La culpa la tuvo un estúpido, desesperado robo, el de un desfibrilador. Y Lucas, de 47 años, un personaje del que, les avanzo ya, poco sabremos aparte de ciertos apuntes y suposiciones de una misma, acaba en la cárcel. Un estúpido robo, decíamos, que se salda con la muerte de un niño y con Antonia, la anciana que comparte un modesto piso en el centro con Lucas, acabe sola. Porque la gentrificación avanza, y muchos buscan como hienas hambrientas vaciar de una vez los edificios antiguos para transformarlos en hasta cierto punto siniestros bloques turísticos. Todos iguales por dentro, Ikea hace siempre su agosto mientras que los casi espectrales inquilinos vienen y van sin dejar apenas huella.. No olviden devolver la llave en el cajetín.. Antonia, incapaz de pagar al banco lo que debe, es posible que pierda su hogar, lo que Lucas, que acaba fugándose, intenta evitar como sea, aunque deba conducir automóviles cargados de enigmáticas mercancías. Es extraña la nueva propuesta de [[LINK:TAG|||tag|||633618adecd56e36169324d0|||Guzmán]], que también protagoniza y ha escrito el guion, pero también un trabajo muy honesto y emocional. Hay, igualmente, cierto aire del cine social americano de los años 50 y 60, y, claro, reminiscencias de este tipo de títulos realizados ayer, hoy, mañana en Europa.. Y, también ciertas irregularidades del guion e interesantes reflexiones sobre la culpa y el tortuoso camino hacia la redención. Pero, también, un disparo postrero que confirma que a veces ganar nos resulta imposible en una sociedad como esta.
Dirección y guion: Daniel Guzmán. Intérpretes: Daniel Guzmán, Rosario García, Itziar Ituño, Susana Abaitua, Luis Tosar, Francesc Garrido y Fernando Valdivieso. España, 2025. Duración: 115 minutos. Drama social.
La culpa la tuvo un estúpido, desesperado robo, el de un desfibrilador. Y Lucas, de 47 años, un personaje del que, les avanzo ya, poco sabremos aparte de ciertos apuntes y suposiciones de una misma, acaba en la cárcel. Un estúpido robo, decíamos, que se salda con la muerte de un niño y con Antonia, la anciana que comparte un modesto piso en el centro con Lucas, acabe sola. Porque la gentrificación avanza, y muchos buscan como hienas hambrientas vaciar de una vez los edificios antiguos para transformarlos en hasta cierto punto siniestros bloques turísticos. Todos iguales por dentro, Ikea hace siempre su agosto mientras que los casi espectrales inquilinos vienen y van sin dejar apenas huella.. No olviden devolver la llave en el cajetín.. Antonia, incapaz de pagar al banco lo que debe, es posible que pierda su hogar, lo que Lucas, que acaba fugándose, intenta evitar como sea, aunque deba conducir automóviles cargados de enigmáticas mercancías. Es extraña la nueva propuesta de Guzmán, que también protagoniza y ha escrito el guion, pero también un trabajo muy honesto y emocional. Hay, igualmente, cierto aire del cine social americano de los años 50 y 60, y, claro, reminiscencias de este tipo de títulos realizados ayer, hoy, mañana en Europa.. Y, también ciertas irregularidades del guion e interesantes reflexiones sobre la culpa y el tortuoso camino hacia la redención. Pero, también, un disparo postrero que confirma que a veces ganar nos resulta imposible en una sociedad como esta.
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