<p>Añoro un París que no conocí. Las tertulias en casa de <strong>Gertrude Stein</strong>. Las cenas con <strong>Hemingway </strong>en La Coupole. Las visitas a la Rue des Grands Augustins con regalos envenenados de <strong>Picasso </strong>(un dibujillo sin firma que nunca podrás vender…). Sí, yo también <strong>añoro un tiempo que no conocí.</strong></p>
Vuelven grupos míticos, los vinilos, las fotos analógicas. Mirar al pasado es una enfermedad de nuestro tiempo, aunque tal vez no sea algo tan malo…
<p>Añoro un París que no conocí. Las tertulias en casa de <strong>Gertrude Stein</strong>. Las cenas con <strong>Hemingway </strong>en La Coupole. Las visitas a la Rue des Grands Augustins con regalos envenenados de <strong>Picasso </strong>(un dibujillo sin firma que nunca podrás vender…). Sí, yo también <strong>añoro un tiempo que no conocí.</strong></p>
Cultura
