Investigadores de la Policía Nacional en Valladolid han detenido a una mujer el 29 de octubre en el marco de la operación “Alaska” como presunta autora de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.. Dicha operación se inició a raíz de la toma de declaración a una víctima de Trata de Seres Humanos, la cual se encontraba en situación de necesidad y vulnerabilidad, sin trabajo ni posibilidad de ganarse la vida ya que carecía de permiso de trabajo, y además debiendo mantener a sus familiares en su país de origen, que vivían en la extrema pobreza y dependían de ella para su sustento.. Los agentes del Grupo III de la UCRIF (Unidad contra las redes de inmigración ilegal y falsedades documentales) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Valladolid, se pusieron sobre la pista de la tratante de la víctima, una mujer también extranjera.. Esta se aprovechó de la desesperación de la víctima por subsistir y mantener a su familia, y una vez la tuvo bajo su control en el domicilio de Valladolid, la obligó a aceptar unas condiciones abusivas e inasumibles para el ejercicio de la prostitución.. La detenida era la que publicitaba los servicios de prostitución de la víctima, la que hablaba y concertaba con los “clientes” los servicios sexuales que tenía prestar, acordando con ellos los actos sexuales que se iban a realizar, y solo después informaba a la mujer de lo que debía hacer, sin darle posibilidad de negarse, de rechazar a un cliente que no le gustara o de tomarse un descanso si se encontraba enferma.. Era la proxeneta quien también se encargaba de cobrar directamente a los “clientes” por los servicios de prostitución de la víctima. Las tarifas las establecía la propia detenida, y solo después le entregaba a la mujer la mitad de las ganancias que su servicio sexual había generado.. La víctima tenía que estar disponible para recibir a estos “clientes” de servicios de prostitución las veinticuatro horas del día, sin poder salir del domicilio más que un par de horas diarias y siempre solicitando autorización a su tratante.. Además, el domicilio estaba controlado por cámaras de video vigilancia, que permitían a la mujer detenida vigilar y controlar en todo momento que la víctima cumplía y acataba las normas impuestas, aun si ella no se encontraba en el lugar.. En el domicilio había otras tres mujeres en situación similar, resultando que las cuatro tenían que dormir hacinadas en literas en la misma habitación, debiendo quedar libre la otra habitación para recibir a los “clientes”.. La tratante las mantenía en una situación de aislamiento y miedo continuo para lograr su total sumisión, amenazándolas con echarlas a la calle si incumplían alguna de sus normas. Esto causaba terror a las víctimas, ya que todas se encontraban en situación irregular en España, desconocían la ciudad de Valladolid y los mecanismos legales en el país, y no tenían lugar en que refugiarse ni a dónde ir.. La operación Alaska ha culminado con la detención por parte de agentes de Policía Nacional el pasado día 29 de octubre de la mujer proxeneta, como presunta autora de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La mujer permaneció bajo custodia en dependencias policiales hasta ser puesta a disposición de la autoridad judicial, que decretó su libertad.. La Policía Nacional cuenta con la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la denuncia, anónima y confidencial de este tipo de delitos.
La operación denominada “Alaska” se inició en el mes de abril
Investigadores de la Policía Nacional en Valladolid han detenido a una mujer el 29 de octubre en el marco de la operación “Alaska” como presunta autora de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.. Dicha operación se inició a raíz de la toma de declaración a una víctima de Trata de Seres Humanos, la cual se encontraba en situación de necesidad y vulnerabilidad, sin trabajo ni posibilidad de ganarse la vida ya que carecía de permiso de trabajo, y además debiendo mantener a sus familiares en su país de origen, que vivían en la extrema pobreza y dependían de ella para su sustento.. Los agentes del Grupo III de la UCRIF (Unidad contra las redes de inmigración ilegal y falsedades documentales) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Valladolid, se pusieron sobre la pista de la tratante de la víctima, una mujer también extranjera.. Esta se aprovechó de la desesperación de la víctima por subsistir y mantener a su familia, y una vez la tuvo bajo su control en el domicilio de Valladolid, la obligó a aceptar unas condiciones abusivas e inasumibles para el ejercicio de la prostitución.. La detenida era la que publicitaba los servicios de prostitución de la víctima, la que hablaba y concertaba con los “clientes” los servicios sexuales que tenía prestar, acordando con ellos los actos sexuales que se iban a realizar, y solo después informaba a la mujer de lo que debía hacer, sin darle posibilidad de negarse, de rechazar a un cliente que no le gustara o de tomarse un descanso si se encontraba enferma.. Era la proxeneta quien también se encargaba de cobrar directamente a los “clientes” por los servicios de prostitución de la víctima. Las tarifas las establecía la propia detenida, y solo después le entregaba a la mujer la mitad de las ganancias que su servicio sexual había generado.. La víctima tenía que estar disponible para recibir a estos “clientes” de servicios de prostitución las veinticuatro horas del día, sin poder salir del domicilio más que un par de horas diarias y siempre solicitando autorización a su tratante.. Además, el domicilio estaba controlado por cámaras de video vigilancia, que permitían a la mujer detenida vigilar y controlar en todo momento que la víctima cumplía y acataba las normas impuestas, aun si ella no se encontraba en el lugar.. En el domicilio había otras tres mujeres en situación similar, resultando que las cuatro tenían que dormir hacinadas en literas en la misma habitación, debiendo quedar libre la otra habitación para recibir a los “clientes”.. La tratante las mantenía en una situación de aislamiento y miedo continuo para lograr su total sumisión, amenazándolas con echarlas a la calle si incumplían alguna de sus normas. Esto causaba terror a las víctimas, ya que todas se encontraban en situación irregular en España, desconocían la ciudad de Valladolid y los mecanismos legales en el país, y no tenían lugar en que refugiarse ni a dónde ir.. La operación Alaska ha culminado con la detención por parte de agentes de Policía Nacional el pasado día 29 de octubre de la mujer proxeneta, como presunta autora de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La mujer permaneció bajo custodia en dependencias policiales hasta ser puesta a disposición de la autoridad judicial, que decretó su libertad.. La Policía Nacional cuenta con la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la denuncia, anónima y confidencial de este tipo de delitos.
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