Empresas como Tesla creen que en un futuro cercano los robots humanoides serán una revolución, pero limitada a la vida civil. La mayoría de los fabricantes de robots aseguran que no militarizarán su tecnología, pero no es el caso de Foundation. La compañía, con sede en San Francisco, ha desarrollado lo que podría ser el primer robot humanoide del mundo diseñado expresamente para la guerra.. Se llama Phantom MK-1, mide 1,75 metros, pesa unos 80 kilos, puede cargar hasta 20 kilos, camina a una velocidad de 6 kilómetros por hora y, por supuesto, la inteligencia artificial juega un papel clave en él.. En todo el mundo, los ejércitos están integrando cada vez más IA en sus sistemas de defensa. En la guerra entre Rusia y Ucrania, los drones y sistemas no tripulados de fabricación local ya realizan identificación de objetivos en tiempo real y apoyo a ataques de precisión. Según ha explicado el congresista estadounidense Pat Harrigan, los drones están causando el 80 % de las bajas rusas en el campo de batalla, en muchos casos asistidos por inteligencia artificial.. Estados Unidos e Israel han ido un paso más allá, utilizando IA para rastrear y generar recomendaciones de objetivos, mientras que el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) invierte en sistemas de reconocimiento automatizado basados en imágenes por satélite y datos de sensores. A su vez, países como Corea del Sur, India, Australia, Reino Unido, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos desarrollan tecnologías de defensa con IA, sobre todo en visión por computadora, que ayuda a identificar y clasificar objetivos en combate.. Pero el enfoque de Foundation supone una nueva dimensión: llevar los robots humanoides al uso militar. ‘El futuro de la guerra son los videojuegos en la vida real’, ha afirmado el CEO de la compañía, Sankaet Pathak, en una entrevista con News Nation.. ‘Aire, tierra, mar… todos serán autónomos. En los próximos diez años, el escenario más probable es que veamos muchos campos de batalla activos donde el primer cuerpo que entre será un humanoide, y después, si hace falta, los humanos’, ha señalado.. Unidad terrestre de defensa. Según Pathak, el Phantom MK-1 está concebido como unidad terrestre de defensa, no de ataque. Ha sido diseñado para misiones de reconocimiento y desactivación de explosivos, por lo que reduce el riesgo para los soldados humanos en operaciones peligrosas.. El CEO de Foundation ha aclarado que estos robots no serán totalmente autónomos. Explica que siempre habrá un operador humano con la última palabra sobre si se dispara un arma o no, destacando el compromiso de la compañía con mantener ‘al humano en el bucle’ en las decisiones críticas. La IA asumirá tareas como el seguimiento de trayectorias o los cálculos de movimiento del robot, pero la supervisión humana seguirá siendo esencial.. El directivo describe al Phantom MK-1 como ‘más rápido, más fuerte y armado para ser más letal’, destacando que su diseño prioriza la durabilidad para operar en entornos hostiles. Foundation aspira a construir ‘el humanoide más resistente’, capaz de soportar las exigencias físicas del combate. La parte superior del robot integra unidades de cómputo, cámaras, baterías y sensores avanzados mientras que la inferior se encarga de la movilidad y estabilidad.. A diferencia de muchos humanoides modernos, el Phantom MK-1 se basa principalmente en cámaras y no en sensores LiDAR. En una entrevista con CNET, Pathak explica que el equipo redujo intencionadamente el número de sensores y cables del robot para simplificar la integración de datos y mejorar la fiabilidad.. Actualmente, el robot utiliza una mano mecánica con guantes, que Foundation planea sustituir por hardware más avanzado en futuras versiones. Sus movimientos dependen de actuadores cicloidales patentados, que le permiten desplazarse con suavidad, silencio y notable fuerza.. Cada articulación puede ejercer hasta unos 160 newton-metro de fuerza -similar a la que genera un brazo humano levantando unos 16 kg a 1 m de distancia-, pero ofrece menos de 1 newton-metro de resistencia -la fuerza necesaria para girar un pomo- si una persona intenta doblarle el brazo manualmente, de forma que no presenta resistencia rígida ni brusca. Aunque Pathak habla de su uso militar sobre todo, Phantom MK-1 también los tiene industriales.. La empresa planea fabricar 10.000 unidades el próximo año, aunque hasta ahora solo ha realizado demostraciones del Phantom MK-1. En la web Humanoid.guide, dedicada a la industria de los robots humanoides, el modelo aparece listado por 100.000 dólares la unidad, aunque sin fecha de disponibilidad.
Phantom MK-1 está concebido como una unidad terrestre de defensa, capaz de resistir las exigencias físicas del campo de batalla
Empresas como Tesla creen que en un futuro cercano los robots humanoides serán una revolución, pero limitada a la vida civil. La mayoría de los fabricantes de robots aseguran que no militarizarán su tecnología, pero no es el caso de Foundation. La compañía, con sede en San Francisco, ha desarrollado lo que podría ser el primer robot humanoide del mundo diseñado expresamente para la guerra.. Se llama Phantom MK-1, mide 1,75 metros, pesa unos 80 kilos, puede cargar hasta 20 kilos, camina a una velocidad de 6 kilómetros por hora y, por supuesto, la inteligencia artificial juega un papel clave en él.. En todo el mundo, los ejércitos están integrando cada vez más IA en sus sistemas de defensa. En la guerra entre Rusia y Ucrania, los drones y sistemas no tripulados de fabricación local ya realizan identificación de objetivos en tiempo real y apoyo a ataques de precisión. Según ha explicado el congresista estadounidense Pat Harrigan, los drones están causando el 80 % de las bajas rusas en el campo de batalla, en muchos casos asistidos por inteligencia artificial.. Estados Unidos e Israel han ido un paso más allá, utilizando IA para rastrear y generar recomendaciones de objetivos, mientras que el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) invierte en sistemas de reconocimiento automatizado basados en imágenes por satélite y datos de sensores. A su vez, países como Corea del Sur, India, Australia, Reino Unido, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos desarrollan tecnologías de defensa con IA, sobre todo en visión por computadora, que ayuda a identificar y clasificar objetivos en combate.. Pero el enfoque de Foundation supone una nueva dimensión: llevar los robots humanoides al uso militar. ‘El futuro de la guerra son los videojuegos en la vida real’, ha afirmado el CEO de la compañía, Sankaet Pathak, en una entrevista con News Nation.. ‘Aire, tierra, mar… todos serán autónomos. En los próximos diez años, el escenario más probable es que veamos muchos campos de batalla activos donde el primer cuerpo que entre será un humanoide, y después, si hace falta, los humanos’, ha señalado.. Según Pathak, el Phantom MK-1 está concebido como unidad terrestre de defensa, no de ataque. Ha sido diseñado para misiones de reconocimiento y desactivación de explosivos, por lo que reduce el riesgo para los soldados humanos en operaciones peligrosas.. El CEO de Foundation ha aclarado que estos robots no serán totalmente autónomos. Explica que siempre habrá un operador humano con la última palabra sobre si se dispara un arma o no, destacando el compromiso de la compañía con mantener ‘al humano en el bucle’ en las decisiones críticas. La IA asumirá tareas como el seguimiento de trayectorias o los cálculos de movimiento del robot, pero la supervisión humana seguirá siendo esencial.. El directivo describe al Phantom MK-1 como ‘más rápido, más fuerte y armado para ser más letal’, destacando que su diseño prioriza la durabilidad para operar en entornos hostiles. Foundation aspira a construir ‘el humanoide más resistente’, capaz de soportar las exigencias físicas del combate. La parte superior del robot integra unidades de cómputo, cámaras, baterías y sensores avanzados mientras que la inferior se encarga de la movilidad y estabilidad.. A diferencia de muchos humanoides modernos, el Phantom MK-1 se basa principalmente en cámaras y no en sensores LiDAR. En una entrevista con CNET, Pathak explica que el equipo redujo intencionadamente el número de sensores y cables del robot para simplificar la integración de datos y mejorar la fiabilidad.. Actualmente, el robot utiliza una mano mecánica con guantes, que Foundation planea sustituir por hardware más avanzado en futuras versiones. Sus movimientos dependen de actuadores cicloidales patentados, que le permiten desplazarse con suavidad, silencio y notable fuerza.. Cada articulación puede ejercer hasta unos 160 newton-metro de fuerza -similar a la que genera un brazo humano levantando unos 16 kg a 1 m de distancia-, pero ofrece menos de 1 newton-metro de resistencia -la fuerza necesaria para girar un pomo- si una persona intenta doblarle el brazo manualmente, de forma que no presenta resistencia rígida ni brusca. Aunque Pathak habla de su uso militar sobre todo, Phantom MK-1 también los tiene industriales.. La empresa planea fabricar 10.000 unidades el próximo año, aunque hasta ahora solo ha realizado demostraciones del Phantom MK-1. En la web Humanoid.guide, dedicada a la industria de los robots humanoides, el modelo aparece listado por 100.000 dólares la unidad, aunque sin fecha de disponibilidad.
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