanto, a 24 de la absoluta. La pregunta es si los díscolos de las formaciones moderadas llegarán a esa cifra, sabiendo que ya se conoce un puñado de casos y otros tantos que podrían estar ocultos.. La moción precisa de 289 votos para salir adelante. Tras el anuncio de suspensión de la reforma de las pensiones, tanto Le Pen como Mélenchon han criticado lo que los socialistas venden como «victoria», los macronistas como mal menor y los conservadores como duro peaje. Ambos coinciden en señalar el miedo que tienen los partidos que no votarán por la censura a volver a las urnas. Y ese es en efecto el único pegamento que les une. El coste de la suspensión para el sistema de pensiones de Francia «es de 400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027» explicó Lecornu el martes, señalando que será necesario financiarlo mediante otros recortes.. Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses, pero deberá ser compensada financieramente, explicó el primer ministro francés. Su objetivo, dijo, es evitar «un déficit mayor» y «poner en peligro la credibilidad de nuestro país, y más aún de todo nuestro sistema de pensiones». El primer ministro francés confirmó además que renuncia a aprobar los proyectos legislativos recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución, que permite adoptar proyectos por decreto.. Recortes por valor de 30.000 millones de euros. Un primer boceto de su proyecto de presupuestos arroja recortes por valor de 30.000 millones de euros, mucho menos que el proyecto de 44.000 millones de su predecesor en el cargo, el centrista François Bayrou. La finalidad de Lecornu es cumplir en 2025 con el objetivo de un déficit del 5,4% del PIB este año y por debajo del 5% en 2026. En dicho proyecto de presupuestos, el nuevo ejecutivo perfila una batería de 39 medidas fiscales entre las que se encuentran dos nuevos dispositivos para las grandes fortunas de los que se esperan 2.500 millones de euros, el primero un impuesto sobre el patrimonio financiero que gravará los bienes no profesionales integrados en los holdings familiares.. Además, el año próximo se va a prolongar la llamada contribución excepcional dirigida a las grandes empresas con beneficios que facturan más de 1.000 millones de euros (unas 450 en total en toda Francia). Los pocos brotes verdes en economía que se han visto en los últimos días, como la prima de riesgo por debajo de los 80 puntos básicos por primera vez desde septiembre, podrían de nuevo volver a rojo si hoy alguna de las mociones sale adelante.
La incertidumbre vuelve a la Asamblea Nacional francesa, donde diputados de las formaciones moderadas ya han confirmado que votarán en contra, incumpliendo la disciplina de voto
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