La Guardia Civil de la Región de Murcia ha identificado, localizado e investigado al propietario de un burro en Moratalla (Murcia) por atar presuntamente al équido al enganche de remolque de un vehículo y arrastrarlo medio kilómetro por la carretera, según informaron fuentes del Instituto Armado en un comunicado.
La Benemérita, gracias a la colaboración ciudadana, ha desarrollado esta investigación en el marco de la operación ‘Fricci’, iniciada para investigar un supuesto caso de maltrato animal cometido contra un burro, que ha culminado con la identificación, localización e investigación del propietario del animal, al que se le ha instruido diligencias como presunto autor de delito contra los animales.
Las actuaciones se iniciaron hace unos días, cuando varios vecinos de Moratalla alertaron a la Benemérita de que habían visto a un burro atado al enganche de remolque de un vehículo todoterreno, que el animal había sido arrastrado de forma prolongada por una carretera del municipio y que había resultado herido de gravedad.
Especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) abrieron la operación e iniciaron las pesquisas correspondientes para verificar los hechos y esclarecerlos.
Gracias a la colaboración ciudadana, los guardias civiles averiguaron que el burro, que llevaba varios días suelto, había sido atado a un vehículo y arrastrado por una carretera del municipio de Moratalla durante alrededor de medio kilómetro, lo que le originó múltiples heridas y se encontraba sangrando abundantemente.
Al parecer, tras estos graves hechos, su propietario dejó al burro herido atado a un árbol de una finca próxima a un núcleo de viviendas, cuyos vecinos escucharon al animal rebuznar insistentemente durante toda una noche.
Con la información aportada por los vecinos, los guardias civiles de la patrulla del Seprona se desplazaron hasta el lugar, pero no pudieron localizar al animal con las indicaciones aportadas. No obstante, en la zona obtuvieron indicios del arrastre de alrededor de medio kilómetro de distancia y detectaron un reguero de supuesta sangre en la carretera que conduce hasta el lugar donde los vecinos habían indicado que se encontraba atado el burro.
Los guardias civiles continuaron con la investigación y, poco después, localizaron al encargado del animal, al que le requirieron comprobar el estado del mismo.
Los investigadores fueron acompañados hasta el lugar donde se encontraba el burro y observaron que tenía heridas en todo su costado izquierdo, con falta de piel y heridas abiertas en las patas del costado izquierdo, así como en ojo izquierdo. Todas las lesiones compatibles con abrasión o quemadura producidas por arrastre y fricción del animal con el asfalto de la carretera.
Los guardias civiles comprobaron el estado del équido e indicaron a su responsable la necesidad apremiante de que el mismo fuera atendido de urgencia por servicios veterinarios, contactando los mismos con un veterinario habilitado para tal fin.
Una vez obtenidos todos los indicios necesarios, la Guardia Civil ha investigado al propietario del burro herido, al que se le ha instruido diligencias como presunto autor de delito contra los animales.
La Guardia Civil ha recordado que este tipo de actividades delictivas están recogidas en el artículo 340 del vigente Código Penal y llevan aparejadas penas de prisión que puede oscilar entre 3 a 18 meses o multa de 6 a 12 meses y la inhabilitación de ejercer profesión, oficio o comercio que tengan relación con la tenencia de animales.
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La Guardia Civil en la región de Murcia ha identificado e investigado al dueño de un burro en Moratalla por presuntamente atar al animal a un vehículo y arrastrarlo por medio kilómetro por la carretera. Esta investigación, parte de la Operación «Fricci», se inició a raíz de informes de residentes locales que vieron al burro ser arrastrado y notaron que había sufrido lesiones graves. Especialistas de la Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) investigaron el asunto para confirmar los informes. Se enteraron de que el burro, que había estado vagando libremente durante varios días, había sido atado a un vehículo y arrastrado, lo que resultó en múltiples lesiones y una hemorragia significativa. Después de estos sucesos, el dueño aparentemente dejó al burro herido atado a un árbol en una granja cerca de una zona residencial, donde los vecinos escucharon sus llamadas de socorro durante toda la noche. Los oficiales de Seprona respondieron a la ubicación proporcionada por los residentes pero no pudieron encontrar al animal basándose en la información dada. En la zona, recibieron señales de arrastre desde aproximadamente medio kilómetro de distancia y encontraron un rastro de lo que parecía ser sangre en el camino que conduce al lugar donde los vecinos dijeron que el burro estaba atado. Los guardias civiles continuaron su investigación y pronto encontraron al cuidador del animal, a quien se le pidió que evaluara la condición del burro. Los investigadores fueron llevados a la ubicación del burro y vieron que tenía heridas en todo su lado izquierdo, con piel faltante y heridas abiertas en sus piernas izquierdas y su ojo izquierdo. Todas las lesiones eran consistentes con abrasiones o quemaduras resultantes de que el animal fuera arrastrado y frotado contra la superficie de la carretera. Los guardias civiles evaluaron el estado del equino e informaron a la persona responsable sobre la necesidad urgente de tratamiento veterinario, lo que llevó a contactar con un veterinario cualificado. Después de reunir todas las pruebas necesarias, la Guardia Civil investigó al dueño del burro herido, a quien se le ha aconsejado que proceda como sospechoso de un delito de crueldad animal. La Guardia Civil destacó que este tipo de comportamiento delictivo se aborda en el artículo 340 del Código Penal vigente, que puede llevar a penas de prisión de 3 a 18 meses, multas de 6 a 12 meses, y la inhabilitación de participar en cualquier profesión, comercio o negocio relacionado con la propiedad de animales.
Varios vecinos vieron los hechos