Muchos son los tesoros arquitectónicos que esconden todos los rincones de España. La riqueza patrimonial de nuestro país es infinita y hasta el pueblo más recóndito sorprende con templos llenos de joyas. Es el caso de una preciosa villa que cuenta con un impresionante conjunto monumental que reúne el considerado como «El Escorial de los Retablos», y que nadie se puede perder.
El retablo es la estructura arquitectónica, pictórica y
escultórica que se sitúa detrás del altar en las iglesias católicas de rito
latino; en las iglesias orientales en comunión con Roma o no, anglicana o
luterana no hay una función semejante, dada la presencia del iconostasio, y en
las protestantes suele optarse por una gran reducción de la decoración.
Con el nombre de retablo mayor se designa particularmente al
que preside el altar mayor de una iglesia; dado que las iglesias pueden tener
otros retablos situados tras los altares de cada una de las capillas. El
término «tabla» hace referencia al soporte de las pinturas (que también puede
ser el lienzo), y su estructura se indica con los términos díptico, tríptico o
políptico (disposición que también pueden tener obras devocionales de menor
formato no destinadas a un altar, como El jardín de las delicias).
Los retablos se han realizado con todo tipo de materiales
(toda clase de maderas, toda clase de piedras, toda clase de metales, esmalte,
terracota, estuco, etc.) y pueden ser escultóricos (en distintos grados de
relieves o con figuras de bulto redondo), o bien pictóricos; es también muy
frecuente que sean mixtos, combinando pinturas y tallas.
Desde finales del siglo XIII fueron los elementos más
relevantes en la decoración interior de las iglesias, tanto en la Europa
septentrional (Alemania y Flandes; una tipología específica recibe el nombre de
«retablos de Amberes” como en la meridional (Italia, y especialmente en los
reinos cristianos de la península ibérica,
donde la retablística alcanzó un
desarrollo extraordinario, difundiéndose más tarde por las colonias hispano-portuguesas en América y Asia). La preferencia por esta forma artística hizo que en muchos casos quedaran ocultos tras los
retablos frescos románicos anteriores.
Los retablos suelen adoptar una disposición geométrica,
dividiéndose en «cuerpos» (secciones horizontales, separadas por molduras) y
«calles» (secciones verticales, separadas por pilastras o columnas). Las
unidades formadas por esta cuadrícula de cuerpos y calles se denominan
«encasamentos», y suelen albergar representaciones escultóricas o pinturas.
A partir del siglo XV, tomó relevancia el tabernáculo o
sagrario (lugar donde se guardan las formas sagradas), que paulatinamente
centralizó el espacio del retablo hasta convertirse, en ocasiones, en su
elemento principal, adoptando incluso formas exentas e independientes.
La Reforma Protestante del siglo XVI, caracterizada por un
marcado aniconismo, que en algunos casos llevó a la iconoclasia (con mayor
intensidad en el anabaptismo y el calvinismo, menor en el luteranismo, mínima
en el anglicanismo, donde explícitamente se autoriza el uso de retablos, prácticamente eliminó el uso de
retablos e imágenes sagradas en los territorios que
protagonizaron el movimiento (Alemania del norte, Suiza, Holanda, Inglaterra,
Escandinavia), según señala Wikipedia.
Conjunto Monumental de Santa Clara (Briviesca)
Hasta nuestros días han llegado impresionantes ejemplos de
retablos, pero uno de los más destacados es el considerado “El Escorial de los
Retablos”, que se encuentra en el Conjunto Monumental de Santa Clara, en la
localidad burgalesa de Briviesca. Se le denomina así ya que es único en su
género, no tiene comparación con ningún otro retablo en cuanto a época, estilo,
escultura, decoración y arquitectura. Es de estilo
Renacentista–Manierista–Romanista.
La ejecución material del retablo es iniciada por Diego
Guillén en 1551 y continuada por el taller del escultor López de Gámiz, con
parte muy activa de Juan de Ancheta, hasta su finalización en 1569. El retablo
es de madera de nogal sin policromar y mide más de 20 metros de altura. Todo él
está dedicado a exaltar a la Virgen.
Pero no es la única joya del templo. El Conjunto Monumental
de Santa Clara Se compone de Iglesia, Monasterio, Casa solariega y Hospital. Fue
construido por mandato testamentario de Doña Mencía de Velasco, hija de los
Condestables de Castilla en el siglo XVI, para ser enterrada en él. El conjunto
arquitectónico lo realiza Juan Gil de Ontañón en el siglo XVI. En 1931 es
declarado monumento nacional.
La iglesia es el edificio más interesante de todo el
conjunto, tanto por su construcción original, como por el retablo que alberga
en su interior, que es considerado la «joya de Briviesca»; su
importancia se debe no solo a la originalidad del retablo, sino también a la
alta calidad de las tallas, al excepcional trabajo de arquitectura y a la
excelente profusión de la decoración, según señala la página web de turismo del
Ayuntamiento.
Además, el convento, habitado hasta el mes de junio de 2005 por
la congregación de la Orden Franciscana-Clarisa, tiene dos claustros, uno de
ellos de estilo gótico.
Por su parte el Hospital «de Nuestra señora del
Rosario», conocido coloquialmente como «Hospitalillo», es un
edificio que alberga un patio de estilo Renacentista Herreriano de dos plantas.
Como su propio nombre indica, su función inicial fue la de
Hospital. Posteriormente fue casa-asilo, escuela… hasta que en la década de los
90 comenzó su restauración. Actualmente se ubican en su interior diversas
dependencias municipales.
Por último, la iglesia de Santa Clara es visitable todos los
días de la semana, tienen que adquirir previamente la entrada en la Oficina de
Turismo del Ayuntamiento de Briviesca y hay horarios de visita establecidos.
De Lunes a Domingos: 11:00h. 12:00h. 13:00h.
De Lunes a Viernes: 16:30h. 18:00h.
Otros atractivos de Briviesca
La localidad burgalesa de Briviesca es la capital de la
comarca de la Bureba, y su situación estratégica y el pronto asentamiento de
pueblos ha provocado que la villa cuente con numerosos tesoros arquitectónicos.
Los primeros asentamientos se remontan al siglo I a. C. cuando establecieron
aquí su capital los autrigones que se extendían por toda la comarca actual de
La Bureba y el valle superior del Ebro. Posteriormente ya se consideraba a
Briviesca como un núcleo importante de población, por entonces llamado
Virovesca, que habitaban los romanos en la encrucijada de dos importantes vías
romanas y citada en el Itinerario de Antonino como mansio romana.
Esta ubicación, y el auge, en la Edad Media, del Camino de
Santiago, por la vía de Bayona que enlazaba con la calzada romana XXXIV o Ab
Asturica Burdigalam (Vía Aquitania) a la altura de San Millán, que fue el
origen del Camino Francés, hicieron que Briviesca fuera creciendo poco a poco
hasta llegar en su máximo esplendor en el Renacimiento. Actualmente, su
ubicación a medio camino entre Miranda de Ebro y Burgos en las rutas
Francia-Madrid-África y Francia-Portugal, tanto por vía férrea, como por carretera
entre (N-I y AP-1), ha contribuido al desarrollo industrial y comercial.
Cuenta con amplios espacios verdes abiertos a campos y
montes, así como un conjunto monumental con varios bienes de interés cultural,
entre los cuales destacan:
La Colegiata de Santa María la Mayor
De las cinco colegiatas históricas de la diócesis de Burgos
esta fue la primera y una de las más antiguas de España, manteniendo la
condición de colegiata hasta mediados del siglo XIX. Fue declarada en 1983
monumento histórico-artístico nacional.
La construcción del templo actual se inició en el siglo XIV, en
relación con la nueva ubicación de la villa. De 1789 data el inicio de las
obras que supondrán la total reconstrucción del tercio inferior del templo, con
la erección de la nueva fachada (de corte neoclásico) y torres según la traza
dispuesta por Manuel Echanove , al tiempo que se acometen otras reformas para
la renovación interior del espacio eclesial. Las obras estaban ya conclusas en
1794 y dieron como resultado la imagen actual de la Colegiata.
La imagen que aparece en el óculo central de la fachada, es
Nuestra Señora de Allende (de la época gótica) colocada en 1930. Coronan el
edificio dos torres rematadas por cúpulas gallonadas (restauradas en el año
2017).
La iglesia es casi catedralicia abriéndose en una cúpula
central ovoide. El interior presenta tres naves, de la misma altura, separadas
por pilares y con bóvedas de crucería decoradas con motivos geométricos en
época barroca.
Nave del Evangelio
Retablo del Rosario, obra de principios del siglo XVII,
Retablo de San Pedro, Retablo de Santa Teresa, Obra del siglo XVIII, con imagen
de Santa Teresa , y rocallas.
Retablo del ábside del Evangelio, dedicado a Cristo en la
cruz, es obra neoclásica. Así mismo, se encuentran en la nave del Evangelio dos
sepulcros de arcosolio apuntado, con esculturas yacentes de época gótica.
En la nave de la Epístola
Destaca la capilla de Santa Casilda o de las 11.000
Vírgenes; el retablo que la preside fue realizado, al igual que el de la
iglesia de Santa Clara, en madera de nogal sin policromar por el taller que
creó en Briviesca Pedro López de Gámiz y sufragado, entre otros, por “Fray Juan
de Briviesca” (Juan de Muñatones).
En la cabecera de la iglesia la espectacular Capilla del
Sagrario está cubierta por una bóveda de media naranja decorada con pintura al
fresco; es de estilo barroco y tiene una gran importancia artística y
religiosa.
La colegiata se puede visitar el día de «Viernes
Santo», los fines de semana (10:00 a 14:00 horas) y durante los meses de
Julio, Agosto y Septiembre (durante los que se celebra el culto en esta
iglesia) todos los días.
Iglesia de San Martín
El templo preside uno de los lados de la Plaza Mayor, aunque
resulta difícil situar el momento de fundación de esta iglesia pero ya a
principios del siglo XIV figuraba como una de las tres parroquias de Briviesca.
Su fachada fue labrada en la mitad del siglo XVI y es de
estilo plateresco. El templo dispuso de una torre para el cuerpo de campanas,
destruida en el siglo XIX en 1867 por la Junta Revolucionaria, fue sustituida
por una espadaña.
Su planta es rectangular, se divide en tres naves, la
central más alta que las laterales, y las separan arcos de medio punto que se
apoyan en gruesas columnas. El largo proceso constructivo de la iglesia hace que conviva
en ella el gótico tardío (estilo en el que se inició su construcción), con
trazas y remates renacentistas y el barroco del retablo central. La mayor parte
de la obra fue realizada por Lope García de Arredonda y Juan de Sisniega en el
siglo XVI.
En el interior llama la atención su amplia nave central
cubierta por una elevada bóveda y su retablo Barroco del siglo XVII, presidido
por la figura de San Martín, el Obispo de Tours. La proyección del retablo es
de Antonio Cortés, y el tallista es Manuel de Ágreda.
En la nave de la izquierda, antes de entrar en la sacristía
se ubica la capilla de las Viejas, fundada por Don Pedro Ruíz de Briviesca,
cuyo retablo es de estilo hispanoflamenco y fue construido entre 1490 y 1515.
En esta capilla se encuentra el sepulcro de Don Pedro y el de su esposa Teresa
Ruíz.
La Capilla del Carmen posee un Cristo (siglo XVI) muy
venerado en Briviesca. Otra de las capillas, la de San Miguel, fue mandada
construir por Don Francisco de Salazar y su esposa Doña Casilda de Olmos, hacia
el año 1600, sobre el arco de la entrada hay un hermoso escudo.
En la nave de la derecha, la capilla dedicada a la Pasión y
muerte de Jesucristo alberga interesantes tallas que componen parte importante
de las procesiones de Semana Santa. Esta iglesia es visitable todos los días de
la semana antes y después del culto.
Plaza Mayor
La plaza de Briviesca es el punto neurálgico de la ciudad y
centro de encuentro para sus ciudadanos. Destaca el templete, símbolo
inconfundible de Briviesca que fue construido en 1909 y totalmente restaurado
en 1983.
Santuario de Santa Casilda
Cerca del municipio se encuentra este santuario que se
levanta sobre la gruta donde la santa titular pasó en soledad los últimos años
de su vida, y donde se conserva el sepulcro con sus restos.
El templo, de origen medieval y de reducidas dimensiones,
está situado junto a una hospedería. La portada de la iglesia fue diseñada por
Nicolás de Vergara. Dentro de él se encuentra un altar con la imagen de la
santa titular, esculpida por Diego de Siloé. También hay un camarín barroco,
unos relieves góticos, y exvotos. Una puerta lateral externa desciende hasta la
pequeña gruta donde se conserva el sepulcro de santa Casilda, situada por
debajo de la iglesia. Asimismo, otra escalera exterior, enfrente de la
hospedería, desciende hasta la Gruta de San Vicente, una antigua cueva de
ermitaño dedicada a este santo mártir.
Espacios verdes
Brivesca está rodeada por los extensos campos que
caracterizan la Bureba y sus pueblos. Aun así en su casco urbano posee de
espacios verdes, parques y paseos. Dedica casi 6 hectáreas (58 300 m²)
repartidos por diferentes puntos de la ciudad para el disfrute de los
ciudadanos de las zonas verdes.
Parque de la Isla
Fue inaugurado en el 2010 y se encuentra al este del casco
histórico, en un gran meandro del río Oca que lo rodea. Tiene una superficie de
10 100 m². El nombre viene porque entre los dos puntos más cercanos del meandro
existe un canal que hace que esté rodeado por agua y que su acceso sea a través
de dos puentes. En el parque se encuentran numerosas especies arbóreas y
florales, como también un área de gimnasia para mayores.
Parque de La Florida
Lo inauguró el príncipe de Asturias en el año 1989 en su
visita a la ciudad. Es el parque más extenso de la ciudad con 15 500 m². Se
encuentra al sur, y también esta a orillas del río Oca, que lo bordea por su
lado sur. Por el norte está flanqueado por un paseo que recuerda a la taconera
con altos árboles a sus lados. El parque posee una fuente ornamental dos áreas
de juegos infantiles, amplios jardines, y una cancha de baloncesto y futbol sala
con hierba artificial. El nombre viene porque en él se encuentran especies
arbóreas florales que hacen que en primavera contenga una extensa variedad de
colores.
Parque de la Magdalena
Se encuentra al norte de la ciudad en el polígono industrial
La Vega. Tiene una superficie de 8000 m². Posee en el centro un templete dentro
de un gran estanque al que se accede a través de dos pasarelas. Tiene también
una serie de barbacoas y mesas de hormigón para poder realizar almuerzos o
meriendas.
Posee una extensa superficie de césped, un área de juegos
infantiles, y una bolera. Por el sur lo delimita el río Oca por el norte y este
el campo de fútbol de hierba artificial y el campo de Fútbol 7, por el oeste
una industria. Tiene una serie de plazas de aparcamiento que también sirve para
el complejo deportivo.
Parque del Depósito
Se encuentra al oeste de la ciudad alrededor del depósito de
menor capacidad. Posee mesas y bancos para su disfrute. Tiene una superficie de
3700 m².
Paseo del Monte de los Pinos
Se encuentra en el monte de los Pinos y por él se accede al
parque del Depósito, al mirador de la ciudad y a lo alto del monte. Es un paseo
natural con suelo de piedra y tierra. El mirador posee bancos para el disfrute
de las vistas de toda la ciudad. Desde el centro urbano, se encuentra a un
kilómetro de camino ascendente.
Paseo del Río
Es el más largo de la ciudad y la recorre totalmente de sur
a Norte desde la estación de tren en el paraje conocido como la Culebrilla
hasta el paseo de la Epitafia. Tiene una superficie de 14 500 m². Recorre el
parque de la Florida y el de la Isla. Posee en todo su recorrido de bancos y en
dos puntos, junto al instituto y al parque de la isla de mesas para merendar.
Paseo de la Taconera
Es el que delimita el casco histórico por el sur. Es un
paseo lineal, que tiene hileras de bancos y árboles a sus lados y jardineras y
una superficie de 3400 m². Recientemente se ha instalado un área de juegos
infantiles. Todos los primeros sábados del cada mes se instala allí el
mercadillo mensual. Desde él se pueden contemplar la muralla-tapia de la huerta
del monasterio de Santa Clara, y la parte trasera de la iglesia de Santa María
con todas sus capillas, según señala Wikipedia.
Paseo de la Epitafia
Era la antigua entrada por carretera a Briviesca antes de
realizarse el Cruce del Vallés tras su peatonalización se ha convertido en la
entrada del Camino de Santiago – Vía de Bayona a la ciudad y el comienzo del
paseo del río. Tiene una superficie de 2900 m². Posee un área de juegos
infantiles un puente medieval y un área de descanso para peregrinos
recientemente construida.
No tiene comparación en cuanto a época, estilo, escultura, decoración y arquitectura
Muchos son los tesoros arquitectónicos que esconden todos los rincones de España. La riqueza patrimonial de nuestro país es infinita y hasta el pueblo más recóndito sorprende con templos llenos de joyas. Es el caso de una preciosa villa que cuenta con un impresionante conjunto monumental que reúne el considerado como «El Escorial de los Retablos», y que nadie se puede perder.
El retablo es la estructura arquitectónica, pictórica y
escultórica que se sitúa detrás del altar en las iglesias católicas de rito
latino; en las iglesias orientales en comunión con Roma o no, anglicana o
luterana no hay una función semejante, dada la presencia del iconostasio, y en
las protestantes suele optarse por una gran reducción de la decoración.
Con el nombre de retablo mayor se designa particularmente al
que preside el altar mayor de una iglesia; dado que las iglesias pueden tener
otros retablos situados tras los altares de cada una de las capillas. El
término «tabla» hace referencia al soporte de las pinturas (que también puede
ser el lienzo), y su estructura se indica con los términos díptico, tríptico o
políptico (disposición que también pueden tener obras devocionales de menor
formato no destinadas a un altar, como El jardín de las delicias).
Los retablos se han realizado con todo tipo de materiales
(toda clase de maderas, toda clase de piedras, toda clase de metales, esmalte,
terracota, estuco, etc.) y pueden ser escultóricos (en distintos grados de
relieves o con figuras de bulto redondo), o bien pictóricos; es también muy
frecuente que sean mixtos, combinando pinturas y tallas.
Desde finales del siglo XIII fueron los elementos más
relevantes en la decoración interior de las iglesias, tanto en la Europa
septentrional (Alemania y Flandes; una tipología específica recibe el nombre de
«retablos de Amberes” como en la meridional (Italia, y especialmente en los
reinos cristianos de la península ibérica,
donde la retablística alcanzó un
desarrollo extraordinario, difundiéndose más tarde por las colonias hispano-portuguesas en América y Asia). La preferencia por esta forma artística hizo que en muchos casos quedaran ocultos tras los
retablos frescos románicos anteriores.
Los retablos suelen adoptar una disposición geométrica,
dividiéndose en «cuerpos» (secciones horizontales, separadas por molduras) y
«calles» (secciones verticales, separadas por pilastras o columnas). Las
unidades formadas por esta cuadrícula de cuerpos y calles se denominan
«encasamentos», y suelen albergar representaciones escultóricas o pinturas.
A partir del siglo XV, tomó relevancia el tabernáculo o
sagrario (lugar donde se guardan las formas sagradas), que paulatinamente
centralizó el espacio del retablo hasta convertirse, en ocasiones, en su
elemento principal, adoptando incluso formas exentas e independientes.
La Reforma Protestante del siglo XVI, caracterizada por un
marcado aniconismo, que en algunos casos llevó a la iconoclasia (con mayor
intensidad en el anabaptismo y el calvinismo, menor en el luteranismo, mínima
en el anglicanismo, donde explícitamente se autoriza el uso de retablos, prácticamente eliminó el uso de
retablos e imágenes sagradas en los territorios que
protagonizaron el movimiento (Alemania del norte, Suiza, Holanda, Inglaterra,
Escandinavia), según señala Wikipedia.
Conjunto Monumental de Santa Clara (Briviesca)
Hasta nuestros días han llegado impresionantes ejemplos de
retablos, pero uno de los más destacados es el considerado “El Escorial de los
Retablos”, que se encuentra en el Conjunto Monumental de Santa Clara, en la
localidad burgalesa de Briviesca. Se le denomina así ya que es único en su
género, no tiene comparación con ningún otro retablo en cuanto a época, estilo,
escultura, decoración y arquitectura. Es de estilo
Renacentista–Manierista–Romanista.
La ejecución material del retablo es iniciada por Diego
Guillén en 1551 y continuada por el taller del escultor López de Gámiz, con
parte muy activa de Juan de Ancheta, hasta su finalización en 1569. El retablo
es de madera de nogal sin policromar y mide más de 20 metros de altura. Todo él
está dedicado a exaltar a la Virgen.
Pero no es la única joya del templo. El Conjunto Monumental
de Santa Clara Se compone de Iglesia, Monasterio, Casa solariega y Hospital. Fue
construido por mandato testamentario de Doña Mencía de Velasco, hija de los
Condestables de Castilla en el siglo XVI, para ser enterrada en él. El conjunto
arquitectónico lo realiza Juan Gil de Ontañón en el siglo XVI. En 1931 es
declarado monumento nacional.
La iglesia es el edificio más interesante de todo el
conjunto, tanto por su construcción original, como por el retablo que alberga
en su interior, que es considerado la «joya de Briviesca»; su
importancia se debe no solo a la originalidad del retablo, sino también a la
alta calidad de las tallas, al excepcional trabajo de arquitectura y a la
excelente profusión de la decoración, según señala la página web de turismo del
Ayuntamiento.
Además, el convento, habitado hasta el mes de junio de 2005 por
la congregación de la Orden Franciscana-Clarisa, tiene dos claustros, uno de
ellos de estilo gótico.
Por su parte el Hospital «de Nuestra señora del
Rosario», conocido coloquialmente como «Hospitalillo», es un
edificio que alberga un patio de estilo Renacentista Herreriano de dos plantas.
Como su propio nombre indica, su función inicial fue la de
Hospital. Posteriormente fue casa-asilo, escuela… hasta que en la década de los
90 comenzó su restauración. Actualmente se ubican en su interior diversas
dependencias municipales.
Por último, la iglesia de Santa Clara es visitable todos los
días de la semana, tienen que adquirir previamente la entrada en la Oficina de
Turismo del Ayuntamiento de Briviesca y hay horarios de visita establecidos.
De Lunes a Domingos: 11:00h. 12:00h. 13:00h.
De Lunes a Viernes: 16:30h. 18:00h.
Otros atractivos de Briviesca
La localidad burgalesa de Briviesca es la capital de la
comarca de la Bureba, y su situación estratégica y el pronto asentamiento de
pueblos ha provocado que la villa cuente con numerosos tesoros arquitectónicos.
Los primeros asentamientos se remontan al siglo I a. C. cuando establecieron
aquí su capital los autrigones que se extendían por toda la comarca actual de
La Bureba y el valle superior del Ebro. Posteriormente ya se consideraba a
Briviesca como un núcleo importante de población, por entonces llamado
Virovesca, que habitaban los romanos en la encrucijada de dos importantes vías
romanas y citada en el Itinerario de Antonino como mansio romana.
Esta ubicación, y el auge, en la Edad Media, del Camino de
Santiago, por la vía de Bayona que enlazaba con la calzada romana XXXIV o Ab
Asturica Burdigalam (Vía Aquitania) a la altura de San Millán, que fue el
origen del Camino Francés, hicieron que Briviesca fuera creciendo poco a poco
hasta llegar en su máximo esplendor en el Renacimiento. Actualmente, su
ubicación a medio camino entre Miranda de Ebro y Burgos en las rutas
Francia-Madrid-África y Francia-Portugal, tanto por vía férrea, como por carretera
entre (N-I y AP-1), ha contribuido al desarrollo industrial y comercial.
Cuenta con amplios espacios verdes abiertos a campos y
montes, así como un conjunto monumental con varios bienes de interés cultural,
entre los cuales destacan:
La Colegiata de Santa María la Mayor
De las cinco colegiatas históricas de la diócesis de Burgos
esta fue la primera y una de las más antiguas de España, manteniendo la
condición de colegiata hasta mediados del siglo XIX. Fue declarada en 1983
monumento histórico-artístico nacional.
La construcción del templo actual se inició en el siglo XIV, en
relación con la nueva ubicación de la villa. De 1789 data el inicio de las
obras que supondrán la total reconstrucción del tercio inferior del templo, con
la erección de la nueva fachada (de corte neoclásico) y torres según la traza
dispuesta por Manuel Echanove , al tiempo que se acometen otras reformas para
la renovación interior del espacio eclesial. Las obras estaban ya conclusas en
1794 y dieron como resultado la imagen actual de la Colegiata.
La imagen que aparece en el óculo central de la fachada, es
Nuestra Señora de Allende (de la época gótica) colocada en 1930. Coronan el
edificio dos torres rematadas por cúpulas gallonadas (restauradas en el año
2017).
La iglesia es casi catedralicia abriéndose en una cúpula
central ovoide. El interior presenta tres naves, de la misma altura, separadas
por pilares y con bóvedas de crucería decoradas con motivos geométricos en
época barroca.
Nave del Evangelio
Retablo del Rosario, obra de principios del siglo XVII,
Retablo de San Pedro, Retablo de Santa Teresa, Obra del siglo XVIII, con imagen
de Santa Teresa , y rocallas.
Retablo del ábside del Evangelio, dedicado a Cristo en la
cruz, es obra neoclásica. Así mismo, se encuentran en la nave del Evangelio dos
sepulcros de arcosolio apuntado, con esculturas yacentes de época gótica.
En la nave de la Epístola
Destaca la capilla de Santa Casilda o de las 11.000
Vírgenes; el retablo que la preside fue realizado, al igual que el de la
iglesia de Santa Clara, en madera de nogal sin policromar por el taller que
creó en Briviesca Pedro López de Gámiz y sufragado, entre otros, por “Fray Juan
de Briviesca” (Juan de Muñatones).
En la cabecera de la iglesia la espectacular Capilla del
Sagrario está cubierta por una bóveda de media naranja decorada con pintura al
fresco; es de estilo barroco y tiene una gran importancia artística y
religiosa.
La colegiata se puede visitar el día de «Viernes
Santo», los fines de semana (10:00 a 14:00 horas) y durante los meses de
Julio, Agosto y Septiembre (durante los que se celebra el culto en esta
iglesia) todos los días.
Iglesia de San Martín
El templo preside uno de los lados de la Plaza Mayor, aunque
resulta difícil situar el momento de fundación de esta iglesia pero ya a
principios del siglo XIV figuraba como una de las tres parroquias de Briviesca.
Su fachada fue labrada en la mitad del siglo XVI y es de
estilo plateresco. El templo dispuso de una torre para el cuerpo de campanas,
destruida en el siglo XIX en 1867 por la Junta Revolucionaria, fue sustituida
por una espadaña.
Su planta es rectangular, se divide en tres naves, la
central más alta que las laterales, y las separan arcos de medio punto que se
apoyan en gruesas columnas. El largo proceso constructivo de la iglesia hace que conviva
en ella el gótico tardío (estilo en el que se inició su construcción), con
trazas y remates renacentistas y el barroco del retablo central. La mayor parte
de la obra fue realizada por Lope García de Arredonda y Juan de Sisniega en el
siglo XVI.
En el interior llama la atención su amplia nave central
cubierta por una elevada bóveda y su retablo Barroco del siglo XVII, presidido
por la figura de San Martín, el Obispo de Tours. La proyección del retablo es
de Antonio Cortés, y el tallista es Manuel de Ágreda.
En la nave de la izquierda, antes de entrar en la sacristía
se ubica la capilla de las Viejas, fundada por Don Pedro Ruíz de Briviesca,
cuyo retablo es de estilo hispanoflamenco y fue construido entre 1490 y 1515.
En esta capilla se encuentra el sepulcro de Don Pedro y el de su esposa Teresa
Ruíz.
La Capilla del Carmen posee un Cristo (siglo XVI) muy
venerado en Briviesca. Otra de las capillas, la de San Miguel, fue mandada
construir por Don Francisco de Salazar y su esposa Doña Casilda de Olmos, hacia
el año 1600, sobre el arco de la entrada hay un hermoso escudo.
En la nave de la derecha, la capilla dedicada a la Pasión y
muerte de Jesucristo alberga interesantes tallas que componen parte importante
de las procesiones de Semana Santa. Esta iglesia es visitable todos los días de
la semana antes y después del culto.
Plaza Mayor
La plaza de Briviesca es el punto neurálgico de la ciudad y
centro de encuentro para sus ciudadanos. Destaca el templete, símbolo
inconfundible de Briviesca que fue construido en 1909 y totalmente restaurado
en 1983.
Santuario de Santa Casilda
Cerca del municipio se encuentra este santuario que se
levanta sobre la gruta donde la santa titular pasó en soledad los últimos años
de su vida, y donde se conserva el sepulcro con sus restos.
El templo, de origen medieval y de reducidas dimensiones,
está situado junto a una hospedería. La portada de la iglesia fue diseñada por
Nicolás de Vergara. Dentro de él se encuentra un altar con la imagen de la
santa titular, esculpida por Diego de Siloé. También hay un camarín barroco,
unos relieves góticos, y exvotos. Una puerta lateral externa desciende hasta la
pequeña gruta donde se conserva el sepulcro de santa Casilda, situada por
debajo de la iglesia. Asimismo, otra escalera exterior, enfrente de la
hospedería, desciende hasta la Gruta de San Vicente, una antigua cueva de
ermitaño dedicada a este santo mártir.
Espacios verdes
Brivesca está rodeada por los extensos campos que
caracterizan la Bureba y sus pueblos. Aun así en su casco urbano posee de
espacios verdes, parques y paseos. Dedica casi 6 hectáreas (58 300 m²)
repartidos por diferentes puntos de la ciudad para el disfrute de los
ciudadanos de las zonas verdes.
Parque de la Isla
Fue inaugurado en el 2010 y se encuentra al este del casco
histórico, en un gran meandro del río Oca que lo rodea. Tiene una superficie de
10 100 m². El nombre viene porque entre los dos puntos más cercanos del meandro
existe un canal que hace que esté rodeado por agua y que su acceso sea a través
de dos puentes. En el parque se encuentran numerosas especies arbóreas y
florales, como también un área de gimnasia para mayores.
Parque de La Florida
Lo inauguró el príncipe de Asturias en el año 1989 en su
visita a la ciudad. Es el parque más extenso de la ciudad con 15 500 m². Se
encuentra al sur, y también esta a orillas del río Oca, que lo bordea por su
lado sur. Por el norte está flanqueado por un paseo que recuerda a la taconera
con altos árboles a sus lados. El parque posee una fuente ornamental dos áreas
de juegos infantiles, amplios jardines, y una cancha de baloncesto y futbol sala
con hierba artificial. El nombre viene porque en él se encuentran especies
arbóreas florales que hacen que en primavera contenga una extensa variedad de
colores.
Parque de la Magdalena
Se encuentra al norte de la ciudad en el polígono industrial
La Vega. Tiene una superficie de 8000 m². Posee en el centro un templete dentro
de un gran estanque al que se accede a través de dos pasarelas. Tiene también
una serie de barbacoas y mesas de hormigón para poder realizar almuerzos o
meriendas.
Posee una extensa superficie de césped, un área de juegos
infantiles, y una bolera. Por el sur lo delimita el río Oca por el norte y este
el campo de fútbol de hierba artificial y el campo de Fútbol 7, por el oeste
una industria. Tiene una serie de plazas de aparcamiento que también sirve para
el complejo deportivo.
Parque del Depósito
Se encuentra al oeste de la ciudad alrededor del depósito de
menor capacidad. Posee mesas y bancos para su disfrute. Tiene una superficie de
3700 m².
Paseo del Monte de los Pinos
Se encuentra en el monte de los Pinos y por él se accede al
parque del Depósito, al mirador de la ciudad y a lo alto del monte. Es un paseo
natural con suelo de piedra y tierra. El mirador posee bancos para el disfrute
de las vistas de toda la ciudad. Desde el centro urbano, se encuentra a un
kilómetro de camino ascendente.
Paseo del Río
Es el más largo de la ciudad y la recorre totalmente de sur
a Norte desde la estación de tren en el paraje conocido como la Culebrilla
hasta el paseo de la Epitafia. Tiene una superficie de 14 500 m². Recorre el
parque de la Florida y el de la Isla. Posee en todo su recorrido de bancos y en
dos puntos, junto al instituto y al parque de la isla de mesas para merendar.
Paseo de la Taconera
Es el que delimita el casco histórico por el sur. Es un
paseo lineal, que tiene hileras de bancos y árboles a sus lados y jardineras y
una superficie de 3400 m². Recientemente se ha instalado un área de juegos
infantiles. Todos los primeros sábados del cada mes se instala allí el
mercadillo mensual. Desde él se pueden contemplar la muralla-tapia de la huerta
del monasterio de Santa Clara, y la parte trasera de la iglesia de Santa María
con todas sus capillas, según señala Wikipedia.
Paseo de la Epitafia
Era la antigua entrada por carretera a Briviesca antes de
realizarse el Cruce del Vallés tras su peatonalización se ha convertido en la
entrada del Camino de Santiago – Vía de Bayona a la ciudad y el comienzo del
paseo del río. Tiene una superficie de 2900 m². Posee un área de juegos
infantiles un puente medieval y un área de descanso para peregrinos
recientemente construida.
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