A Omar Samba se le escapó el secreto en plena academia: los concursantes de OT 2025 actuarán en el Movistar Arena de Madrid. Y, claro, todos empezaron a brincar de emoción. Iván Rojo no erró en su pronóstico.. La mano de Samba se fue rápidamente a su boca. Había metido la pata. Los alumnos aún desconocían la ubicación de su concierto en Madrid. Y el emblemático Palacio de Deportes era la plaza más deseada. Junto con el Bernabéu, cuando no moleste a los vecinos.. “Netflix, Netflix, Netflix”, gritó alguno de los chicos de OT. Táctica para intentar proteger al propio Omar. Porque hay palabras claves que nunca se podrán emitir en Prime Video. O eso creen, pues es tan fácil como silenciar Netflix y punto.. Lo importante es que su euforia traspasaba la pantalla de Youtube. La fama excitada es contagiosa. A veces, la vida te da alegrías. Incluso, a veces, muy a veces, los sueños son cumplidos. Aunque suela durar más el tiempo que lo imaginaste que el momento que lo viviste.. Y, entonces, apareció Noemí en plena ebullición de la euforia. Y les dio un consejo que les servirá más de lo que creen hoy: “Ahora falta llenarlo. Porque podéis ir al Movistar Arena y que haya cuatro. Y el de la guitarra”. “A la gente hay que ganársela”, añade. El público es tan generoso que, también, hay que ser generosos con el público. Y ni siquiera ese ejercicio de generosidad asegura demasiado. Aunque sí otorga la gratitud de encontrar complicidades.. Otros realities calientan las cabezas para que el show provoque más murmuraciones en la audiencia. Cuánto peor, mejor. Cuánta más desubicación, más espectáculo. Piensan. OT, desde 2017, está en otro lugar mucho más interesante: construir. Así Noemí Galera no trata a sus alumnos con condescendencia y afronta la realidad inevitable: “Esto (la academia) es una burbuja que luego hace puf y no todos vais a tener a la discográfica apoyándoos a full ni todos vais a tener discos a full. Lo más probable es que la discográfica os tenga un tiempo y que, luego, os tengáis que buscar vosotros la vida”, les explica. Omar, asiente. Lo ha sentido en primera persona. «Las comparativas son odiosas y todos tendemos a eso. Me pasó, pero cambié el chip y decidí disfrutar del proceso. Porque, al final, si no, llega el momento en el que te desamoras de la música. Y eso es lo peor que le puede pasar a un artista».. Es el otro triunfo que OT llega ejerciendo años, con todos y cada uno de sus castings. En un tiempo de poca profundidad dentro y fuera de la televisión, este programa nos conecta con unos jóvenes talentos con mucho por aprender y, también, con mucho por enseñar. Con sus ilusiones, con sus aspiraciones, con sus vértigos, con sus ansias, con sus dudas. Con una evolución ante las cámaras que define la montaña rusa de los propios estados de ánimo que protagonizamos todos: de la ingenuidad festiva, ambiciosa e inconsciente a sentir la alargada sombra del temor ante un futuro complicado, no con las mismas oportunidades y apoyos para todos. La vida, en definitiva.
De la seguridad de sentirte triunfando en la tele al vértigo de un futuro sin las mismas oportunidades para todos.
20MINUTOS.ES – Televisión
A Omar Samba se le escapó el secreto en plena academia: los concursantes de OT 2025 actuarán en el Movistar Arena de Madrid. Y, claro, todos empezaron a brincar de emoción. Iván Rojo no erró en su pronóstico.. La mano de Samba se fue rápidamente a su boca. Había metido la pata. Los alumnos aún desconocían la ubicación de su concierto en Madrid. Y el emblemático Palacio de Deportes era la plaza más deseada. Junto con el Bernabéu, cuando no moleste a los vecinos.. “Netflix, Netflix, Netflix”, gritó alguno de los chicos de OT. Táctica para intentar proteger al propio Omar. Porque hay palabras claves que nunca se podrán emitir en Prime Video. O eso creen, pues es tan fácil como silenciar Netflix y punto.. Lo importante es que su euforia traspasaba la pantalla de Youtube. La fama excitada es contagiosa. A veces, la vida te da alegrías. Incluso, a veces, muy a veces, los sueños son cumplidos. Aunque suela durar más el tiempo que lo imaginaste que el momento que lo viviste.. Y, entonces, apareció Noemí en plena ebullición de la euforia. Y les dio un consejo que les servirá más de lo que creen hoy: “Ahora falta llenarlo. Porque podéis ir al Movistar Arena y que haya cuatro. Y el de la guitarra”. “A la gente hay que ganársela”, añade. El público es tan generoso que, también, hay que ser generosos con el público. Y ni siquiera ese ejercicio de generosidad asegura demasiado. Aunque sí otorga la gratitud de encontrar complicidades.. Otros realities calientan las cabezas para que el show provoque más murmuraciones en la audiencia. Cuánto peor, mejor. Cuánta más desubicación, más espectáculo. Piensan. OT, desde 2017, está en otro lugar mucho más interesante: construir. Así Noemí Galera no trata a sus alumnos con condescendencia y afronta la realidad inevitable: “Esto (la academia) es una burbuja que luego hace puf y no todos vais a tener a la discográfica apoyándoos a full ni todos vais a tener discos a full. Lo más probable es que la discográfica os tenga un tiempo y que, luego, os tengáis que buscar vosotros la vida”, les explica. Omar, asiente. Lo ha sentido en primera persona. «Las comparativas son odiosas y todos tendemos a eso. Me pasó, pero cambié el chip y decidí disfrutar del proceso. Porque, al final, si no, llega el momento en el que te desamoras de la música. Y eso es lo peor que le puede pasar a un artista».. Es el otro triunfo que OT llega ejerciendo años, con todos y cada uno de sus castings. En un tiempo de poca profundidad dentro y fuera de la televisión, este programa nos conectacon unos jóvenes talentos con mucho por aprender y, también, con mucho por enseñar. Con sus ilusiones, con sus aspiraciones, con sus vértigos, con sus ansias, con sus dudas. Con una evolución ante las cámaras que define la montaña rusa de los propios estados de ánimo que protagonizamos todos: de la ingenuidad festiva, ambiciosa e inconsciente a sentir la alargada sombra del temor ante un futuro complicado, no con las mismas oportunidades y apoyos para todos. La vida, en definitiva.
