Este jueves, El tiempo justo difundió unas declaraciones que podrían remover las aguas en torno a la separación entre Irene Rosales y Kiko Rivera. Según una de las confidentes del espacio televisivo, la sevillana habría mantenido una relación afectiva paralela a su matrimonio con el DJ, con un hombre identificado como Guillermo, con quien recientemente fue vista y paseando de la mano.. La fuente, cuya identidad no ha sido revelada, relató con detalle cómo supuestamente se habría iniciado el acercamiento entre ambos. «Entre abril y mayo le montaron a Kiko e Irene el césped artificial en su casa. Desde entonces están juntos. Por lo visto ella pidió que se lo hicieran gratis y así hacerle publicidad a la empresa», comenzó diciendo.. Según esta versión, la propuesta de colaboración no se concretó en los términos deseados: «Le dijeron que no, que les podían hacer un descuento, pero que no podía ser gratis. Empezaron ahí a conocerse, se dieron los teléfonos y empezaron a quedar y demás»,.. Las declaraciones también apuntaron a que el supuesto romance era conocido por el círculo más próximo de la pareja. «Desde antes del verano, todo el entorno, todos, sabían que estaban juntos, pero hasta ahora no ha saltado la noticia», expuso la mujer.. En su testimonio, la misma informante destacó la posición económica de Guillermo y la aparente conexión entre ambos: «Por lo visto, todo el mundo está diciendo que se ha ido con alguien que tiene muchísima pasta, que no es tonta, y que él está enchochado».. Finalmente, expresó su sorpresa por la discreción con la que, presuntamente, ambos habrían manejado la situación. «Y digo yo… lo raro es que no le hayan pillado en verano… Pues no, han tenido cuidado».. Sin embargo, varias colaboradoras del programa cuestionaron la versión ofrecida por la confidente, indicando que las fechas no coinciden, ya que Guillermo habría colocado el césped en la vivienda de la pareja hace cinco años, en 2020.. Agregaron, además, que el empresario residía en la misma localidad en la que vivían Irene y Kiko, y que su acercamiento no se habría producido entonces, sino el pasado mes de agosto, fortaleciéndose en las últimas semanas, cuando, según esas mismas voces, «se han vuelto inseparables».
Este jueves, El tiempo justo difundió unas declaraciones que podrían remover las aguas en torno a la separación entre Irene Rosales y Kiko Rivera. Según una de las confidentes del espacio televisivo, la sevillana habría mantenido una relación afectiva paralela a su matrimonio con el DJ, con un hombre identificado como Guillermo, con quien recientemente fue vista y paseando de la mano.. La fuente, cuya identidad no ha sido revelada, relató con detalle cómo supuestamente se habría iniciado el acercamiento entre ambos. «Entre abril y mayo le montaron a Kiko e Irene el césped artificial en su casa. Desde entonces están juntos. Por lo visto ella pidió que se lo hicieran gratis y así hacerle publicidad a la empresa», comenzó diciendo.. Según esta versión, la propuesta de colaboración no se concretó en los términos deseados: «Le dijeron que no, que les podían hacer un descuento, pero que no podía ser gratis. Empezaron ahí a conocerse, se dieron los teléfonos y empezaron a quedar y demás»,.. Las declaraciones también apuntaron a que el supuesto romance era conocido por el círculo más próximo de la pareja. «Desde antes del verano, todo el entorno, todos, sabían que estaban juntos, pero hasta ahora no ha saltado la noticia», expuso la mujer.. En su testimonio, la misma informante destacó la posición económica de Guillermo y la aparente conexión entre ambos: «Por lo visto, todo el mundo está diciendo que se ha ido con alguien que tiene muchísima pasta, que no es tonta, y que él está enchochado».. Finalmente, expresó su sorpresa por la discreción con la que, presuntamente, ambos habrían manejado la situación. «Y digo yo… lo raro es que no le hayan pillado en verano… Pues no, han tenido cuidado».. Las incongruencias. Sin embargo, varias colaboradoras del programa cuestionaron la versión ofrecida por la confidente, indicando que las fechas no coinciden, ya que Guillermo habría colocado el césped en la vivienda de la pareja hace cinco años, en 2020.. Agregaron, además, que el empresario residía en la misma localidad en la que vivían Irene y Kiko, y que su acercamiento no se habría producido entonces, sino el pasado mes de agosto, fortaleciéndose en las últimas semanas, cuando, según esas mismas voces, «se han vuelto inseparables».