Un lector, durante un evento de LA RAZÓN, me decía que desea más noticias optimistas y se quejaba de que lo único que hacemos es llenar su hogar con problemas y ruidos. El hombre estaba irritado porque no hallaba en la información motivos para sentirse optimista; sentía que la creciente tensión nacional se intensificaba a medida que los periodistas la difundían al público, del cual creemos ser responsables de esta mala situación que afecta a todos. Mientras sostenía que, de alguna manera, teníamos parte de la culpa por la difícil situación del país, me imaginaba a mis compañeros de trabajo repartiendo información perjudicial indiscriminadamente, como si fueran porciones de pizza contaminada en una caja de cartón. «Una sesión de filtrados, incluyendo una reunión parlamentaria y estadísticas del desempleo, ¿cierto?»} «La inclinación a atacar al mensajero es inherente a nuestra naturaleza, así que no me ofendí por la acusación y volví a enfocarme en la conversación cuando el dedo que me acusaba ya apuntaba hacia el suelo.» Se produjo un silencio y le contesté que los medios de comunicación no surgen de la nada desde el cosmos, ni los periodistas provienen de un huevo cósmico donde se forma la opinión pública. Este veneno que afecta a la nación y dificulta la comprensión de nuestros problemas y la comunicación entre nosotros, requiere la dedicación y el esfuerzo de cada uno. La fundamentalidad de la democracia está condicionada por esto.
«La inclinación a agredir al portador de malas noticias es algo inherente a nuestra naturaleza.»
Un lector, durante un evento de LA RAZÓN, me decía que desea más noticias optimistas y se quejaba de que lo único que hacemos es llenar su hogar con problemas y ruidos. El hombre estaba irritado porque no hallaba en la información motivos para sentirse optimista; sentía que la creciente tensión nacional se intensificaba a medida que los periodistas la difundían al público, del cual creemos ser responsables de esta mala situación que afecta a todos. Mientras sostenía que, de alguna manera, teníamos parte de la culpa por la difícil situación del país, me imaginaba a mis compañeros de trabajo repartiendo información perjudicial indiscriminadamente, como si fueran porciones de pizza contaminada en una caja de cartón. «Una sesión de filtrados, incluyendo una reunión parlamentaria y estadísticas del desempleo, ¿cierto?»} «La inclinación a atacar al mensajero es inherente a nuestra naturaleza, así que no me ofendí por la acusación y volví a enfocarme en la conversación cuando el dedo que me acusaba ya apuntaba hacia el suelo.» Se produjo un silencio y le contesté que los medios de comunicación no surgen de la nada desde el cosmos, ni los periodistas provienen de un huevo cósmico donde se forma la opinión pública. Este veneno que afecta a la nación y dificulta la comprensión de nuestros problemas y la comunicación entre nosotros, requiere la dedicación y el esfuerzo de cada uno. La fundamentalidad de la democracia está condicionada por esto.
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