El uso del catalán y del castellano entre adolescentes de 12 a 18 años en Cataluña sigue siendo objeto de estudio y debate, ya que los datos muestran diferencias significativas entre ámbitos educativos, sociales y de identificación personal. Según informes recientes del Consell Nacional de la Joventut de Catalunya y de la Plataforma per la Llengua, en espacios de ocio educativo como los ‘caus’ y ‘casals’, los adolescentes emplean el catalán en aproximadamente un 54 % de las conversaciones entre ellos, mientras que el resto se desarrolla en castellano. Esta cifra refleja una ligera prevalencia del catalán en entornos organizados, aunque no absoluta.. En el ámbito escolar, datos del Síndic de Greuges correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) muestran que el catalán se utiliza como lengua vehicular en el 60,6 % de la jornada escolar, frente al 32,9 % del castellano. Sin embargo, cuando se analiza la lengua de identificación personal entre jóvenes de 15 a 29 años, solo el 28,7 % declara al catalán como lengua propia, mientras que el 37,8 % señala el castellano. Esto indica que, fuera de los entornos formales, los adolescentes tienden a relacionarse y socializar con mayor frecuencia en castellano.. Además, un informe de la Generalitat de Catalunya revela que entre jóvenes de 15 a 19 años, el 45,5 % tiene el castellano como lengua inicial o primera aprendida en casa, frente al 36,4 % que indica haber aprendido primero el catalán. Estos datos reflejan que, aunque el catalán mantiene presencia institucional y educativa, su uso habitual en la vida cotidiana de los jóvenes enfrenta desafíos frente a la consolidación del castellano como lengua de socialización.. La combinación de un catalán predominante en la educación formal y el castellano más presente en la esfera informal y en la autoidentificación de los jóvenes pone de manifiesto un fenómeno de bilingüismo desigual. Expertos y asociaciones lingüísticas advierten que, para garantizar la pervivencia del catalán entre las generaciones más jóvenes, será necesario reforzar su uso cotidiano fuera de las aulas, promoviendo su presencia en el ocio, los medios de comunicación y la interacción social entre adolescentes.. En definitiva, los adolescentes catalanes muestran un uso alternante de ambas lenguas: el catalán sigue siendo fuerte en la escuela y en actividades organizadas, pero el castellano domina en la vida social y en la identidad lingüística de los jóvenes, lo que plantea retos importantes para las políticas de normalización lingüística en Cataluña.
El catalán mantiene presencia institucional y educativa, su uso habitual en la vida cotidiana de los jóvenes enfrenta desafíos frente a la consolidación del español como lengua de socialización
El uso del catalán y del castellano entre adolescentes de 12 a 18 años en Cataluña sigue siendo objeto de estudio y debate, ya que los datos muestran diferencias significativas entre ámbitos educativos, sociales y de identificación personal. Según informes recientes del Consell Nacional de la Joventut de Catalunya y de la Plataforma per la Llengua, en espacios de ocio educativo como los ‘caus’ y ‘casals’, los adolescentes emplean el catalán en aproximadamente un 54 % de las conversaciones entre ellos, mientras que el resto se desarrolla en castellano. Esta cifra refleja una ligera prevalencia del catalán en entornos organizados, aunque no absoluta.. En el ámbito escolar, datos del Síndic de Greuges correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) muestran que el catalán se utiliza como lengua vehicular en el 60,6 % de la jornada escolar, frente al 32,9 % del castellano. Sin embargo, cuando se analiza la lengua de identificación personal entre jóvenes de 15 a 29 años, solo el 28,7 % declara al catalán como lengua propia, mientras que el 37,8 % señala el castellano. Esto indica que, fuera de los entornos formales, los adolescentes tienden a relacionarse y socializar con mayor frecuencia en castellano.. Además, un informe de la Generalitat de Catalunya revela que entre jóvenes de 15 a 19 años, el 45,5 % tiene el castellano como lengua inicial o primera aprendida en casa, frente al 36,4 % que indica haber aprendido primero el catalán. Estos datos reflejan que, aunque el catalán mantiene presencia institucional y educativa, su uso habitual en la vida cotidiana de los jóvenes enfrenta desafíos frente a la consolidación del castellano como lengua de socialización.. La combinación de un catalán predominante en la educación formal y el castellano más presente en la esfera informal y en la autoidentificación de los jóvenes pone de manifiesto un fenómeno de bilingüismo desigual. Expertos y asociaciones lingüísticas advierten que, para garantizar la pervivencia del catalán entre las generaciones más jóvenes, será necesario reforzar su uso cotidiano fuera de las aulas, promoviendo su presencia en el ocio, los medios de comunicación y la interacción social entre adolescentes.. En definitiva, los adolescentes catalanes muestran un uso alternante de ambas lenguas: el catalán sigue siendo fuerte en la escuela y en actividades organizadas, pero el castellano domina en la vida social y en la identidad lingüística de los jóvenes, lo que plantea retos importantes para las políticas de normalización lingüística en Cataluña.
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