Un funcionario de prisiones salvó la vida por escasos centímetros. Fue en el módulo 1 del penal de A Lama (Pontevedra), donde un interno, armado con un pincho carcelario, trató de apuñalarlo tras propinarle un puñetazo. La escena, tensa y violenta, se desarrolló ante la mirada de otros reclusos que alentaban al agresor, mientras una compañera funcionaria conseguía ponerse a salvo tras ser también amenazada de muerte. Para los sindicatos, no hay duda: lo ocurrido el pasado 28 de mayo fue un intento de homicidio.. Así lo han denunciado hoy, a través de un comunicado oficial, desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Una misiva en la que detallan que el incidente se produjo en torno a las 12.45 horas de ese día en el módulo 1 del centro.. El agresor, identificado como J.A.Y.R., mostró desde el inicio una actitud extremadamente hostil y desafiante, según se relata en el comunicado, suscrito de modo conjunto con los sindicatos ACAIP-UGT y CIG. El interno no sólo se enfrentó al personal, sino que incitó a otros presos a adoptar una postura de protesta contra los funcionarios, desestabilizando por completo el ambiente del módulo.. Pese a los intentos de los trabajadores por calmar la situación mediante el diálogo, el interno sacó el arma oculta y propinó un puñetazo a uno de los funcionarios, al tiempo que intentaba apuñalarlo. “Pudo esquivar varios intentos de apuñalamiento, por lo que no cabe duda de que se trató de un intento de homicidio”, afirman los sindicatos.. La agresión continuó contra una segunda funcionaria, a la que amenazó de muerte. Ella logró refugiarse mientras el agresor proseguía con destrozos en el mobiliario, en medio de los vítores de otros internos. La intervención del resto del personal evitó consecuencias aún más graves: el recluso fue reducido y trasladado a aislamiento.. La prisión gallega con más agresiones. Este violento episodio no es un hecho aislado. Según CSIF, la cárcel de A Lama es desde 2020 la prisión gallega con mayor número de agresiones a funcionarios: 37 en total, 32 de ellas en los últimos tres años. “Esta situación resulta insostenible”, denuncian los sindicatos, que han convocado una concentración de protesta para este martes, 3 de junio, frente a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, de 11.00 a 12.00 horas.. La movilización tiene como objetivos principales mostrar solidaridad con los trabajadores agredidos y reclamar medidas urgentes para mejorar la seguridad laboral del personal penitenciario.. En este sentido, las organizaciones sindicales exigen, en primer lugar, el reconocimiento de los funcionarios de prisiones como profesión de riesgo, lo que implicaría una mayor protección jurídica y condiciones laborales adecuadas a la peligrosidad del entorno. Asimismo, demandan una revisión de los criterios de clasificación de internos, evitando que reclusos con historial de violencia o inadaptación sean trasladados a módulos de menor seguridad sin una evaluación rigurosa.. “Los trabajadores penitenciarios están completamente desprotegidos ante situaciones de este calibre. No puede ser que quienes velan por la seguridad dentro de las prisiones vean puesta en juego su vida sin que se adopten medidas contundentes”, alertan desde CSIF.
La agresión ha motivado una protesta sindical este martes en Pontevedra para exigir mayor protección al personal penitenciario
Un funcionario de prisiones salvó la vida por escasos centímetros. Fue en el módulo 1 del penal de A Lama (Pontevedra), donde un interno, armado con un pincho carcelario, trató de apuñalarlo tras propinarle un puñetazo. La escena, tensa y violenta, se desarrolló ante la mirada de otros reclusos que alentaban al agresor, mientras una compañera funcionaria conseguía ponerse a salvo tras ser también amenazada de muerte. Para los sindicatos, no hay duda: lo ocurrido el pasado 28 de mayo fue un intento de homicidio.. Así lo han denunciado hoy, a través de un comunicado oficial, desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Una misiva en la que detallan que el incidente se produjo en torno a las 12.45 horas de ese día en el módulo 1 del centro.. El agresor, identificado como J.A.Y.R., mostró desde el inicio una actitud extremadamente hostil y desafiante, según se relata en el comunicado, suscrito de modo conjunto con los sindicatos ACAIP-UGT y CIG. El interno no sólo se enfrentó al personal, sino que incitó a otros presos a adoptar una postura de protesta contra los funcionarios, desestabilizando por completo el ambiente del módulo.. Pese a los intentos de los trabajadores por calmar la situación mediante el diálogo, el interno sacó el arma oculta y propinó un puñetazo a uno de los funcionarios, al tiempo que intentaba apuñalarlo. “Pudo esquivar varios intentos de apuñalamiento, por lo que no cabe duda de que se trató de un intento de homicidio”, afirman los sindicatos.. La agresión continuó contra una segunda funcionaria, a la que amenazó de muerte. Ella logró refugiarse mientras el agresor proseguía con destrozos en el mobiliario, en medio de los vítores de otros internos. La intervención del resto del personal evitó consecuencias aún más graves: el recluso fue reducido y trasladado a aislamiento.. Este violento episodio no es un hecho aislado. Según CSIF, la cárcel de A Lama es desde 2020 la prisión gallega con mayor número de agresiones a funcionarios: 37 en total, 32 de ellas en los últimos tres años. “Esta situación resulta insostenible”, denuncian los sindicatos, que han convocado una concentración de protesta para este martes, 3 de junio, frente a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, de 11.00 a 12.00 horas.. La movilización tiene como objetivos principales mostrar solidaridad con los trabajadores agredidos y reclamar medidas urgentes para mejorar la seguridad laboral del personal penitenciario.. En este sentido, las organizaciones sindicales exigen, en primer lugar, el reconocimiento de los funcionarios de prisiones como profesión de riesgo, lo que implicaría una mayor protección jurídica y condiciones laborales adecuadas a la peligrosidad del entorno. Asimismo, demandan una revisión de los criterios de clasificación de internos, evitando que reclusos con historial de violencia o inadaptación sean trasladados a módulos de menor seguridad sin una evaluación rigurosa.. “Los trabajadores penitenciarios están completamente desprotegidos ante situaciones de este calibre. No puede ser que quienes velan por la seguridad dentro de las prisiones vean puesta en juego su vida sin que se adopten medidas contundentes”, alertan desde CSIF.
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