«Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud desde la plaza, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias». Estas son las primeras palabras del papa Francisco que se escuchan en público en 21 días. Se escucharon en la tarde del pasado jueves en la plaza de San Pedro del Vaticano y fueron grabadas previamente en el hospital Gemelli de Roma, donde permanece ingresado.. El Pontífice se mantiene estable, así como sus parámetros hemodinámicos y los análisis de sangre, sin nuevas crisis respiratorias ni fiebre, al cumplirse su tercera semana ingresado aunque su pronóstico tiene reservado. Las plegarias se suceden en todo el mundo por la salud del Papa y hay un Cristo al que los fieles en Argentina dirigen especialmente sus rezos.. Y es que si hay una historia que merece la pena ser recordada estos días es la del “Cristo de futbolistas” que se encuentra en la Catedral de Buenos Aires y que tiene en el Papa Francisco a uno de sus más fervientes devotos, como también lo fue Diego Armando Maradona.. Un Cristo que tiene unas raíces muy españolas, concretamente sevillana, y de ahí su singular secreto.. El Cristo del Amor, que se encuentra en la Iglesia de El Salvador, procesiona este Domingo de Ramos en Sevilla pero su hermano argentino lo hace cada Viernes Santo por las calles de Buenos Aires.. Sus orígenes. Los futbolistas Scotta y Bertoni, tras ganar el Mundial de Argentina de 1978, jugaban en el Sevilla y también uno de los íntimos amigos de la infancia y del Colegio de los Salesianos de ‘Luisito’ Álvarez Duarte, el centrocampista Pablo Blanco.. Fue por mediación de este último, como Scotta y Bertoni, que venían de marcar 16 goles cada uno en la Liga, encargaron al escultor e imaginero Álvarez Duarte una talla de un Cristo Cautivo a imagen del Cristo del Gran Amor para que un trozo de Sevilla estuviera en Buenos Aires.. Bertoni se marchó a la Fiorentina y el cañonero Scotta al Ferrocarril de su país, pero su encargo se hizo y en 10 meses de estar en el taller del escultor, ya lo tenía. Era una impresionante talla de un Cautivo de una altura de 1,87 metros tallada en cedro libanés. Ambos futbolistas nunca quisieron desvelar lo que les costó el encargo porque lo importante para ellos es su valor devocional.. En esta iniciativa colaboraron también otros campeones del mundo argentinos como el portero Ubaldo Matildo ‘El Pato’ Fillol, Olvaldo Ardiles, Alberto Tarantini o ‘El Matador’ Mario Alberto Kempes por lo que sobran razones para ser conocido como “El Cristo de los Futbolistas”.. Un trozo de Sevilla en el Viernes Santo bonaerense. La imagen fue trasladada desde el Aeropuerto de San Pablo de Sevilla al de Buenos Aires por un avión de la Fuerza Aérea argentina y, desde 1981, se venera en la catedral bonaerense y procesiona los Viernes Santos por la capital de Argentina entre la devoción de fieles e hinchas del fútbol.. Una vez en el templo de la capital argentina, el Cristo fue bendecido por Monseñor Keegan -que quedó maravillado del Cristo del Gran Amor durante una visita a Sevilla- y, desde entonces, se le reza allí y en las calles. Ante el se postran no solo el pueblo sino también el que fuera en aquellos años cardenal de Buenos Aires y hoy Papa Francisco, Jorge Bergoglio, quien compartía además con Scotta la pasión por el San Lorenzo de Almagro.. Pese al relativamente breve periodo que ambos estuvieron en Sevilla, Scotta (1976-1980) y Bertoni (1978-1980) quedaron marcados por la ciudad y esta talla es prueba de ello.. Pero este Cristo guarda en su interior otro secreto: el escultor Luis Álvarez Duarte, fallecido en 2019, grabó en en el interior de la escultura un escudo del Sevilla FC por encargo de Scotta y Bertoni -que entonces eran futbolistas del conjunto nervionense- pero el artista que era bético, no pudo reprimirse y grabó también el del equipo de sus amores.. Ahora, los fieles le imploran que vele por la salud del Papa más futbolero de la historia.
El pontífice es un ferviente devoto del Cristo del Gran Amor, conocido en Argentina como el “Cristo de los futbolistas” y con unas raíces muy españolas.
«Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud desde la plaza, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias». Estas son las primeras palabras del papa Francisco que se escuchan en público en 21 días. Se escucharon en la tarde del pasado jueves en la plaza de San Pedro del Vaticano y fueron grabadas previamente en el hospital Gemelli de Roma, donde permanece ingresado.. El Pontífice se mantiene estable, así como sus parámetros hemodinámicos y los análisis de sangre, sin nuevas crisis respiratorias ni fiebre, al cumplirse su tercera semana ingresado aunque su pronóstico tiene reservado. Las plegarias se suceden en todo el mundo por la salud del Papa y hay un Cristo al que los fieles en Argentina dirigen especialmente sus rezos.. Y es que si hay una historia que merece la pena ser recordada estos días es la del “Cristo de futbolistas” que se encuentra en la Catedral de Buenos Aires y que tiene en el Papa Francisco a uno de sus más fervientes devotos, como también lo fue Diego Armando Maradona.. Un Cristo que tiene unas raíces muy españolas, concretamente sevillana, y de ahí su singular secreto.. El Cristo del Amor, que se encuentra en la Iglesia de El Salvador, procesiona este Domingo de Ramos en Sevilla pero su hermano argentino lo hace cada Viernes Santo por las calles de Buenos Aires.. Sus orígenes. Los futbolistas Scotta y Bertoni, tras ganar el Mundial de Argentina de 1978, jugaban en el Sevilla y también uno de los íntimos amigos de la infancia y del Colegio de los Salesianos de ‘Luisito’ Álvarez Duarte, el centrocampista Pablo Blanco.. Fue por mediación de este último, como Scotta y Bertoni, que venían de marcar 16 goles cada uno en la Liga, encargaron al escultor e imaginero Álvarez Duarte una talla de un Cristo Cautivo a imagen del Cristo del Gran Amor para que un trozo de Sevilla estuviera en Buenos Aires.. Bertoni se marchó a la Fiorentina y el cañonero Scotta al Ferrocarril de su país, pero su encargo se hizo y en 10 meses de estar en el taller del escultor, ya lo tenía. Era una impresionante talla de un Cautivo de una altura de 1,87 metros tallada en cedro libanés. Ambos futbolistas nunca quisieron desvelar lo que les costó el encargo porque lo importante para ellos es su valor devocional.. En esta iniciativa colaboraron también otros campeones del mundo argentinos como el portero Ubaldo Matildo ‘El Pato’ Fillol, Olvaldo Ardiles, Alberto Tarantini o ‘El Matador’ Mario Alberto Kempes por lo que sobran razones para ser conocido como “El Cristo de los Futbolistas”.. Un trozo de Sevilla en el Viernes Santo bonaerense. La imagen fue trasladada desde el Aeropuerto de San Pablo de Sevilla al de Buenos Aires por un avión de la Fuerza Aérea argentina y, desde 1981, se venera en la catedral bonaerense y procesiona los Viernes Santos por la capital de Argentina entre la devoción de fieles e hinchas del fútbol.. Una vez en el templo de la capital argentina, el Cristo fue bendecido por Monseñor Keegan -que quedó maravillado del Cristo del Gran Amor durante una visita a Sevilla- y, desde entonces, se le reza allí y en las calles. Ante el se postran no solo el pueblo sino también el que fuera en aquellos años cardenal de Buenos Aires y hoy Papa Francisco, Jorge Bergoglio, quien compartía además con Scotta la pasión por el San Lorenzo de Almagro.. Pese al relativamente breve periodo que ambos estuvieron en Sevilla, Scotta (1976-1980) y Bertoni (1978-1980) quedaron marcados por la ciudad y esta talla es prueba de ello.. Pero este Cristo guarda en su interior otro secreto: el escultor Luis Álvarez Duarte, fallecido en 2019, grabó en en el interior de la escultura un escudo del Sevilla FC por encargo de Scotta y Bertoni -que entonces eran futbolistas del conjunto nervionense- pero el artista que era bético, no pudo reprimirse y grabó también el del equipo de sus amores.. Ahora, los fieles le imploran que vele por la salud del Papa más futbolero de la historia.
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