El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona arrancaba ayer en San Isidro, Buenos Aires, con siete profesionales de la salud acusados de homicidio simple con dolo eventual. Los acusados son: Leopoldo Luque, Agustina Cosachov (psiquiatra), Carlos Díaz (psicólogo), Nancy Forlini (coordinadora de cuidados domiciliarios), Mariano Perroni (coordinador de enfermeros), Ricardo Almirón (enfermero) y Pedro Di Spagna (médico clínico).. Todos están acusados por el delito de “homicidio con dolo eventual”, que contempla penas de entre 8 y 25 años de prisión. En el juicio se buscará conocer si los acusados incumplieron sus deberes durante los últimos días de vida del astro del fútbol argentino, trascurridos en una casa de la localidad de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, donde debía recibir cuidados intensivos bajo una modalidad domiciliaria.. De motero flaco a superchachas. De los profesionales juzgados sin duda el más relevante es Leopoldo Duque, que en los últimos años de la vida del «10» se convirtió en la cara del astro y en el encargado de hacer públicos los partes médicos del astro. Sus comparecencias diarias eras recibidas con gran expectación y vitoreado como si de otro crack se tratara.. Y ayer volvió ha convertirse en la estrella. Su brutal cambio físico dejaba ayer impactados a todos al inicio del juicio y su nueva imagen daba la vuelta al mundo.. El neurocirujano, quien es uno de los siete imputados en la causa, llegó con un físico más propia de un fisicoculturista que de un médico, lo que contrasta fuertemente con la imagen que se tenía de él tras el fallecimiento del ídolo del fútbol.. Según su abogado, Luque se ha dedicado al entrenamiento intensivo durante varios meses, lo que explicaría su notable cambio de apariencia. Además, antes de ingresar a la sala de audiencias, llamó la atención al sacar un tupper con su comida, evidenciando que sigue una estricta rutina de alimentación.. Tras ser señalado por la muerte del Diez, Luque decidió esfumarse. Se mudó, cambió el número de su teléfono móvil, modificó su look, desapareció de los medios en los últimos cuatro años, siguió trabajando y se sumergió en el gimnasio. Aunque no tuvo actividad en las redes sociales tradicionales, suele subir a sus estados de WhatsApp imágenes de su rotundo cambio físico.. Un cambio de imagen que contrasta con su papel en la causa Maradona. El nombre de Leopoldo Luque es, sin duda, el más destacado entre los acusados en el juicio. Como neurocirujano de confianza de Maradona, era el encargado de su salud, y fue quien recomendó la cirugía en la cabeza del exfutbolista, una intervención que, según especialistas, no era ni segura ni urgente.. Su rol en el deterioro de la salud de Maradona quedó en el centro de la polémica cuando se filtraron chats y audios que mostraban el desprecio con el que hablaba del 10, generando indignación entre los seguidores del astro.. En distintas entrevistas, el médico reconoció que se arrepiente de sus palabras en los audios y mensajes que forman parte de la investigación. “Me avergüenzo de algunos mensajes que mandé. Me arrepiento y pido perdón a la familia y a la gente que lo quería mucho”, expresó en su momento.. Sin embargo, a pesar de la contundencia de las pruebas en su contra, Luque mantiene su postura firme ante la posibilidad de ser condenado. “No tengo miedo de ir preso”, asegura con determinación.
Tras la muerte del «10» cambió de teléfono y se esfumó. La tierra parecía habérselo tragado durante estos cuatro años pero ahora su transformación ha provocado un gran impacto.
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona arrancaba ayer en San Isidro, Buenos Aires, con siete profesionales de la salud acusados de homicidio simple con dolo eventual. Los acusados son: Leopoldo Luque, Agustina Cosachov (psiquiatra), Carlos Díaz (psicólogo), Nancy Forlini (coordinadora de cuidados domiciliarios), Mariano Perroni (coordinador de enfermeros), Ricardo Almirón (enfermero) y Pedro Di Spagna (médico clínico).. Todos están acusados por el delito de “homicidio con dolo eventual”, que contempla penas de entre 8 y 25 años de prisión. En el juicio se buscará conocer si los acusados incumplieron sus deberes durante los últimos días de vida del astro del fútbol argentino, trascurridos en una casa de la localidad de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, donde debía recibir cuidados intensivos bajo una modalidad domiciliaria.. De motero flaco a superchachas. De los profesionales juzgados sin duda el más relevante es Leopoldo Duque, que en los últimos años de la vida del «10» se convirtió en la cara del astro y en el encargado de hacer públicos los partes médicos del astro. Sus comparecencias diarias eras recibidas con gran expectación y vitoreado como si de otro crack se tratara.. Y ayer volvió ha convertirse en la estrella. Su brutal cambio físico dejaba ayer impactados a todos al inicio del juicio y su nueva imagen daba la vuelta al mundo.. El neurocirujano, quien es uno de los siete imputados en la causa, llegó con un físico más propia de un fisicoculturista que de un médico, lo que contrasta fuertemente con la imagen que se tenía de él tras el fallecimiento del ídolo del fútbol.. Según su abogado, Luque se ha dedicado al entrenamiento intensivo durante varios meses, lo que explicaría su notable cambio de apariencia. Además, antes de ingresar a la sala de audiencias, llamó la atención al sacar un tupper con su comida, evidenciando que sigue una estricta rutina de alimentación.. Tras ser señalado por la muerte del Diez, Luque decidió esfumarse. Se mudó, cambió el número de su teléfono móvil, modificó su look, desapareció de los medios en los últimos cuatro años, siguió trabajando y se sumergió en el gimnasio. Aunque no tuvo actividad en las redes sociales tradicionales, suele subir a sus estados de WhatsApp imágenes de su rotundo cambio físico.. Un cambio de imagen que contrasta con su papel en la causa Maradona. El nombre de Leopoldo Luque es, sin duda, el más destacado entre los acusados en el juicio. Como neurocirujano de confianza de Maradona, era el encargado de su salud, y fue quien recomendó la cirugía en la cabeza del exfutbolista, una intervención que, según especialistas, no era ni segura ni urgente.. Su rol en el deterioro de la salud de Maradona quedó en el centro de la polémica cuando se filtraron chats y audios que mostraban el desprecio con el que hablaba del 10, generando indignación entre los seguidores del astro.. En distintas entrevistas, el médico reconoció que se arrepiente de sus palabras en los audios y mensajes que forman parte de la investigación. “Me avergüenzo de algunos mensajes que mandé. Me arrepiento y pido perdón a la familia y a la gente que lo quería mucho”, expresó en su momento.. Sin embargo, a pesar de la contundencia de las pruebas en su contra, Luque mantiene su postura firme ante la posibilidad de ser condenado. “No tengo miedo de ir preso”, asegura con determinación.
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