La desconvocatoria de Lamine Yamal ha vuelto a agitar las aguas entre el FC Barcelona y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Su no convocatoria ha sido en una batalla de comunicados, reproches y sospechas mutuas que han reabierto un viejo debate: el de la frágil relación entre los clubes y la selección.. Entre las voces que se han pronunciado sobre el conflicto, una ha sonado con especial claridad y sentido crítico: la de Santiago Cañizares, exguardameta internacional y actual analista, que ha cuestionado la gestión de ambas partes con un mensaje que apunta al fondo del problema más que a la superficie.. “Igual es mejor de verdad que a largo plazo Lamine descanse 10-15 días, pero ¿es necesario este oscurantismo y esta guerra de egos?”, reflexionó Cañizares en Radio Marca aludiendo a la sensación general de que el enfrentamiento ha ido mucho más allá de lo estrictamente deportivo. Desconvocatoria sorpresa. El detonante fue la desconvocatoria de Lamine Yamal para los dos últimos partidos de clasificación al Mundial de 2026. El joven delantero, que arrastra una pubalgia desde hace semanas, fue sometido a un tratamiento de radiofrecuencia en la Ciudad Deportiva azulgrana. Según el Barça, la decisión se tomó de forma consensuada con el jugador y bajo la supervisión del especialista belga Ernest Schilders, experto en lesiones de pubis.. El procedimiento, de carácter no quirúrgico pero sí invasivo, implicaba un periodo de reposo de entre siete y diez días, razón por la cual el club consideró innecesario que el futbolista se uniera a la concentración de la selección en Las Rozas.. La Federación, sin embargo, reaccionó con un tono poco habitual. En un comunicado oficial expresó su “sorpresa” y “malestar” al conocer que el jugador había sido tratado “sin comunicación previa” a los servicios médicos del combinado nacional. Aseguraban haberse enterado del procedimiento solo después de recibir un informe a última hora del día, algo que, según la RFEF, contravenía los protocolos habituales de colaboración entre ambas instituciones.. El Barcelona lo niega. El Barcelona negó tajantemente esa versión. Fuentes del club consultadas por EFE aseguraron que la RFEF fue informada “de inmediato” y que la intervención se realizó “de manera responsable y coordinada”, priorizando en todo momento la salud del jugador. La entidad defiende que actuó con transparencia y que el contacto entre los médicos de ambas partes se mantuvo constante durante todo el proceso.. En medio del ruido, Cañizares aportó una visión más amplia. El exguardameta, que vivió en primera persona las tensiones entre clubes y selección durante su etapa como internacional, recordó que este tipo de conflictos no son nuevos. “El Barcelona, históricamente, desde la época de Cruyff, trata de que sus jugadores vayan lo menos posible a la selección”, señaló, conectando el episodio actual con una dinámica que se remonta a varias décadas atrás.. Según explicó, la lógica de esa actitud era, y sigue siendo, comprensible hasta cierto punto pues los clubes buscan proteger a sus futbolistas por la carga de partidos, mientras los seleccionadores tratan de incorporarlos a la dinámica del equipo nacional. En otras palabras, una batalla de intereses legítimos que, cuando se gestiona sin transparencia ni comunicación, degenera en sospecha y confrontación.. Para Cañizares, el problema no está en el tratamiento médico en sí, sino en la falta de confianza recíproca. Su denuncia del “oscurantismo” no se dirige a una institución concreta, sino al clima general que rodea a los grandes clubes y a la Federación cuando se cruzan los caminos de sus futbolistas más valiosos.. Su pubalgia, controlada pero persistente, exige prudencia. El resultado inmediato es que Lamine no viajará a Tiflis para el Georgia-España del sábado ni estará en Sevilla el martes 18 de noviembre frente a Turquía. El Barcelona asume su ausencia como una medida preventiva, mientras en la Federación se mantiene la sensación de que el aviso llegó demasiado tarde.
El ex portero internacional ha dado su punto de vista acerca de la desconvocatoria del jugador del Barcelona
La desconvocatoria de Lamine Yamal ha vuelto a agitar las aguas entre el FC Barcelona y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Su no convocatoria ha sido en una batalla de comunicados, reproches y sospechas mutuas que han reabierto un viejo debate: el de la frágil relación entre los clubes y la selección.. Entre las voces que se han pronunciado sobre el conflicto, una ha sonado con especial claridad y sentido crítico: la de Santiago Cañizares, exguardameta internacional y actual analista, que ha cuestionado la gestión de ambas partes con un mensaje que apunta al fondo del problema más que a la superficie.. “Igual es mejor de verdad que a largo plazo Lamine descanse 10-15 días, pero ¿es necesario este oscurantismo y esta guerra de egos?”, reflexionó Cañizares en Radio Marca aludiendo a la sensación general de que el enfrentamiento ha ido mucho más allá de lo estrictamente deportivo. Desconvocatoria sorpresa. El detonante fue la desconvocatoria de Lamine Yamal para los dos últimos partidos de clasificación al Mundial de 2026. El joven delantero, que arrastra una pubalgia desde hace semanas, fue sometido a un tratamiento de radiofrecuencia en la Ciudad Deportiva azulgrana. Según el Barça, la decisión se tomó de forma consensuada con el jugador y bajo la supervisión del especialista belga Ernest Schilders, experto en lesiones de pubis.. El procedimiento, de carácter no quirúrgico pero sí invasivo, implicaba un periodo de reposo de entre siete y diez días, razón por la cual el club consideró innecesario que el futbolista se uniera a la concentración de la selección en Las Rozas.. La Federación, sin embargo, reaccionó con un tono poco habitual. En un comunicado oficial expresó su “sorpresa” y “malestar” al conocer que el jugador había sido tratado “sin comunicación previa” a los servicios médicos del combinado nacional. Aseguraban haberse enterado del procedimiento solo después de recibir un informe a última hora del día, algo que, según la RFEF, contravenía los protocolos habituales de colaboración entre ambas instituciones.. El Barcelona lo niega. El Barcelona negó tajantemente esa versión. Fuentes del club consultadas por EFE aseguraron que la RFEF fue informada “de inmediato” y que la intervención se realizó “de manera responsable y coordinada”, priorizando en todo momento la salud del jugador. La entidad defiende que actuó con transparencia y que el contacto entre los médicos de ambas partes se mantuvo constante durante todo el proceso.. En medio del ruido, Cañizares aportó una visión más amplia. El exguardameta, que vivió en primera persona las tensiones entre clubes y selección durante su etapa como internacional, recordó que este tipo de conflictos no son nuevos. “El Barcelona, históricamente, desde la época de Cruyff, trata de que sus jugadores vayan lo menos posible a la selección”, señaló, conectando el episodio actual con una dinámica que se remonta a varias décadas atrás.. Según explicó, la lógica de esa actitud era, y sigue siendo, comprensible hasta cierto punto pues los clubes buscan proteger a sus futbolistas por la carga de partidos, mientras los seleccionadores tratan de incorporarlos a la dinámica del equipo nacional. En otras palabras, una batalla de intereses legítimos que, cuando se gestiona sin transparencia ni comunicación, degenera en sospecha y confrontación.. Para Cañizares, el problema no está en el tratamiento médico en sí, sino en la falta de confianza recíproca. Su denuncia del “oscurantismo” no se dirige a una institución concreta, sino al clima general que rodea a los grandes clubes y a la Federación cuando se cruzan los caminos de sus futbolistas más valiosos.. Su pubalgia, controlada pero persistente, exige prudencia. El resultado inmediato es que Lamine no viajará a Tiflis para el Georgia-España del sábado ni estará en Sevilla el martes 18 de noviembre frente a Turquía. El Barcelona asume su ausencia como una medida preventiva, mientras en la Federación se mantiene la sensación de que el aviso llegó demasiado tarde.
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