Cataluña es sin duda una tierra muy dada a leyendas y misteriós, al igual que muchas otras zonas de España. En una comarca conocida por sus volcanes dormidos, los bosques húmedos y el silencio de la montaña, hay un episodio que todavía hoy divide a vecinos, investigadores y escépticos: las misteriosas apariciones de los llamados “Hombres Verdes de Olot”, un fenómeno que marcó a toda la comarca gerundense de la Garrotxa durante la primera mitad de los años ochenta y que nunca ha sido explicado de forma concluyente.. La historia comenzó, según los archivos del diario Los Sitios de Gerona, en el invierno de 1981, cuando un campesino de las afueras de Sant Privat d’en Bas afirmó haber visto una figura “alta, luminosa y de color verde fosforescente” que cruzaba el camino a pocos metros de su masía. El hombre, descrito como prudente y poco dado a fantasías, aseguró que la figura “no caminaba, sino que flotaba ligeramente sobre el suelo”.. En los meses siguientes, otros vecinos de Les Preses, Sant Joan les Fonts y la Vall d’en Bas aseguraron haber presenciado algo similar: una o varias figuras humanoides, delgadas, de más de un metro ochenta, vestidas o cubiertas por una luz verde intensa que se desvanecía sin dejar rastro.. En 1982, la noticia saltó a los medios regionales. La emisora local Ràdio Olot recibió varias llamadas en directo de testigos que describían “seres verdes que se deslizaban entre los campos”. Algunos aseguraban que las luces parecían “vigilar” desde la linde de los bosques; otros, que los vieron desaparecer entre la niebla al amanecer.. La Guardia Civil realizó patrullas en la zona durante varias noches, sin resultados. No se hallaron huellas, restos de quemaduras ni señales de actividad humana. La prensa, sin embargo, ya había bautizado el fenómeno: Els Homes Verds d’Olot.. Con el paso de los años, los testimonios se multiplicaron. Un grupo de jóvenes excursionistas, entrevistados en 1983 por la revista «Més enllà del Misteri», relató haber visto “dos siluetas verdes brillantes” en las laderas del volcán Croscat. “Nos miraban inmóviles, como si nos estudiaran. Luego, desaparecieron entre los árboles”, recordaría uno de ellos décadas después.. Los investigadores de lo paranormal de la época —entre ellos el periodista Iker Jiménez, que mencionó el caso brevemente en un programa de radio años más tarde— relacionaron las apariciones con los avistamientos ovni registrados en el Pirineo durante los mismos años. Sin embargo, los científicos locales apuntaron explicaciones más terrenales, como reflejos lumínicos de maquinaria agrícola o de los camiones de la cantera o vapores de metano procedentes del terreno volcánico, que podrían producir brillos verdosos bajo ciertas condiciones.. Pero ninguna de esas hipótesis consiguió explicar la coherencia de los testimonios ni el hecho de que algunos avistamientos se produjeran en zonas sin acceso eléctrico o sin caminos transitables.. A mediados de los 80, el caso desapareció de los periódicos. Sin embargo, en Olot y en los pueblos cercanos la historia nunca se olvidó. Algunos vecinos aún recuerdan las noches en que los niños se asustaban al mirar hacia los bosques, temiendo ver “los ojos verdes” entre los árboles.. En los años 2000, varios investigadores amateurs recopilaron más de 30 testimonios documentados, aunque sin encontrar evidencias materiales. El propio Ayuntamiento de Olot nunca se pronunció oficialmente, y el asunto quedó archivado como “relato popular sin base verificable”.. Hoy, más de cuarenta años después, el misterio de los Hombres Verdes sigue sin respuesta.
Cuatro décadas después de los avistamientos los vecinos aún no saben que vieron
Cataluña es sin duda una tierra muy dada a leyendas y misteriós, al igual que muchas otras zonas de España. En una comarca conocida por sus volcanes dormidos, los bosques húmedos y el silencio de la montaña, hay un episodio que todavía hoy divide a vecinos, investigadores y escépticos: las misteriosas apariciones de los llamados “Hombres Verdes de Olot”, un fenómeno que marcó a toda la comarca gerundense de la Garrotxa durante la primera mitad de los años ochenta y que nunca ha sido explicado de forma concluyente.. La historia comenzó, según los archivos del diario Los Sitios de Gerona, en el invierno de 1981, cuando un campesino de las afueras de Sant Privat d’en Bas afirmó haber visto una figura “alta, luminosa y de color verde fosforescente” que cruzaba el camino a pocos metros de su masía. El hombre, descrito como prudente y poco dado a fantasías, aseguró que la figura “no caminaba, sino que flotaba ligeramente sobre el suelo”.. En los meses siguientes, otros vecinos de Les Preses, Sant Joan les Fonts y la Vall d’en Bas aseguraron haber presenciado algo similar: una o varias figuras humanoides, delgadas, de más de un metro ochenta, vestidas o cubiertas por una luz verde intensa que se desvanecía sin dejar rastro.. En 1982, la noticia saltó a los medios regionales. La emisora local Ràdio Olot recibió varias llamadas en directo de testigos que describían “seres verdes que se deslizaban entre los campos”. Algunos aseguraban que las luces parecían “vigilar” desde la linde de los bosques; otros, que los vieron desaparecer entre la niebla al amanecer.. La Guardia Civil realizó patrullas en la zona durante varias noches, sin resultados. No se hallaron huellas, restos de quemaduras ni señales de actividad humana. La prensa, sin embargo, ya había bautizado el fenómeno: Els Homes Verds d’Olot.. Con el paso de los años, los testimonios se multiplicaron. Un grupo de jóvenes excursionistas, entrevistados en 1983 por la revista «Més enllà del Misteri», relató haber visto “dos siluetas verdes brillantes” en las laderas del volcán Croscat. “Nos miraban inmóviles, como si nos estudiaran. Luego, desaparecieron entre los árboles”, recordaría uno de ellos décadas después.. Los investigadores de lo paranormal de la época —entre ellos el periodista Iker Jiménez, que mencionó el caso brevemente en un programa de radio años más tarde— relacionaron las apariciones con los avistamientos ovni registrados en el Pirineo durante los mismos años. Sin embargo, los científicos locales apuntaron explicaciones más terrenales, como reflejos lumínicos de maquinaria agrícola o de los camiones de la cantera o vapores de metano procedentes del terreno volcánico, que podrían producir brillos verdosos bajo ciertas condiciones.. Pero ninguna de esas hipótesis consiguió explicar la coherencia de los testimonios ni el hecho de que algunos avistamientos se produjeran en zonas sin acceso eléctrico o sin caminos transitables.. A mediados de los 80, el caso desapareció de los periódicos. Sin embargo, en Olot y en los pueblos cercanos la historia nunca se olvidó. Algunos vecinos aún recuerdan las noches en que los niños se asustaban al mirar hacia los bosques, temiendo ver “los ojos verdes” entre los árboles.. En los años 2000, varios investigadores amateurs recopilaron más de 30 testimonios documentados, aunque sin encontrar evidencias materiales. El propio Ayuntamiento de Olot nunca se pronunció oficialmente, y el asunto quedó archivado como “relato popular sin base verificable”.. Hoy, más de cuarenta años después, el misterio de los Hombres Verdes sigue sin respuesta.
Noticias de Cataluña en La Razón