El proyecto del Gobierno madrileño para ampliar la edad de las mujeres que pueden acogerse al programa de prevención de cáncer de mama, anunciado solo unos días después de que estallara el escándalo de los cribados en Andalucía, tensará un sistema que ya está empezando a sufrir “cuellos de botella”. Así lo advierte Daniel Bernabéu, radiólogo y presidente del sindicato Amyts, además de otros profesionales, que apoyan la propuesta, pero destacan las dificultades de incorporar a cientos de miles de mujeres más a un sistema que ya tiene problemas para atender a las 775.074 que tenía hasta ahora como población diana para el bienio 2023-2024, según los últimos datos publicados por la propia administración regional. Una problemática que reflejan los datos (apenas un 51% de las potenciales beneficiarias se hizo la prueba en el bienio 2023-2024) y que ahora se verá previsiblemente agudizada como consecuencia de que el programa pase de dar acceso a mujeres de entre 50 y 69 años a abrir sus puertas a mujeres de entre 45 y 74.. Seguir leyendo
Tras el escándalo de los cribados en Andalucía, la consejera de Sanidad anuncia que el programa regional sumará a cientos de miles de mujeres al ampliar el criterio de edad, pese a que ahora apenas atiende a alrededor del 51% de su población diana
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El proyecto del Gobierno madrileño para ampliar la edad de las mujeres que pueden acogerse al programa de prevención de cáncer de mama, anunciado solo unos días después de que estallara el escándalo de los cribados en Andalucía, tensará un sistema que ya está empezando a sufrir “cuellos de botella”. Así lo advierte Daniel Bernabéu, radiólogo y presidente del sindicato Amyts, además de otros profesionales, que apoyan la propuesta, pero destacan las dificultades de incorporar a cientos de miles de mujeres más a un sistema que ya tiene problemas para atender a las 775.074 que tenía hasta ahora como población diana para el bienio 2023-2024, según los últimos datos publicados por la propia administración regional. Una problemática que reflejan los datos (apenas un 51% de las potenciales beneficiarias se hizo la prueba en el bienio 2023-2024) y que ahora se verá previsiblemente agudizada como consecuencia de que el programa pase de dar acceso a mujeres de entre 50 y 69 años a abrir sus puertas a mujeres de entre 45 y 74.. Daniel Bernabéu, radiólogo y presidente del sindicato Amyts, confirma que la mayoría de los casos en los que hay malignidad se trata rápidamente, pero reconoce que la sanidad ya está comenzando a sufrir “cuellos de botella” que podrían darle un vuelco a la situación, sobre todo con la ampliación de las edades para entrar al Deprecam, un programa que funciona desde 1999 con el objetivo de detectar la enfermedad en sus primeras etapas a través de mamografías para aumentar así la tasa de supervivencia. “Ya llevamos una tendencia mala y ahora vamos a incluir a más pacientes”, declara.. Bernabéu apunta que la evidencia científica dice que la mejora de la supervivencia es moderada si el cáncer de mama se detecta en edades más tempranas y que, por tanto, aunque en los cribados en estas edades se detectan muchas lesiones benignas “que someten a la paciente a un estrés innecesario”, está de acuerdo con que se amplíe la edad. Eso sí, aclara que siempre y cuando se tengan todos los recursos necesarios garantizados.. “Se quiere aumentar la cantidad de pacientes, pero no se ha dicho en ningún momento que se vayan a aumentar los recursos”, señala Ana, nombre ficticio de una técnica de radiodiagnóstico adscrita en un hospital público al Deprecam. “Si se quiere ampliar la edad me parece estupendo. Con estos recursos que tenemos ahora se podría asumir, sí, ¿a costa de qué? A costa de los trabajadores también”.. También la diputada del PSOE, Lorena Morales, considera que no tiene mucho sentido sumar a más mujeres al programa antes de solucionar los problemas de las que ya están.. Mujeres protestando en Sevilla por los fallos en el sistema de cribado de cáncer de mama en Andalucía.PACO PUENTES. El Gobierno regional defiende que la ampliación del Deprecam ocurrirá de forma paulatina: en 2026 se incluirán a las mujeres de 45, 70 y 71 años, en 2027 serán las de 46, 72 y 73 y en 2028 las de 47, 48 y 74 años. En consecuencia, argumenta un portavoz del ejecutivo, eso permitirá acompasar la expansión de la población diana con una mayor dotación de recursos financieros, a través de los futuros presupuestos. Este interlocutor, además, niega que haya cuellos de botella en el sistema, como denuncia Amyts.. La Consejería de Sanidad asegura que en 2024 se hicieron 228.800 mamografías en total y que en 2023 fueron 222.570. Estas cifras contradicen las de su propio informe, el decimotercero sobre el estado de los hospitales del Sermas, con datos de 2022 a 2024. El portavoz señala que en este nuevo dato que ahora aporta se han incorporado “más pruebas realizadas como primeras mamografías o mamografías ordinarias que también están dentro de lo que es la prevención de esta patología en el ámbito del Sermas”, pero no aclara si todas esas “nuevas” pruebas tienen que ver directamente con las pacientes que entran dentro del Deprecam (de 50 a 69 años), que son a las que se refiere en el informe, o si son mamografías realizadas a mujeres de cualquier edad.. Con estos datos, la Consejería cifra en 451.370 las pruebas de cribado realizadas para este periodo bienal de 2023-2024. “En los dos años anteriores 2021-2022, las pruebas realizadas fueron 219.952 y 195.494 respectivamente alcanzando un total de 415.446 pruebas. Estas cifras suponen un incremento de casi 40.000 pruebas más de una campaña a otra”, señala el portavoz, basándose en las sumas bianuales. No dicen lo mismo los datos del informe de la propia Comunidad de Madrid.. La Consejería se ha negado a aportar los datos de a cuántas mujeres ha invitado a participar en el Deprecam cada año, con los que se podría entender si las bajas tasas de participación responden a la negativa de las mujeres o a ineficiencias en el sistema de citación. Cuando este diario preguntó por qué Madrid se encuentra tan lejos de hacer los cribados al 70% de la población diana, que es el objetivo, la Consejería respondió que “la fidelización” roza el 60%. Pero las mujeres fidelizadas, señalan, son “las que se quedan, las que siguen en el programa, las interesadas las que pautan con sus profesionales repetir la prueba acorde a la pauta médica y dentro del plan de cribado las que deciden querer”. Es decir, las que se han hecho la prueba al menos una vez y repiten a los dos años, no las que participan en general.. Las cifras de las que presume Sanidad contrastan con los problemas que relatan las usuarias del sistema. El primer obstáculo del programa, denuncian, está en los métodos de citación. Ni los propios profesionales tienen muy claro cómo funciona el proceso en la Comunidad de Madrid. Según la información publicada en la página web de Deprecam, las citaciones se realizan a través de cartas enviadas al domicilio. Si la mujer está en la edad del cribado y no ha recibido esa citación, puede también solicitarla ella misma a través de la web, de la aplicación móvil Cita Sanitaria o contactando con el Centro de Atención Personalizada o la Unidad Central de Gestión del Programa. Son varias las vías, pero también las oportunidades de confusión.. Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes Contra el Cáncer (GEPAC), señala que desde que se incorporó la posibilidad de autocita por teléfono o a través de la aplicación en teoría es más fácil el acceso, pero implica que una parte de las mujeres pueden llegar a no realizarse la prueba si no reciben la carta y tampoco conocen esas opciones. “Ese es un punto que convendría revisar, porque la responsabilidad del seguimiento debería recaer siempre en el sistema sanitario, no en la paciente”, acota.. El modesto crecimiento que venía experimentando el programa (175.249 mamografías en 2021, 176.489 en 2022 y 204.330 en 2023) sufrió una caída en 2024, últimos datos accesibles, situándose en 189.345 la cantidad de pruebas realizadas en la región, según las estadísticas de la propia Comunidad. Y, según anunció la consejera recientemente, en lo que va de 2025 se han realizado 152.000 mamografías.. “La realidad es que las mujeres madrileñas siguen sin conocer claramente cómo han de participar en el programa, porque no hay fijada una estrategia clara”, asegura Víctor Jiménez, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Enfermería (AME). Denuncia que el primer eslabón de la cadena sanitaria, el centro de salud, en Madrid no tiene control ni capacidad para citar a las que están en edad de hacerse el cribado preventivo. “Los médicos de los centros de salud solo pueden derivar a una mamografía a una mujer que ya tiene un bulto o algún indicador de riesgo”, explica. Es por esto que, según Jiménez, muchas acaban “mendigando” por una mamografía y que otras tantas finalmente terminen pagándosela en un centro privado.. El Deprecam fue un programa parcialmente privatizado durante muchos años. Varias clínicas privadas realizaban la prueba gratuitamente a las mujeres dentro del programa y la Comunidad de Madrid pagaba luego la prestación con fondos públicos. Así funcionó durante años, y no siempre bien, porque tanto en 2013 como en 2019 el programa estuvo paralizado en los centros de la capital durante varios meses debido a problemas en los contratos entre la Administración autonómica y las empresas.. En 2017, bajo el Gobierno de Cristina Cifuentes (PP) la Comunidad anunció que asumiría el programa, es decir, lo llevaría al 100% a sus hospitales públicos. Ese proceso fue paulatino y no fue hasta 2023 que el concierto con esas clínicas dejó de existir.. Una mujer se hace una mamografía. Foto de archivo.AFP PHOTO / ANNE-CHRISTINE POUJOULAT. Hospitales públicos puros como el 12 de Octubre (con una población asignada de 444.268 según los últimos datos), pasaron de realizar 60 cribados en 2021 a 3.948 al siguiente año. Y de 5.282 pruebas en 2023 a 7.045 a 2024, un 33% más.. El Ramón y Cajal (con una población asignada de 606.454 personas) mantiene desde 2021 una cifra en constante ascenso, que llegó a ser del 21,5% entre 2023 y 2024. Es una situación parecida a la del Hospital de Fuenlabrada (223.366) que subieron un 39,8% de 2023 a 2024.. Barragán dice que lo importante en todo este asunto es que se garantice “la equidad y la transparencia en los tiempos reales de espera, algo que no siempre se refleja con claridad en los datos públicos”. Las últimas cifras, de agosto de este año, muestran que para las mamografías en algunos de los hospitales públicos madrileños hay esperas de hasta 151 días, como es el caso del Hospital de La Princesa, con 334 pacientes en la fila. En el Hospital de Móstoles son 142 días y 409 pacientes en cola, en el del Henares 120 días y 585 mujeres, y en La Paz son 116 días y 673 mujeres.. Los hospitales que menos espera tienen para las mamografías resultan ser los concertados: la Fundación Jiménez Díaz (24 días y 124 mujeres en cola), el de Torrejón (16 días y 591 mujeres), el Rey Juan Carlos (3,25 días y 16 mujeres), el de Villalba (dos días y 17 mujeres) y el Infanta Elena (1,95 días y 19 mujeres). Para Lorena Morales, diputada del PSOE, los atascos que se están creando son un síntoma más de las ansias privatizadoras del Gobierno regional. “Si te dicen que en La Princesa tienes que esperar 150 días y en la Jiménez Díaz son 24, pues la mujer con toda lógica irá al de Quirón”, señala.. Más información. Las listas de espera médicas de Madrid aumentan un 64% desde que Ayuso es presidenta. Tampoco se puede saber si estas listas de espera se refieren a las mamografías de una cita rutinaria o a las de una segunda evaluación, o a ambas, porque el portal no aporta el dato. Según recientes declaraciones de la consejera madrileña, Fátima Matute, si una paciente presenta signos preocupantes en una mamografía, en menos de 15 días, o incluso en 72 horas, se activa un “circuito de sospecha de malignidad” aparte del cribado y se le hace una nueva prueba diagnóstica.. ¿Tiene algo que contar? Escriba a la autora a través del correo dagutierrez@elpais.es