E n Málaga, espacio prodigioso para tantas cosas, se encuentra el consenso entre todos los partidos para reclamar al Gobierno que se ponga las pilas y traigan un tren como merece la Costa del Sol. Lo escribo en presente porque duran más de un cuarto de siglo las reivindicaciones, exigencias y reclamos caídos en saco roto sin que se haya dado ni un sólo paso firme en su desarrollo. Ni paso, ni un trono, que es más de allí, les cae a los malagueños para desbloquear las infraestructuras y dejar de salir todos los días del año en los informativos mañaneros contando el atasco perenne de la autovía que serpentea el litoral como una culebra atorada. Haga la prueba e intente ir en transporte público de Málaga capital a Manilva sin que se le caigan las lágrimas como goterones por el camino. No tiene sentido, es simplemente surrealista que Marbella no cuente con una conexión ferroviaria desde el aeropuerto malagueño. Marbella con sus más de 100.000 habitantes a la cola de las infraestructuras de España, con el número en la mano, como antiguamente cuando se iba al médico, esperando su turno. Hablamos de una de las zonas que genera más riqueza en nuestro país pero que cuenta con una movilidad tercermundista. Ahora el ministro Óscar Puente se desmarca licitando el estudio del tren soltando 1,2 millones de euros y anunciando ya que quedan otros dos años para ver si se pueden o no llevar a cabo las obras. Es decir, ganando tiempo. Traducido: el Gobierno de Pedro Sánchez sabe que tiene que empezar a soltar algo de guita en Andalucía para comenzar la «reconquista» de la Junta que perdió Susana Díaz y sus amigos de los ERE falsos. Como no tiene equipo en el PSOE-A, se busca pequeños gestos para que nadie le pueda contestar que castiga a Andalucía porque gobierna el PP de Juanma Moreno con mayoría absoluta. En especial en la Costa del Sol donde los socialistas no se comen un colín en las urnas desde hace años.
«Duran más de un cuarto de siglo las reivindicaciones, exigencias y reclamos caídos en saco roto»
E n Málaga, espacio prodigioso para tantas cosas, se encuentra el consenso entre todos los partidos para reclamar al Gobierno que se ponga las pilas y traigan un tren como merece la Costa del Sol. Lo escribo en presente porque duran más de un cuarto de siglo las reivindicaciones, exigencias y reclamos caídos en saco roto sin que se haya dado ni un sólo paso firme en su desarrollo. Ni paso, ni un trono, que es más de allí, les cae a los malagueños para desbloquear las infraestructuras y dejar de salir todos los días del año en los informativos mañaneros contando el atasco perenne de la autovía que serpentea el litoral como una culebra atorada. Haga la prueba e intente ir en transporte público de Málaga capital a Manilva sin que se le caigan las lágrimas como goterones por el camino. No tiene sentido, es simplemente surrealista que Marbella no cuente con una conexión ferroviaria desde el aeropuerto malagueño. Marbella con sus más de 100.000 habitantes a la cola de las infraestructuras de España, con el número en la mano, como antiguamente cuando se iba al médico, esperando su turno. Hablamos de una de las zonas que genera más riqueza en nuestro país pero que cuenta con una movilidad tercermundista. Ahora el ministro Óscar Puente se desmarca licitando el estudio del tren soltando 1,2 millones de euros y anunciando ya que quedan otros dos años para ver si se pueden o no llevar a cabo las obras. Es decir, ganando tiempo. Traducido: el Gobierno de Pedro Sánchez sabe que tiene que empezar a soltar algo de guita en Andalucía para comenzar la «reconquista» de la Junta que perdió Susana Díaz y sus amigos de los ERE falsos. Como no tiene equipo en el PSOE-A, se busca pequeños gestos para que nadie le pueda contestar que castiga a Andalucía porque gobierna el PP de Juanma Moreno con mayoría absoluta. En especial en la Costa del Sol donde los socialistas no se comen un colín en las urnas desde hace años.
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