En el aeropuerto de El Prat los robos se han multiplicado por diez en la última década, tal y como salió a luz hace días. Los datos son demoledores y hablan por sí solos: en 2013, se cometieron 567 delitos en el aeropuerto de Barcelona, diez años después, en 2023, se alcanzaron casi los 6.100 delitos. En lo que llevamos de año 2024, los delitos cometidos rondan ya los 3.000.. Algunos medios informaron hace unos días que en las instalaciones del aeropuerto «operan» unos 100 ladrones habituales. La propia policía catalana reconoció que la posible detención ya no es una medida disuasoria. El sindicato de los Mossos, SAP-FEPOL pidió incluso la «aplicación de medidas urgentes y permanentes».. Uno de los fenómenos de la creciente inseguridad que afecta Cataluña son los carteristas, que suelen actuar en zonas concurridas de Barcelona y en el transporte público, sobre todo el metro. Pero los ladrones parecen haber encontrado ahora otro filón, el aeropuerto. Los nuevos datos revelados por la policía señalan un preocupante incremento de los hurtos en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.. Según los datos, en los primeros seis meses del año se denunciaron 2.975 hurtos y robos en este emplazamiento, más del doble que en el mismo período de 2023 (1.373). Es decir, en solo un año se han doblado los robos en el aeropuerto. Los datos revelan además un aumento exponencial en los últimos años, después de la pandemia, muy por encima del incremento de pasajeros.. La consellera de Interior, Núria Parlon, reconoció incluso, en una entrevista en RAC1 que la situación «se nos ha ido de madre» en el aeropuerto. Según informó, la mayoría de los robos se producen antes de pasar los controles, pero también incluso dentro del avión, cuando los pasajeros ya se relajan. La consellera reconoció que en Cataluña hay un grave problema de multirreincidencia, y que los hurtos son el delito que más aumentó junto con las ciberestafas.. El último dato justo antes de la pandemia, en 2019, señala que se cometieron 1.709 hurtos en el aeropuerto de Barcelona. En 2020 y 2021 hubo un lógico descenso por las restricciones de la pandemia, pero en 2022 la curva se volvió a recuperar hasta los 1.373 robos en 2023. En un año se pasó a los casi 3.000, lo cual indica que los carteristas hicieron de este espacio uno de sus lugares favoritos para actuar.. Aunque no hubo un aumento sustancial de pasajeros, se duplicó el número de hurtos. Esto tiene que ver en buena medida por la oportunidad que ofrece el aeropuerto, un lugar concurrido en el que los carteristas aprovechan el descuido de los pasajeros. Además, está estrechamiento relacionado con la impunidad que ofrece el sistema judicial y que invita a la multirreincidencia de los delincuentes.. Así lo expresó un taxista entrevistado por TV3, que afirmó que los carteristas «se meten entre la gente y roban las carteras de las mochilas» con «una sensación de impunidad total». Además, explicó que «vienen en manadas» y están «muy organizados». Afirmó que es «una vergüenza». Los peores sitios para los turistas son las tiendas de las instalaciones, en los que se aprovechan los despistes de los pasajeros, y las cintas en las que se dejan los objetos en las bandejas, para pasar posteriormente por el detector de metales.
Los robos y los hurtos en el aeródromo de El Prat se multiplican por diez desde 2013
En el aeropuerto de El Prat los robos se han multiplicado por diez en la última década, tal y como salió a luz hace días. Los datos son demoledores y hablan por sí solos: en 2013, se cometieron 567 delitos en el aeropuerto de Barcelona, diez años después, en 2023, se alcanzaron casi los 6.100 delitos. En lo que llevamos de año 2024, los delitos cometidos rondan ya los 3.000.. Algunos medios informaron hace unos días que en las instalaciones del aeropuerto «operan» unos 100 ladrones habituales. La propia policía catalana reconoció que la posible detención ya no es una medida disuasoria. El sindicato de los Mossos, SAP-FEPOL pidió incluso la «aplicación de medidas urgentes y permanentes».. Uno de los fenómenos de la creciente inseguridad que afecta Cataluña son los carteristas, que suelen actuar en zonas concurridas de Barcelona y en el transporte público, sobre todo el metro. Pero los ladrones parecen haber encontrado ahora otro filón, el aeropuerto. Los nuevos datos revelados por la policía señalan un preocupante incremento de los hurtos en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.. Según los datos, en los primeros seis meses del año se denunciaron 2.975 hurtos y robos en este emplazamiento, más del doble que en el mismo período de 2023 (1.373). Es decir, en solo un año se han doblado los robos en el aeropuerto. Los datos revelan además un aumento exponencial en los últimos años, después de la pandemia, muy por encima del incremento de pasajeros.. La consellera de Interior, Núria Parlon, reconoció incluso, en una entrevista en RAC1 que la situación «se nos ha ido de madre» en el aeropuerto. Según informó, la mayoría de los robos se producen antes de pasar los controles, pero también incluso dentro del avión, cuando los pasajeros ya se relajan. La consellera reconoció que en Cataluña hay un grave problema de multirreincidencia, y que los hurtos son el delito que más aumentó junto con las ciberestafas.. El último dato justo antes de la pandemia, en 2019, señala que se cometieron 1.709 hurtos en el aeropuerto de Barcelona. En 2020 y 2021 hubo un lógico descenso por las restricciones de la pandemia, pero en 2022 la curva se volvió a recuperar hasta los 1.373 robos en 2023. En un año se pasó a los casi 3.000, lo cual indica que los carteristas hicieron de este espacio uno de sus lugares favoritos para actuar.. Aunque no hubo un aumento sustancial de pasajeros, se duplicó el número de hurtos. Esto tiene que ver en buena medida por la oportunidad que ofrece el aeropuerto, un lugar concurrido en el que los carteristas aprovechan el descuido de los pasajeros. Además, está estrechamiento relacionado con la impunidad que ofrece el sistema judicial y que invita a la multirreincidencia de los delincuentes.. Así lo expresó un taxista entrevistado por TV3, que afirmó que los carteristas «se meten entre la gente y roban las carteras de las mochilas» con «una sensación de impunidad total». Además, explicó que «vienen en manadas» y están «muy organizados». Afirmó que es «una vergüenza». Los peores sitios para los turistas son las tiendas de las instalaciones, en los que se aprovechan los despistes de los pasajeros, y las cintas en las que se dejan los objetos en las bandejas, para pasar posteriormente por el detector de metales.
Noticias de Cataluña en La Razón