La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y el Ayuntamiento de Barcelona han firmado esta mañana un acuerdo «para estudiar la aplicación de la inteligencia artificial en la gestión semafórica» de la capital catalana. El objetivo, según el consistorio, es definir una hoja de ruta con acciones concretas basadas en IA en corredores y servicios de transporte específicos.. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, responsable del área de Urbanismo, Acción Climática, Movilidad, Plan de Barrios y Servicios Urbanos, ha subrayado en la presentación del acuerdo «la relevancia de la innovación para hacer frente a los retos que plantea la ciudad y su actividad». Y ha añadido: «Es esencial avanzar hacia un transporte público más eficiente y una movilidad más limpia y sostenible, aprovechando todas las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías».. Por su parte, el profesor Miquel Estrada, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona (ETSECCPB) y responsable del estudio en la UPC, ha explicado que «las herramientas basadas en inteligencia artificial ya han demostrado beneficios para mejorar la circulación en otras ciudades, pero es necesario adaptarlas a la realidad urbana de Barcelona e incorporar criterios de seguridad y calidad del aire». También ha insistido en que las soluciones deben tener en cuenta a todos los usuarios del espacio público, apostando por una visión multimodal que incluya peatones, autobuses, tranvía y movilidad activa, además del vehículo privado.. Para ello, la UPC ha constituido un equipo multidisciplinar especializado en movilidad, inteligencia artificial y nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con el apoyo del Center for Research and Technology Hellas (CERTH) de Grecia, referente en este ámbito y miembro de la red europea de Living Labs (EnoLL).. El acuerdo prevé que el estudio se organice en cuatro fases:. – La primera se centrará en evaluar el estado actual del sistema semafórico en Barcelona, analizando la interacción de los diferentes agentes de movilidad y detectando oportunidades o limitaciones para la implantación de la IA.. – La segunda fase consistirá en identificar estrategias y tecnologías de control semafórico que ya están operativas en otras ciudades del mundo, «con especial interés en cómo han contribuido a mejorar el tráfico y reducir los tiempos de viaje del transporte público, como la red de autobuses urbanos y metropolitanos».. A partir del diagnóstico en Barcelona y de las experiencias internacionales, se elaborará una propuesta de nuevas estrategias adaptadas a los puntos críticos y distintos escenarios de tráfico de la ciudad. Estas soluciones deberán alinearse con los objetivos del Plan de Movilidad Urbana: mayor eficiencia en la circulación y velocidad del transporte público, sostenibilidad ambiental, mejora de la calidad de vida y aplicación ética y transparente de la IA.. La última fase será la elaboración de la hoja de ruta con actuaciones concretas de priorización semafórica, tanto a corto como a largo plazo.
Un equipo multidisciplinar de la UPC especializado en movilidad, inteligencia artificial y nuevas tecnologías de la información y la comunicación realizarán una propuesta
La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y el Ayuntamiento de Barcelona han firmado esta mañana un acuerdo «para estudiar la aplicación de la inteligencia artificial en la gestión semafórica» de la capital catalana. El objetivo, según el consistorio, es definir una hoja de ruta con acciones concretas basadas en IA en corredores y servicios de transporte específicos.. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, responsable del área de Urbanismo, Acción Climática, Movilidad, Plan de Barrios y Servicios Urbanos, ha subrayado en la presentación del acuerdo «la relevancia de la innovación para hacer frente a los retos que plantea la ciudad y su actividad». Y ha añadido: «Es esencial avanzar hacia un transporte público más eficiente y una movilidad más limpia y sostenible, aprovechando todas las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías».. Por su parte, el profesor Miquel Estrada, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona (ETSECCPB) y responsable del estudio en la UPC, ha explicado que «las herramientas basadas en inteligencia artificial ya han demostrado beneficios para mejorar la circulación en otras ciudades, pero es necesario adaptarlas a la realidad urbana de Barcelona e incorporar criterios de seguridad y calidad del aire». También ha insistido en que las soluciones deben tener en cuenta a todos los usuarios del espacio público, apostando por una visión multimodal que incluya peatones, autobuses, tranvía y movilidad activa, además del vehículo privado.. Para ello, la UPC ha constituido un equipo multidisciplinar especializado en movilidad, inteligencia artificial y nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con el apoyo del Center for Research and Technology Hellas (CERTH) de Grecia, referente en este ámbito y miembro de la red europea de Living Labs (EnoLL).. El acuerdo prevé que el estudio se organice en cuatro fases:. – La primera se centrará en evaluar el estado actual del sistema semafórico en Barcelona, analizando la interacción de los diferentes agentes de movilidad y detectando oportunidades o limitaciones para la implantación de la IA.. – La segunda fase consistirá en identificar estrategias y tecnologías de control semafórico que ya están operativas en otras ciudades del mundo, «con especial interés en cómo han contribuido a mejorar el tráfico y reducir los tiempos de viaje del transporte público, como la red de autobuses urbanos y metropolitanos».. A partir del diagnóstico en Barcelona y de las experiencias internacionales, se elaborará una propuesta de nuevas estrategias adaptadas a los puntos críticos y distintos escenarios de tráfico de la ciudad. Estas soluciones deberán alinearse con los objetivos del Plan de Movilidad Urbana: mayor eficiencia en la circulación y velocidad del transporte público, sostenibilidad ambiental, mejora de la calidad de vida y aplicación ética y transparente de la IA.. La última fase será la elaboración de la hoja de ruta con actuaciones concretas de priorización semafórica, tanto a corto como a largo plazo.
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