Si hace un mes se presentaban nuevas evidencias científicas sobre los betabloqueantes, un fármaco usado a diario desde hace décadas para pacientes que han sufrido infartos no complicados —que son la mayoría—, ahora un nuevo metanálisis internacional de cinco estudios en los que han participado casi 18.000 personas ha vuelto a concluir que los fármacos betabloqueantes no aportan ningún beneficio clínico en pacientes que tras un infarto tienen función cardiaca normal.. Así lo revela un megaestudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con otras instituciones internacionales, en el que han participado 17.801 pacientes de cinco estudios, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica ‘The New England Journal of Medicine’ y presentados en el Congreso de la American Heart Association (AHA) en Nueva Orleans (EEUU).. El estudio confirma que los betabloqueantes, uno de los tratamientos más extendidos tras un infarto agudo de miocardio, no reducen el riesgo de muerte, de nuevos infartos o de insuficiencia cardiaca en aquellos pacientes cuya función contráctil del corazón es normal. Esto ha cambiado el paradigma del tratamiento de esta patología cardiovascular. Recopilamos a continuación todo lo que se sabe sobre este hallazgo hasta la fecha:. ¿Qué confirma este nuevo estudio?. Los resultados de este nuevo análisis a gran escala confirman lo que ya apuntó el ensayo clínico ‘REBOOT’ en España e Italia el pasado agosto: estos fármacos que desde hace 40 años se prescriben tras un infarto de miocardio no aportan beneficio alguno a los pacientes que recuperan la función cardíaca normal (más del 70% del total).. El estudio ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre los investigadores del CNIC y los autores de cinco ensayos clínicos llevados a cabo en España, Dinamarca, Italia, Japón, Noruega y Suecia, que han puesto en común sus resultados en tiempo récord para ofrecer una respuesta definitiva a un tema crucial para millones de pacientes en todo el mundo, ya que estos fármacos pueden tener efectos secundarios como fatiga, astenia o disfunción sexual. Se estima que en España hay 1,2 millones de personas que los toman a diario.. Borja Ibáñez, investigador principal del estudio y director científico del CNIC, ha explicado que este trabajo ha analizado los datos individuales de todos los ensayos clínicos contemporáneos -—’REBOOT’ en España e Italia, ‘REDUCE-AMI’ en Suecia, ‘BETAMI’ en Noruega, ‘DANBLOCK’ en Dinamarca y ‘CAPITAL-RCT’ en Japón— realizados en pacientes que habían sufrido un infarto, pero mantenían una función cardiaca normal (fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) = 50%), lo que indica que su corazón sigue funcionando adecuadamente.. Los resultados, al detalle. En el análisis, la mitad de los participantes recibió betabloqueantes mientras que la otra mitad no. Después de un seguimiento de casi 4 años, alrededor del 8% de los pacientes sufrió algún evento cardiovascular importante (como muerte, nuevo infarto o insuficiencia cardíaca). Este porcentaje fue similar en ambos grupos, tanto en los que recibieron betabloqueantes como en los que no los tomaron.. Los investigadores también comprobaron que no había beneficios al analizar por separado la mortalidad (tanto total como de origen cardíaco), los nuevos infartos, la insuficiencia cardíaca o las arritmias graves. Los resultados fueron similares en todos los grupos de pacientes, sin importar la edad, el sexo o el tipo de betabloqueante que usaban.. «Esto muestra que no hay ningún subgrupo de pacientes post-infarto con función cardiaca normal que se beneficie de betabloqueantes», ha indicado Xavier Rosselló, científico en el CNIC y cardiólogo en el Hospital Son Espases de Mallorca, y co-primer firmante del trabajo.. ¿Hay que dejar de tomarlos?. Los investigadores subrayan que los betabloqueantes son fármacos muy seguros con una experiencia de su uso enorme y que nadie debe de dejar de tomarlos sin consultar con su médico cuando tenga revisión. «Los betabloqueantes continúan siendo un tratamiento esencial para aquellos pacientes que tienen una fracción del ventrículo izquierdo reducida tras el infarto o los que tienen otras patologías como la insuficiencia cardiaca crónica o arritmias», ha destacado Ibáñez.. «Estos resultados no significan que se haya estado tratando mal a los pacientes hasta ahora, sino que muestran que la gran mejora en el manejo del infarto en los últimos años hace que los betabloqueantes ya no sean necesarios a partir de este momento» en pacientes con infartos no complicados, ha apuntado.. De hecho, los ensayos clínicos que componen este megaestudio no incluyeron a los pacientes que ya tomaban betabloqueantes por otro motivo, como insuficiencia cardiaca o arritmias, por lo que sus conclusiones exclusivamente aplican al uso del betabloqueante tras el infarto con función cardiaca normal.. «No deben suspenderse los betabloqueantes en todos los pacientes sin consultar al especialista. Hay que confirmar el estado del paciente y, además, hay que tener en cuenta que estos fármacos pueden tomarse por otras indicaciones como la hipertensión arterial o las arritmias», ha explicado a EFE Ignacio Fernández, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ha colaborado con el ensayo español.. El pasado mes de septiembre, tras conocerse los resultados del estudio ‘REBOOT’, desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) se defendió que los betabloqueantes continúan siendo esenciales y parte del tratamiento estándar en pacientes con insuficiencia cardíaca con FEVI reducida, angina, fibrilación auricular, infarto de miocardio con complicaciones y determinadas situaciones de hipertensión arterial con frecuencia cardíaca elevada.. ¿Impacta igual a las mujeres?. A diferencia de ‘REBOOT’, que advirtió de que el uso de betabloqueantes podría ser incluso perjudicial para las mujeres que superan un infarto con una función cardíaca normal, este posible efecto adverso no parece consistente cuando se han analizado todos los ensayos en conjunto.. «Aunque las mujeres en este metaanálisis tienen más eventos adversos cuando eran tratadas con betabloqueantes, algo que ya habíamos observado en ‘REBOOT’, esta diferencia no es lo suficientemente relevante. Esto puede deberse a diferencias en la interacción de betabloqueantes con el sexo en el sur de Europa frente al norte de Europa, o a otros motivos», señala Ibañez.. Cambio de paradigma. Durante más de 40 años, todos los pacientes que sufrían un infarto eran tratados de por vida con betabloqueantes, independientemente de cómo estuviese la función de su corazón. Esto se debe a que los ensayos clínicos realizados en los años 70 y 80 mostraron un beneficio de estos fármacos. Sin embargo, los autores del estudio señalan que el manejo del infarto desde entonces ha cambiado radicalmente y el pronóstico de los pacientes es mucho mejor que entonces, siendo menos propensos a tener arritmias malignas o insuficiencia cardiaca.. El ensayo clínico REBOOT, liderado por el CNIC ya apuntó a un cambio de paradigma. «Este metaanálisis confirma de manera irrefutable lo que ya apuntaba el REBOOT: los pacientes que tras un infarto que tienen una función cardiaca normal no obtienen ningún beneficio al ser tratados con betabloqueantes», apuntan.. «Este año 2025 hemos modificado un paradigma en el tratamiento del infarto que parecía incuestionable. Desde ahora, los pacientes que sean dados de alta tras un infarto con función cardiaca normal ya no van a recibir betabloqueantes, y esto es uno de los cambios más importantes en la cardiología de las últimas décadas. Hacía años que lo sospechábamos pero hasta estos estudios no hemos podido dar un mensaje incontestable como el que damos ahora», ha destacado otro de los autores, Valentín Fuster, director general del CNIC, presidente del Mount Sinai Fuster Heart Hospital (EEUU) e investigador tanto de ‘REBOOT’ como de este metaanálisis.. ¿Es urgente que vaya al médico si tomo este medicamento?. Los investigadores recalcan que es importante que no cunda el pánico, ya que los betabloqueantes son fármacos muy seguros con una experiencia de su uso enorme. «Nadie debe de dejar de tomar estos fármacos sin consultar con su médico», añaden.. «Debe de consultarse con un médico ya que puede ser que estén tomando betabloqueantes por otro motivo diferente al infarto y que deban de seguir haciéndolo. La consulta no debe de ser urgente, sino cuando toque la revisión. Si el médico confirma que está tomando betabloqueantes exclusivamente por haber tenido un infarto y la función cardiaca es normal, seguramente se retirará el tratamiento betabloqueante», subraya Ibáñez.. Para los investigadores, este trabajo va a tener un impacto capital en las guías de práctica clínica en todo el mundo, y como explica Fuster «este estudio se une a otros coordinados también por CNIC, como el PESA, SECURE o el DapaTAVI que cambian la práctica clínica a nivel mundial».. ¿Cuáles son los efectos adversos?. Según los autores, los betabloqueantes, aunque con un perfil de seguridad muy alto, no están exentos de posibles efectos adversos que, aunque no se consideran graves, pueden limitar en cierta manera la calidad de vida de los pacientes.. Síntomas como cansancio, fatiga o la disfunción sexual pueden aparecer en algunos pacientes en tratamiento con betabloqueante. Por ello, destacan que los resultados de este estudio pueden tener un impacto positivo en este grupo de pacientes.
Un megaestudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) concluye que estos fármacos no aportan ningún beneficio en pacientes que tras un infarto tienen función cardiaca normal.
Si hace un mes se presentaban nuevas evidencias científicas sobre los betabloqueantes, un fármaco usado a diario desde hace décadas para pacientes que han sufrido infartos no complicados —que son la mayoría—, ahora un nuevo metanálisis internacional de cinco estudios en los que han participado casi 18.000 personas ha vuelto a concluir que los fármacos betabloqueantes no aportan ningún beneficio clínico en pacientes que tras un infarto tienen función cardiaca normal.. Así lo revela un megaestudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en colaboración con otras instituciones internacionales, en el que han participado 17.801 pacientes de cinco estudios, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica ‘The New England Journal of Medicine’ y presentados en el Congreso de la American Heart Association (AHA) en Nueva Orleans (EEUU).. El estudio confirma que los betabloqueantes, uno de los tratamientos más extendidos tras un infarto agudo de miocardio, no reducen el riesgo de muerte, de nuevos infartos o de insuficiencia cardiaca en aquellos pacientes cuya función contráctil del corazón es normal. Esto ha cambiado el paradigma del tratamiento de esta patología cardiovascular. Recopilamos a continuación todo lo que se sabe sobre este hallazgo hasta la fecha:. ¿Qué confirma este nuevo estudio?. Los resultados de este nuevo análisis a gran escala confirman lo que ya apuntó el ensayo clínico ‘REBOOT’ en España e Italia el pasado agosto: estos fármacos que desde hace 40 años se prescriben tras un infarto de miocardio no aportan beneficio alguno a los pacientes que recuperan la función cardíaca normal (más del 70% del total).. El estudio ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre los investigadores del CNIC y los autores de cinco ensayos clínicos llevados a cabo en España, Dinamarca, Italia, Japón, Noruega y Suecia, que han puesto en común sus resultados en tiempo récord para ofrecer una respuesta definitiva a un tema crucial para millones de pacientes en todo el mundo, ya que estos fármacos pueden tener efectos secundarios como fatiga, astenia o disfunción sexual. Se estima que en España hay 1,2 millones de personas que los toman a diario.. Borja Ibáñez, investigador principal del estudio y director científico del CNIC, ha explicado que este trabajo ha analizado los datos individuales de todos los ensayos clínicos contemporáneos -—’REBOOT’ en España e Italia, ‘REDUCE-AMI’ en Suecia, ‘BETAMI’ en Noruega, ‘DANBLOCK’ en Dinamarca y ‘CAPITAL-RCT’ en Japón— realizados en pacientes que habían sufrido un infarto, pero mantenían una función cardiaca normal (fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) = 50%), lo que indica que su corazón sigue funcionando adecuadamente.. Los resultados, al detalle. En el análisis, la mitad de los participantes recibió betabloqueantes mientras que la otra mitad no. Después de un seguimiento de casi 4 años, alrededor del 8% de los pacientes sufrió algún evento cardiovascular importante (como muerte, nuevo infarto o insuficiencia cardíaca). Este porcentaje fue similar en ambos grupos, tanto en los que recibieron betabloqueantes como en los que no los tomaron.. Los investigadores también comprobaron que no había beneficios al analizar por separado la mortalidad (tanto total como de origen cardíaco), los nuevos infartos, la insuficiencia cardíaca o las arritmias graves. Los resultados fueron similares en todos los grupos de pacientes, sin importar la edad, el sexo o el tipo de betabloqueante que usaban.. «Esto muestra que no hay ningún subgrupo de pacientes post-infarto con función cardiaca normal que se beneficie de betabloqueantes», ha indicado Xavier Rosselló, científico en el CNIC y cardiólogo en el Hospital Son Espases de Mallorca, y co-primer firmante del trabajo.. ¿Hay que dejar de tomarlos?. Los investigadores subrayan que los betabloqueantes son fármacos muy seguros con una experiencia de su uso enorme y que nadie debe de dejar de tomarlos sin consultar con su médico cuando tenga revisión. «Los betabloqueantes continúan siendo un tratamiento esencial para aquellos pacientes que tienen una fracción del ventrículo izquierdo reducida tras el infarto o los que tienen otras patologías como la insuficiencia cardiaca crónica o arritmias», ha destacado Ibáñez.. «Estos resultados no significan que se haya estado tratando mal a los pacientes hasta ahora, sino que muestran que la gran mejora en el manejo del infarto en los últimos años hace que los betabloqueantes ya no sean necesarios a partir de este momento» en pacientes con infartos no complicados, ha apuntado.. De hecho, los ensayos clínicos que componen este megaestudio no incluyeron a los pacientes que ya tomaban betabloqueantes por otro motivo, como insuficiencia cardiaca o arritmias, por lo que sus conclusiones exclusivamente aplican al uso del betabloqueante tras el infarto con función cardiaca normal.. «No deben suspenderse los betabloqueantes en todos los pacientes sin consultar al especialista. Hay que confirmar el estado del paciente y, además, hay que tener en cuenta que estos fármacos pueden tomarse por otras indicaciones como la hipertensión arterial o las arritmias», ha explicado a EFE Ignacio Fernández, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ha colaborado con el ensayo español.. El pasado mes de septiembre, tras conocerse los resultados del estudio ‘REBOOT’, desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) se defendió que los betabloqueantes continúan siendo esenciales y parte del tratamiento estándar en pacientes con insuficiencia cardíaca con FEVI reducida, angina, fibrilación auricular, infarto de miocardio con complicaciones y determinadas situaciones de hipertensión arterial con frecuencia cardíaca elevada.. ¿Impacta igual a las mujeres?. A diferencia de ‘REBOOT’, que advirtió de que el uso de betabloqueantes podría ser incluso perjudicial para las mujeres que superan un infarto con una función cardíaca normal, este posible efecto adverso no parece consistente cuando se han analizado todos los ensayos en conjunto.. «Aunque las mujeres en este metaanálisis tienen más eventos adversos cuando eran tratadas con betabloqueantes, algo que ya habíamos observado en ‘REBOOT’, esta diferencia no es lo suficientemente relevante. Esto puede deberse a diferencias en la interacción de betabloqueantes con el sexo en el sur de Europa frente al norte de Europa, o a otros motivos», señala Ibañez.. Cambio de paradigma. Durante más de 40 años, todos los pacientes que sufrían un infarto eran tratados de por vida con betabloqueantes, independientemente de cómo estuviese la función de su corazón. Esto se debe a que los ensayos clínicos realizados en los años 70 y 80 mostraron un beneficio de estos fármacos. Sin embargo, los autores del estudio señalan que el manejo del infarto desde entonces ha cambiado radicalmente y el pronóstico de los pacientes es mucho mejor que entonces, siendo menos propensos a tener arritmias malignas o insuficiencia cardiaca.. El ensayo clínico REBOOT, liderado por el CNIC ya apuntó a un cambio de paradigma. «Este metaanálisis confirma de manera irrefutable lo que ya apuntaba el REBOOT: los pacientes que tras un infarto que tienen una función cardiaca normal no obtienen ningún beneficio al ser tratados con betabloqueantes», apuntan.. «Este año 2025 hemos modificado un paradigma en el tratamiento del infarto que parecía incuestionable. Desde ahora, los pacientes que sean dados de alta tras un infarto con función cardiaca normal ya no van a recibir betabloqueantes, y esto es uno de los cambios más importantes en la cardiología de las últimas décadas. Hacía años que lo sospechábamos pero hasta estos estudios no hemos podido dar un mensaje incontestable como el que damos ahora», ha destacado otro de los autores, Valentín Fuster, director general del CNIC, presidente del Mount Sinai Fuster Heart Hospital (EEUU) e investigador tanto de ‘REBOOT’ como de este metaanálisis.. ¿Es urgente que vaya al médico si tomo este medicamento?. Los investigadores recalcan que es importante que no cunda el pánico, ya que los betabloqueantes son fármacos muy seguros con una experiencia de su uso enorme. «Nadie debe de dejar de tomar estos fármacos sin consultar con su médico», añaden.. «Debe de consultarse con un médico ya que puede ser que estén tomando betabloqueantes por otro motivo diferente al infarto y que deban de seguir haciéndolo. La consulta no debe de ser urgente, sino cuando toque la revisión. Si el médico confirma que está tomando betabloqueantes exclusivamente por haber tenido un infarto y la función cardiaca es normal, seguramente se retirará el tratamiento betabloqueante», subraya Ibáñez.. Para los investigadores, este trabajo va a tener un impacto capital en las guías de práctica clínica en todo el mundo, y como explica Fuster «este estudio se une a otros coordinados también por CNIC, como el PESA, SECURE o el DapaTAVI que cambian la práctica clínica a nivel mundial».. ¿Cuáles son los efectos adversos?. Según los autores, los betabloqueantes, aunque con un perfil de seguridad muy alto, no están exentos de posibles efectos adversos que, aunque no se consideran graves, pueden limitar en cierta manera la calidad de vida de los pacientes.. Síntomas como cansancio, fatiga o la disfunción sexual pueden aparecer en algunos pacientes en tratamiento con betabloqueante. Por ello, destacan que los resultados de este estudio pueden tener un impacto positivo en este grupo de pacientes.
