Barcelona ha puesto en marcha una acción urgente para abordar la deterioración del barrio de Sant Antoni, debido a las continuas quejas de comerciantes y residentes que informan sobre un notable deterioro en la convivencia. El uso de drogas, el tráfico ilegal, la falta de civismo, la inseguridad durante la noche y el incremento de personas sin hogar han transformado este área, que solía ser pacífica, en uno de los puntos más alarmantes de la ciudad. Este miércoles, el Ayuntamiento de Barcelona ha informado sobre la implementación inmediata de una mesa de seguridad dedicada a Sant Antoni, que contará con la participación de representantes del gobierno local, organizaciones vecinales y fuerzas de seguridad. La meta es organizar acciones específicas para detener el deterioro del barrio y atender las necesidades de los habitantes. Sant Antoni ha pasado de ser una zona moderna a convertirse en un área afectada por el consumo de drogas y el comportamiento incivil. Residentes y comerciantes han estado expresando durante semanas su preocupación sobre la situación en el barrio de Sant Antoni. La venta callejera sin control, el tráfico y consumo de drogas durante el día y la escasa presencia policial han provocado una sensación de inseguridad permanente, particularmente alrededor del mercado y las calles cercanas. En arterias como Aldana, Marquès del Campo Sagrado o Parlament, los vecinos afirman que es común observar a individuos drogándose o comercializando artículos sacados de los contenedores. El llamado «mercado de la miseria» se extiende entre la Ronda de Sant Antoni y la Ronda de Sant Pau, donde se exhiben productos de origen incierto sobre mantas en las aceras. Una de las postales más preocupantes se encuentra en la entrada del mercado de Sant Antoni, donde testigos informan de múltiples episodios de consumo de drogas en la calle, incluso durante el día, sin que las autoridades tomen medidas inmediatas. «Es bastante aterrador por la noche», resume un vendedor del área. El colectivo Som Sant Antoni, junto con organizaciones como Mercat de Sant Antoni, Sant Antoni Encants y la ONG De Veí a Veí, ha redactado una carta de protesta al ayuntamiento solicitando acciones urgentes. Se llevaron a cabo campañas de recolección de firmas promovidas por la Iniciativa Vecinal Ciudadana. Se implementó un operativo municipal para combatir la inseguridad y la venta ilegal en Sant Antoni.
La municipalidad responde a las demandas de los residentes y comerciantes en esta área afectada por problemas de drogas, comportamiento incivil y comercio ilegal en la vía pública.
Barcelona ha puesto en marcha una acción urgente para abordar la deterioración del barrio de Sant Antoni, debido a las continuas quejas de comerciantes y residentes que informan sobre un notable deterioro en la convivencia. El uso de drogas, el tráfico ilegal, la falta de civismo, la inseguridad durante la noche y el incremento de personas sin hogar han transformado este área, que solía ser pacífica, en uno de los puntos más alarmantes de la ciudad. Este miércoles, el Ayuntamiento de Barcelona ha informado sobre la implementación inmediata de una mesa de seguridad dedicada a Sant Antoni, que contará con la participación de representantes del gobierno local, organizaciones vecinales y fuerzas de seguridad. La meta es organizar acciones específicas para detener el deterioro del barrio y atender las necesidades de los habitantes. Sant Antoni ha pasado de ser una zona moderna a convertirse en un área afectada por el consumo de drogas y el comportamiento incivil. Residentes y comerciantes han estado expresando durante semanas su preocupación sobre la situación en el barrio de Sant Antoni. La venta callejera sin control, el tráfico y consumo de drogas durante el día y la escasa presencia policial han provocado una sensación de inseguridad permanente, particularmente alrededor del mercado y las calles cercanas. En arterias como Aldana, Marquès del Campo Sagrado o Parlament, los vecinos afirman que es común observar a individuos drogándose o comercializando artículos sacados de los contenedores. El llamado «mercado de la miseria» se extiende entre la Ronda de Sant Antoni y la Ronda de Sant Pau, donde se exhiben productos de origen incierto sobre mantas en las aceras. Una de las postales más preocupantes se encuentra en la entrada del mercado de Sant Antoni, donde testigos informan de múltiples episodios de consumo de drogas en la calle, incluso durante el día, sin que las autoridades tomen medidas inmediatas. «Es bastante aterrador por la noche», resume un vendedor del área. El colectivo Som Sant Antoni, junto con organizaciones como Mercat de Sant Antoni, Sant Antoni Encants y la ONG De Veí a Veí, ha redactado una carta de protesta al ayuntamiento solicitando acciones urgentes. Se llevaron a cabo campañas de recolección de firmas promovidas por la Iniciativa Vecinal Ciudadana. Se implementó un operativo municipal para combatir la inseguridad y la venta ilegal en Sant Antoni.
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