El legado romano en la Penísnula Ibérica que hallegado hasta nuestrso días o que se sigue descubriendo es tremendo.. Y una de las provincias de Castilla y León con un importante pasado romano, pero menos conocido que otras como León o Astorga, por citar dos lugares, además de Segovia, por su impresionante Acueducto, es la de Valladolid, que cuenta con varias zonas donde el Imperio Romano dejó impronta sus huellas.. Por ejemplo, el yacimiento de «Las Calaveras», en la localidad de Renedo de Esgueva, que esta semana ha sido distinguido por la Junta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de Zona Arqueológica.. Un espacio de catorce hectáreas enclavado en el Valle del Esgueva, en una zona privilegiada además de estratégica a lo largo de la historia, por cuanto ha sido lugar de paso de rutas de comercio y de conquista por diferentes culturas, tanto de la primera y segunda Edad del Hierro, como de la época romana, visigoda o mozárabe.. Un lugar, además, que este pasado verano ha sido testigo de importantes descubrimientos durante la campaña de excavaciones que han impulsado esta declaración como BIC, entre los que se encentran abundantes materiales cerámicos y vidrios, además de restos humanos en una necrópolis o edificio funerario probablemente del siglo IV después de Cristo, según se recoge en el Inventario Arqueológico de Valladolid.. También han aparecido restos al norte de una serie de estructuras no excavadas que hacen indicar la presencia en ese lugar de un gran edificio basilical o Basílica rectangular con ábsides contrapuestos en los lados cortos e interiormente compartimentado, que según los expertos constituye el primer ejemplo conocido de época tardorromana en la meseta.. Lo que revela igualmente que se trata de uno de los primeros centros de culto cristiano en la península y, por lo tanto, un lugar clave para la comunidad cristiana temprana.. Junto a este lugar se han encontrado también trazas de un pequeño edificio de perímetro cuadrados en el que se inscribe una planta interior tetralobulada que según parece corresponde a un batisterio. Se trata de la primera vez que se documenta una basílica de doble ábside, una edificación excepcional en las construcciones paleocristianas, con una cronología de origen en el siglo V y posible pervivencia en época hispanovisigoda.. Gracias a la aplicación de la fotografía aérea para el estudio de este yacimiento ha sido posible reconocer un conjunto arquitectónico desarrollado en torno a un patio con peristilo, fácilmente identificable con la zona nuclear de la residencia rural palaciega.. En definitiva, la acumulación de estructuras y sus posibles funcionalidades ratifican la excepcionalidad de este lugar, pues su registro edificatorio es paradigmático del importante papel que las villas tardías del Bajo Imperio tuvieron en la cristianización del territorio. Esta asociación de la villa y el templo está muy bien documentada en la tradición constructiva romana, incluyendo la posterior transformación de un templo pagano, o de los propios restos de la villa, en una iglesia.. La cronología para el origen de la ocupación de esta villa sería tardorromana, no sólo por el complejo estructural descrito sino también por el abundante conjunto cerámico compuesto por fragmentos de Terra Sigillata Hispánica Tardía y vidrios.. El hallazgo de otras producciones vasculares más antiguas pondría sobre la pista de una ocupación previa de época altoimperial romana, con cerámicas pintadas de tradición indígena, una frecuente y recurrente situación que se viene documentando en este tipo de yacimientos áulicos rurales. Todo apuntaría a una cronología original del siglo IV d. C. y una pervivencia, para el edificio del martiryum, de uso hasta el siglo VI, mientras que la basílica pudo hacerlo hasta el siglo XII.. La excepcionalidad de este conjunto radica en su registro edificatorio compuesto por la villa, el fanum, la basílica y el martiryum, todos ellos configurando un registro constructivo y cronológico probablemente coetáneo que pervivió, al menos parcialmente, hasta la Alta Edad Media.. Pero aparte de este yacimiento de Renedo de Esgueva, en la provincia de Valladolid sobresale también el yacimiento de Pintia, en Peñafiel, y más en concreto en los Pagos de las Quintanas, donde el visitante puede empaparse del paso romano y vacceo por esta zona.. También destaca la Villa Romana de Almenara-Puras, en Almenara de Adaja; el puente romano y la calzada romana de de Becilla de Valderaduey, así como el yacimiento de Tiedra, donde se han hallado restos de la época prerromana y romana como monedas, vasos, cerámicas sigillata y celtibérica.. Igualmente, en Tudela de Duero, con su necrópolis de Soto Tovilla; Piñel de Abajo, y su necrópolis del siglo I; el puente romano de Castronuevo de Esgueva; o Valdenebro de los Valles y su villa romana en el paraje de Arenillas, son otros de los municipios con pasado romano que no dejarán indiferente a nadie.. Además, la actual Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid está situada sobre un yacimiento romano. Y las diversas intervenciones arqueológicas realizadas en el casco antiguo de la capital del Pisuerga, en las Angustias, la zona de la Antigua, o enla calle Arzobispo Gandásegui, la Baja de la Libertad o la Plaza de la Universidad, han revelado igualmente la existencia de un yacimiento romano situado en el margen izquierda del ramal norte del Esgueva. Yacimiento enel que se han encontrado telares o fragmentos de cerámicas y monedas que ponen de manifiesto que esas zonas estuvieron habitadas el sitio estuvo habitado al menos desde el siglo I d.C. hasta el final del Imperio romano, siglo V d.C.
El reconocimiento del yacimiento de «Las Calaveras» como BIC ha abierto una nueva ventana al conocimiento del legado del imperio en la meseta
El legado romano en la Penísnula Ibérica que hallegado hasta nuestrso días o que se sigue descubriendo es tremendo.. Y una de las provincias de Castilla y León con un importante pasado romano, pero menos conocido que otras como León o Astorga, por citar dos lugares, además de Segovia, por su impresionante Acueducto, es la de Valladolid, que cuenta con varias zonas donde el Imperio Romano dejó impronta sus huellas.. Por ejemplo, el yacimiento de «Las Calaveras», en la localidad de Renedo de Esgueva, que esta semana ha sido distinguido por la Junta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de Zona Arqueológica.. Un espacio de catorce hectáreas enclavado en el Valle del Esgueva, en una zona privilegiada además de estratégica a lo largo de la historia, por cuanto ha sido lugar de paso de rutas de comercio y de conquista por diferentes culturas, tanto de la primera y segunda Edad del Hierro, como de la época romana, visigoda o mozárabe.. Un lugar, además, que este pasado verano ha sido testigo de importantes descubrimientos durante la campaña de excavaciones que han impulsado esta declaración como BIC, entre los que se encentran abundantes materiales cerámicos y vidrios, además de restos humanos en una necrópolis o edificio funerario probablemente del siglo IV después de Cristo, según se recoge en el Inventario Arqueológico de Valladolid.. También han aparecido restos al norte de una serie de estructuras no excavadas que hacen indicar la presencia en ese lugar de un gran edificio basilical o Basílica rectangular con ábsides contrapuestos en los lados cortos e interiormente compartimentado, que según los expertos constituye el primer ejemplo conocido de época tardorromana en la meseta.. Lo que revela igualmente que se trata de uno de los primeros centros de culto cristiano en la península y, por lo tanto, un lugar clave para la comunidad cristiana temprana.. Junto a este lugar se han encontrado también trazas de un pequeño edificio de perímetro cuadrados en el que se inscribe una planta interior tetralobulada que según parece corresponde a un batisterio. Se trata de la primera vez que se documenta una basílica de doble ábside, una edificación excepcional en las construcciones paleocristianas, con una cronología de origen en el siglo V y posible pervivencia en época hispanovisigoda.. Gracias a la aplicación de la fotografía aérea para el estudio de este yacimiento ha sido posible reconocer un conjunto arquitectónico desarrollado en torno a un patio con peristilo, fácilmente identificable con la zona nuclear de la residencia rural palaciega.. En definitiva, la acumulación de estructuras y sus posibles funcionalidades ratifican la excepcionalidad de este lugar, pues su registro edificatorio es paradigmático del importante papel que las villas tardías del Bajo Imperio tuvieron en la cristianización del territorio. Esta asociación de la villa y el templo está muy bien documentada en la tradición constructiva romana, incluyendo la posterior transformación de un templo pagano, o de los propios restos de la villa, en una iglesia.. La cronología para el origen de la ocupación de esta villa sería tardorromana, no sólo por el complejo estructural descrito sino también por el abundante conjunto cerámico compuesto por fragmentos de Terra Sigillata Hispánica Tardía y vidrios.. El hallazgo de otras producciones vasculares más antiguas pondría sobre la pista de una ocupación previa de época altoimperial romana, con cerámicas pintadas de tradición indígena, una frecuente y recurrente situación que se viene documentando en este tipo de yacimientos áulicos rurales. Todo apuntaría a una cronología original del siglo IV d. C. y una pervivencia, para el edificio del martiryum, de uso hasta el siglo VI, mientras que la basílica pudo hacerlo hasta el siglo XII.. La excepcionalidad de este conjunto radica en su registro edificatorio compuesto por la villa, el fanum, la basílica y el martiryum, todos ellos configurando un registro constructivo y cronológico probablemente coetáneo que pervivió, al menos parcialmente, hasta la Alta Edad Media.. Pero aparte de este yacimiento de Renedo de Esgueva, en la provincia de Valladolid sobresale también el yacimiento de Pintia, en Peñafiel, y más en concreto en los Pagos de las Quintanas, donde el visitante puede empaparse del paso romano y vacceo por esta zona.. También destaca la Villa Romana de Almenara-Puras, en Almenara de Adaja; el puente romano y la calzada romana de de Becilla de Valderaduey, así como el yacimiento de Tiedra, donde se han hallado restos de la época prerromana y romana como monedas, vasos, cerámicas sigillata y celtibérica.. Igualmente, en Tudela de Duero, con su necrópolis de Soto Tovilla; Piñel de Abajo, y su necrópolis del siglo I; el puente romano de Castronuevo de Esgueva; o Valdenebro de los Valles y su villa romana en el paraje de Arenillas, son otros de los municipios con pasado romano que no dejarán indiferente a nadie.. Además, la actual Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid está situada sobre un yacimiento romano. Y las diversas intervenciones arqueológicas realizadas en el casco antiguo de la capital del Pisuerga, en las Angustias, la zona de la Antigua, o enla calle Arzobispo Gandásegui, la Baja de la Libertad o la Plaza de la Universidad, han revelado igualmente la existencia de un yacimiento romano situado en el margen izquierda del ramal norte del Esgueva. Yacimiento enel que se han encontrado telares o fragmentos de cerámicas y monedas que ponen de manifiesto que esas zonas estuvieron habitadas el sitio estuvo habitado al menos desde el siglo I d.C. hasta el final del Imperio romano, siglo V d.C.
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