«La buena sombra» (Ed. Espasa), buena suerte en caló, no cobija por igual a todos los personajes de esta novela sobre la tradición asfixiante, los amores de contrabando y el narcotráfico. La primera novela de María de la Luz del Prado nos muestra una manera muy particular de ver la industria y el modo de vida flamenco, además de alertar sobre los peligros de coquetear con las drogas, ya sea como consumo o negocio. Esta novedad editorial, en la que se recrean lugares como el Madrid de las Letras o el estrecho de Gibraltar, es de lectura frenética y entretenida, aunque en determinadas ocasiones se pasa de frenada con los estereotipos.. Flamenco, narcotráfico y clases sociales. Una novela que se podría escucharse al compás de «La Pija y el Gypsy».. Una mezcla de culturas, de clases sociales. He hecho un retrato sobre los mundos que yo tengo a mano. Flamenco, gitanos… y el campo de Gibraltar, donde desgraciadamente se ven muchas cosas maravillosas, pero también mucho narcotráfico. Y bueno un poco pija sí que soy (risas).. Una novela de «lujos y miserias». De contrabando con mercancías prohibidas: tradición, droga y amor.. Reivindico mucho la tradición y las costumbres, es lo que nos ancla a la tierra que pisamos y de dónde venimos. Donde se forja nuestra identidad. Y me da mucha pena que poco a poco se vayan perdiendo. En cuanto a las mercancías prohibidas, la droga está muy metida en la sociedad. Se está consumiendo continuamente, y quería mostrar las consecuencias en diferentes ámbitos de la sociedad. La droga no entiende de clases sociales. Y respecto al amor, es un tema que da mucho juego para escribir. Es el vehículo más fácil para hablar de emociones.. Envuelve la atmósfera de la novela en un aire romántico donde quizás juegue peligrosamente con la cosificación de estereotipos. Por ejemplo, el flamenco asociado a la noche, las drogas…. Más bien lo retrato como forma de vida. Veo flamenco en un potaje, en una manera de hablar, en una razón de ser distinta, maravillosa. Eso sí, que tiene mucho que ver con la noche, la fiesta y la celebración. Y en este contexto la droga forma parte de la trama tanto en la novela como en la vida diaria. También del flamenco, pero ojo no en exclusiva. Realmente el consumo de drogas está bastante normalizado.. En mi opinión, también enclaustra lo gitano en su novela excesivamente dentro de la tradición, «sus propias leyes», los patriarcas y matriarcas, matrimonios de conveniencia. El trapicheo y el engaño, timos de anticuario. Una cárcel milenaria.. Relato una familia gitana muy tradicional que va evolucionando dentro de su costumbre. Las nuevas generaciones se van abriendo paso en medio de una cultura, eso sí, un tanto machista. Sin embargo, mantienen unas raíces que me parecen maravillosas como el respeto a los mayores, el sentido de familia en general. Igualmente, el vivir al día y cómo no, el compás que lo llevan en la sangre.. Respecto a la familia y vida de Vera, la protagonista «pija», lo suyo es la vida alternativa, el narco y la fiesta como aventura. Ella fuma «cigarros aliñados», los demás drogas más duras. Marca distancia entre sus personajes.. Vera está acostumbrada a vivir en el control y un poco se deja ir, se tira al precipicio. Abandona la zona de confort para realizar un viaje fuera de la seguridad que te da una vida bien de niña vieja.. También es interesante el contraste entre Sotogrande y Marbella con el Campo de Gibraltar. Cómo algunos recogen las nueces y otros no tienen otra salida que el narcotráfico.. Hay tanto contraste como similitud. En Marbella como en Sotogrande se lava mucho dinero. Hay mucho crimen organizado alrededor del narcotráfico y un nivel de vida muy alto. Y luego está La Línea de la Concepción, el Campo de Gibraltar en general, como territorio olvidado. Faltan recursos, se está casi rozando la exclusión social. A esta gente le queda poco margen: cruzar la aduana y trabajar en Gibraltar, o el narcotráfico.. Usted se mueve en «el Estrecho» de esos dos mundos.. Lo veo porque está y estoy ahí. Trabajo en el Trocadero Festival, con mucha gente de La Línea y observo que es una cosa natural. De repente uno se quiere casar, no tiene dinero y la solución son ‘dos alijos’, conseguir el dinero y problema solucionado. A veces, el narcotráfico no es la salida más fácil pero sí el único camino.
La escritora María de la Luz del Prado lamenta que «el narcotráfico no es la salida más fácil pero sí el único camino»
«La buena sombra» (Ed. Espasa), buena suerte en caló, no cobija por igual a todos los personajes de esta novela sobre la tradición asfixiante, los amores de contrabando y el narcotráfico. La primera novela de María de la Luz del Prado nos muestra una manera muy particular de ver la industria y el modo de vida flamenco, además de alertar sobre los peligros de coquetear con las drogas, ya sea como consumo o negocio. Esta novedad editorial, en la que se recrean lugares como el Madrid de las Letras o el estrecho de Gibraltar, es de lectura frenética y entretenida, aunque en determinadas ocasiones se pasa de frenada con los estereotipos.. Flamenco, narcotráfico y clases sociales. Una novela que se podría escucharse al compás de «La Pija y el Gypsy».. Una mezcla de culturas, de clases sociales. He hecho un retrato sobre los mundos que yo tengo a mano. Flamenco, gitanos… y el campo de Gibraltar, donde desgraciadamente se ven muchas cosas maravillosas, pero también mucho narcotráfico. Y bueno un poco pija sí que soy (risas).. Una novela de «lujos y miserias». De contrabando con mercancías prohibidas: tradición, droga y amor.. Reivindico mucho la tradición y las costumbres, es lo que nos ancla a la tierra que pisamos y de dónde venimos. Donde se forja nuestra identidad. Y me da mucha pena que poco a poco se vayan perdiendo. En cuanto a las mercancías prohibidas, la droga está muy metida en la sociedad. Se está consumiendo continuamente, y quería mostrar las consecuencias en diferentes ámbitos de la sociedad. La droga no entiende de clases sociales. Y respecto al amor, es un tema que da mucho juego para escribir. Es el vehículo más fácil para hablar de emociones.. Envuelve la atmósfera de la novela en un aire romántico donde quizás juegue peligrosamente con la cosificación de estereotipos. Por ejemplo, el flamenco asociado a la noche, las drogas…. Más bien lo retrato como forma de vida. Veo flamenco en un potaje, en una manera de hablar, en una razón de ser distinta, maravillosa. Eso sí, que tiene mucho que ver con la noche, la fiesta y la celebración. Y en este contexto la droga forma parte de la trama tanto en la novela como en la vida diaria. También del flamenco, pero ojo no en exclusiva. Realmente el consumo de drogas está bastante normalizado.. En mi opinión, también enclaustra lo gitano en su novela excesivamente dentro de la tradición, «sus propias leyes», los patriarcas y matriarcas, matrimonios de conveniencia. El trapicheo y el engaño, timos de anticuario. Una cárcel milenaria.. Relato una familia gitana muy tradicional que va evolucionando dentro de su costumbre. Las nuevas generaciones se van abriendo paso en medio de una cultura, eso sí, un tanto machista. Sin embargo, mantienen unas raíces que me parecen maravillosas como el respeto a los mayores, el sentido de familia en general. Igualmente, el vivir al día y cómo no, el compás que lo llevan en la sangre.. Respecto a la familia y vida de Vera, la protagonista «pija», lo suyo es la vida alternativa, el narco y la fiesta como aventura. Ella fuma «cigarros aliñados», los demás drogas más duras. Marca distancia entre sus personajes.. Vera está acostumbrada a vivir en el control y un poco se deja ir, se tira al precipicio. Abandona la zona de confort para realizar un viaje fuera de la seguridad que te da una vida bien de niña vieja.. También es interesante el contraste entre Sotogrande y Marbella con el Campo de Gibraltar. Cómo algunos recogen las nueces y otros no tienen otra salida que el narcotráfico.. Hay tanto contraste como similitud. En Marbella como en Sotogrande se lava mucho dinero. Hay mucho crimen organizado alrededor del narcotráfico y un nivel de vida muy alto. Y luego está La Línea de la Concepción, el Campo de Gibraltar en general, como territorio olvidado. Faltan recursos, se está casi rozando la exclusión social. A esta gente le queda poco margen: cruzar la aduana y trabajar en Gibraltar, o el narcotráfico.. Usted se mueve en «el Estrecho» de esos dos mundos.. Lo veo porque está y estoy ahí. Trabajo en el Trocadero Festival, con mucha gente de La Línea y observo que es una cosa natural. De repente uno se quiere casar, no tiene dinero y la solución son ‘dos alijos’, conseguir el dinero y problema solucionado. A veces, el narcotráfico no es la salida más fácil pero sí el único camino.
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