Situado en el corazón de la comarca de Les Garrigues, en la provincia de Lleida, Juncosa es un pequeño municipio de unos 390 habitantes que combina una rica historia, un paisaje natural impresionante y una leyenda única que le sitúa como el epicentro del mundo. Esta tradición popular asegura que Dios clavó la punta de su compás divino en este sitio para trazar la esfera terrestre, convirtiendo a Juncosa en el “medio del mundo”. El pueblo conserva vestigios medievales como un portal del siglo XIV, restos de murallas, la iglesia parroquial de la Natividad, con fachada neoclásica e interior barroco restaurado en 1992, y un valioso patrimonio de construcciones de piedra seca con grutas, cabañas y aljibes.. Juncosa, o Juncosa de les Garrigues, se encuentra a 575 metros de altitud, en una colina rodeada de valles luminosos en las estribaciones de la Sierra de la Llena, cerca del Priorat. Su nombre deriva del latín juncus (junco), ya que en 1194, cuando se estableció el pueblo, el lugar estaba rodeado de juncos, plantas típicas de humedales y zonas de ribera. La historia de Juncosa se remonta a la época medieval, con la posterior repoblación a la Reconquista. En 1224, el monasterio de Poblet adquirió el pueblo, junto con los Torms y el Soleràs, y al año siguiente se otorgó la carta de poblamiento, consolidándolo como un centro estratégico en el camino entre el Camp de Tarragona y Lleida.. Durante siglos, Juncosa ha sido testigo de cambios históricos, desde su fortificación durante la Guerra de los Segadores (1647) hasta el papel destacado de sus somatenes en la Guerra de la Independencia. Hoy, los juncosanos mantienen viva su identidad cultural a través de la arquitectura, las festividades y un fuerte vínculo con la tierra, especialmente con el cultivo del olivo.. La tradición más singular de Juncosa es la creencia de que este pueblo es el “medio del mundo”. Según la leyenda, cuando Dios decidió crear la Tierra, quiso que fuera perfecta. Para ello, utilizó un compás celestial y clavó la punta fija justo en Juncosa. Desde ese punto, trazó la esfera terrestre, convirtiendo al pueblo en el centro exacto del mundo. El punto concreto donde clavó el compás divino fue bajo uno de los porches situados frente a la iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen.
Tiene solo 390 habitantes y combina una rica historia y bellos paisajes
Situado en el corazón de la comarca de Les Garrigues, en la provincia de Lleida, Juncosa es un pequeño municipio de unos 390 habitantes que combina una rica historia, un paisaje natural impresionante y una leyenda única que le sitúa como el epicentro del mundo. Esta tradición popular asegura que Dios clavó la punta de su compás divino en este sitio para trazar la esfera terrestre, convirtiendo a Juncosa en el “medio del mundo”. El pueblo conserva vestigios medievales como un portal del siglo XIV, restos de murallas, la iglesia parroquial de la Natividad, con fachada neoclásica e interior barroco restaurado en 1992, y un valioso patrimonio de construcciones de piedra seca con grutas, cabañas y aljibes.. Juncosa, o Juncosa de les Garrigues, se encuentra a 575 metros de altitud, en una colina rodeada de valles luminosos en las estribaciones de la Sierra de la Llena, cerca del Priorat. Su nombre deriva del latín juncus (junco), ya que en 1194, cuando se estableció el pueblo, el lugar estaba rodeado de juncos, plantas típicas de humedales y zonas de ribera. La historia de Juncosa se remonta a la época medieval, con la posterior repoblación a la Reconquista. En 1224, el monasterio de Poblet adquirió el pueblo, junto con los Torms y el Soleràs, y al año siguiente se otorgó la carta de poblamiento, consolidándolo como un centro estratégico en el camino entre el Camp de Tarragona y Lleida.. Durante siglos, Juncosa ha sido testigo de cambios históricos, desde su fortificación durante la Guerra de los Segadores (1647) hasta el papel destacado de sus somatenes en la Guerra de la Independencia. Hoy, los juncosanos mantienen viva su identidad cultural a través de la arquitectura, las festividades y un fuerte vínculo con la tierra, especialmente con el cultivo del olivo.. La tradición más singular de Juncosa es la creencia de que este pueblo es el “medio del mundo”. Según la leyenda, cuando Dios decidió crear la Tierra, quiso que fuera perfecta. Para ello, utilizó un compás celestial y clavó la punta fija justo en Juncosa. Desde ese punto, trazó la esfera terrestre, convirtiendo al pueblo en el centro exacto del mundo. El punto concreto donde clavó el compás divino fue bajo uno de los porches situados frente a la iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen.
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