Mucho se ha especulado en los últimos años sobre la presunta conversión al islam de Marina Yers, la influencer conocida por declaraciones tan impactantes y carentes de fundamento, como que «el agua deshidrata» o que es bueno vomitar para «limpiarse por dentro», a raíz de sus nefastas experiencia con el alcohol (y el amor) que documentó en sus redes sociales.. Sin embargo, al margen de contadas apariciones públicas llevando un hiyab, muchas de ellas envueltas en la polémica, Yers ha optado por mantener un perfil más bajo respecto a su acercamiento a la religión musulmana, centrándose en dar «consejos» orientados a llevar un estilo de vida más modesto,a vestir con recato, a desvincularse de la cultura de la «productividad» en redes y a exaltar las virtudes del matrimonio.. Esta nueva etapa vital de la controvertida influencer, marcada por la fe y su residencia actual en Bali, habría vuelto a situarle en el punto de mira después de que Fley, una popular cuenta de ‘salseo’ en X, difundiese la reciente creación de una «secreta» cuenta paralela en la que Marina se hacía eco de su difícil proceso de conversión del catolicismo al islam.. Ataviada con un hiyab y expresándose en inglés, Marina Yers, que cuenta con más de 1,3 millones de seguidores en Instagram y cerca de 330.000 en TikTok en sus perfiles oficiales aún activos, confesó que, a día de hoy, se siente «desconectada» de la audiencia que había atraído hasta ahora, ya que esta habría rechazado su nueva vida como mujer musulmana, tachándola de «loca» y «silenciando» e ignorando sus creencias.. «‘Está en una secta’ o ‘ha perdido la cabeza’, decían», señalaba Yers, quien, lejos de aceptar tales acusaciones, concluyó que tan solo ha «encontrado a Dios». A pesar de ello, este odio tan «violento y agotador» que asegura recibir por su religión le habría llevado a dejar de utilizar el hiyab, algo que le gustaría hacer de forma recurrente.. Por ello, la creadora de contenido decidió acogerse a la istikhara, una poderosa oración que los musulmanes realizan «para guiar nuestros pasos cuando estamos asustados, perdidos o inseguros». «Lo hago muy a menudo, honestamente, porque en el fondo sé que Él es quien mejor sabe», admitió Yers en su vídeo.. A través de esta súplica, la influencer pretende abrir una nueva etapa vinculada a su radical cambio de vida. «Solo quiero ser escuchada, pero esta vez por la gente correcta, aquella que entiende que la fe no es un signo de debilidad, sino de fortaleza», concluyó.
Mucho se ha especulado en los últimos años sobre la presunta conversión al islam de Marina Yers, la influencer conocida por declaraciones tan impactantes y carentes de fundamento, como que «el agua deshidrata» o que es bueno vomitar para «limpiarse por dentro», a raíz de sus nefastas experiencia con el alcohol (y el amor) que documentó en sus redes sociales.. Sin embargo, al margen de contadas apariciones públicas llevando un hiyab, muchas de ellas envueltas en la polémica, Yers ha optado por mantener un perfil más bajo respecto a su acercamiento a la religión musulmana, centrándose en dar «consejos» orientados a llevar un estilo de vida más modesto, a vestir con recato, a desvincularse de la cultura de la «productividad» en redes y a exaltar las virtudes del matrimonio.. Esta nueva etapa vital de la controvertida influencer, marcada por la fe y su residencia actual en Bali, habría vuelto a situarle en el punto de mira después de que Fley, una popular cuenta de ‘salseo’ en X, difundiese la reciente creación de una «secreta» cuenta paralela en la que Marina se hacía eco de su difícil proceso de conversión del catolicismo al islam.. Ataviada con un hiyab y expresándose en inglés, Marina Yers, que cuenta con más de 1,3 millones de seguidores en Instagram y cerca de 330.000 en TikTok en sus perfiles oficiales aún activos, confesó que, a día de hoy, se siente «desconectada» de la audiencia que había atraído hasta ahora, ya que esta habría rechazado su nueva vida como mujer musulmana, tachándola de «loca» y «silenciando» e ignorando sus creencias.. «‘Está en una secta’ o ‘ha perdido la cabeza’, decían», señalaba Yers, quien, lejos de aceptar tales acusaciones, concluyó que tan solo ha «encontrado a Dios». A pesar de ello, este odio tan «violento y agotador» que asegura recibir por su religión le habría llevado a dejar de utilizar el hiyab, algo que le gustaría hacer de forma recurrente.. Por ello, la creadora de contenido decidió acogerse a la istikhara, una poderosa oración que los musulmanes realizan «para guiar nuestros pasos cuando estamos asustados, perdidos o inseguros». «Lo hago muy a menudo, honestamente, porque en el fondo sé que Él es quien mejor sabe», admitió Yers en su vídeo.. A través de esta súplica, la influencer pretende abrir una nueva etapa vinculada a su radical cambio de vida. «Solo quiero ser escuchada, pero esta vez por la gente correcta, aquella que entiende que la fe no es un signo de debilidad, sino de fortaleza», concluyó.
